Día Cuarenta y Ocho: El Sindicato Clasista de Trabajadores de Corpoelec por el Filo de la Navaja del 2018

No conozco al Secretario General del Sindicato Clasista de Trabajadores de Corpoelec en Caracas, Vargas y Miranda, señor Eloy Palacios pero me da muy mala espina su detención por sus denuncias realizadas en cumplimiento de su trabajo gremial. Los trabajadores chavistas, en sus diferentes agrupaciones de todo el país, sin entrar a valorar los detalles del caso, tienen que dar un paso al frente para protestar ese atropello y defender sus derechos sindicales. Quedarse callados, además de ser un acto de cobardía, es aceptar la intervención del patrono en sus organizaciones de clase mediante la represión policial.

Es posible, sería lo más sensato de parte del gobierno, que al salir publicado este artículo ya el dirigente sindical Eloy Palacios se encuentre gozando de la libertad a la cual tiene legítimo derecho, pero sea cual sea su situación personal hay que condenar sin vacilaciones el hecho cometido en contra de los derechos de la clase obrera a ejercer, con plena libertad y garantías, sus luchas reivindicativas, políticas y clasistas. Mucho cuidado con el autoritarismo, el despotismo y el abuso patronal máxime cuando quien cumple estas funciones es un militar de alta jerarquía.

Esta delicada situación donde están implicados un dirigente sindical, un alto oficial de la FANB y el SEBIN no se puede considerar sin hacer un análisis político fundamentado en la ideología de la revolución bolivariana. Hay que tomar en cuenta la doctrina militar bolivariana en lo que respecta a la unión cívico militar, el papel de la clase obrera en el proceso transformador y la orientación obrerista practicada por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Todo eso se echa al olvido o por lo menos se pone en duda por una acción pragmática que lesiona la ética de una democracia participativa y protagónica.

Ya en el pasado me tocó denunciar hechos parecidos, por acciones persecutorias del mismo género, perpetuados contra dirigentes sindicales por órdenes del ex ministro Rodríguez Torres. Esas desviaciones no deben repetirse y borrarse por completo de la práctica gubernamental porque se retrotraen a tiempos pasados que no queremos volver a recordar. Durante las administraciones de Carlos Andrés Pérez y Luís Herrera Campins cuando se cometieron incontables crímenes políticos, entre otros el de Jorge Rodríguez, existieron bastiones de lucha gremial y sindical que aquellos gobernantes respetaron sin correr a poner presos a los dirigentes. Ejemplo de ellos fueron el Colegio de Profesores de Venezuela y la Federación Venezolana de Maestros de Venezuela, sobre todo en Caracas, Vargas y el Estado Miranda donde nos enfrentamos con firmeza y decisión a los gobiernos de la IV República. ¡El mundo al revés!



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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