En Venezuela hay una absoluta legalidad democrática que la burguesía, el imperialismo, los renegados, la oposición ridícula y los enemigos acérrimos del chavismo de cualquier ralea tratan de desconocer con mentiras machacadas sin el menor rubor y con el mayor descaro. Los voceros vernáculos e internacionales del falseamiento de la verdad siguen repitiendo que la Asamblea Nacional Constituyente carece de asidero constitucional y como no pueden fundamentar su falacia en el ejercicio del voto por una mayoría democrática acuden al triste expediente de apoyar su patraña en la mendacidad del mundo desacreditado de la derecha.
Si bien la Asamblea Nacional Constituyente no termina de llenar las expectativas que despertó en cuanto abrir las puertas para la transición al socialismo y cuenta entre sus haberes con algunos deslices impuestos por sectores comprometidos con los intereses foráneos hay que reivindicar, defender y certificar su impecable elección democrática y constitucional. No se pueden poner en duda sus poderes plenipotenciarios ni su legitimidad de origen. Lo que pasa es que la derecha en su amplio espectro de engaños nunca reconoce la voluntad de las mayorías populares cuando ésta no favorece sus intereses de clase.
La Asamblea Nacional Constituyente, en hombros del pueblo, aparece en momentos donde la derecha con la Asamblea Nacional en desacato y el fascismo desatado en la calle tenían contra la pared al gobierno de Nicolás Maduro. La ANC le devuelve a las calles la calma y el sosiego pero el tormento y el castigo al pueblo se incrementa con la inflación y el desabastecimiento inducido por los capitalistas enemigos del gobierno. A la ANC se le critica porque no ha hecho lo indicado, lo suficiente o lo necesario para ponerle coto a los altos costos de sobrevivencia, pero los señalamientos que le hace la derecha de supuesta ilegitimidad son totalmente injustificados.
El enredo, la ficción y la calumnia contra la ANC, que tejen la derecha y sus adláteres para intentar desconocerla, se estrellan en la verdad irrefutable, incontestable e innegable de 8.089.320 de votos que la eligieron contra viento y marea, vale decir en medio de la violencia y las amenazas antidemocráticas, innobles y cobardes de la oposición.
El autor es: Profesor universitario de Filosofía de la Educación jubilado de la UPEL. Ex Director Ejecutivo (Fundador) de la Casa de Nuestra América José Martí.
