Amigo y enemigo

Razón averiguada, ventana de Johari, herramienta de psicología cognitiva, con cuatro áreas o caras casos límite contradictorios de dichas ventanas, cara oculta y oscura. La oculta la conozco y desconocen los demás. La oscura, la clínica, ambos la desconocemos, contenida en la psiquiatría y antipsiquiatría. La cara o área ciega, yo la desconozco y la conocen todos. El área o cara libre la conozco y la conocen los demás. Lo grave, de la cara libre, es que lo bueno que soy, se lo debo de los demás, y lo malo que le ocurre a los demás, es cosa mía, o sea, contoneadas contorsiones corporales límite contradictorias, ilustraciones límite ironías inversas, caballeros libres límite cleuasmo contradictorio. La ventana de Johari, síntesis a lo maquiaveloiano, según lo cual: "Todos ven lo que tú pareces, pocos sientes lo que tú eres." Corazón y cara. Corazón y razón. Todo y parte como casos límite contradictorios, tanto es todo como parte, asina, como tonto y taimado, tonto memorioso y misterioso mentecato.

Las caras de la ventana de Johari, dinámica de grupo se emparentan y emprestan con las dinámicas proyecto de visión futura y torbellino de ideas, remate y término, razón averiguada, casos límite contradictorios, dichos definidos límite definiciones diametrales diferentes, cuestiones límite cuestionables, en que el filo de la navaja, y no de otra suerte que como cuando sigue y vemos, no como único lienzo pictórico blanquinegro de pareados polígonos pitagóricos límite paradójicos, de rempujado rectángulo repujado reinscritos rectatriangulospitagóricos límite repugnantes, diagonales límite diametrales distintas, de la grisura ortogonal o hipotenusa de los triángulos rectángulos del teorema de Pitágora, altos resultados debatibles viables y mejores soluciones posibles controversiales se tienen cuando los procesos mentales, consciente e inconsciente, complejidades limite contradictorias, o método lógico y didáctico, se desarrollan en el filo de la navaja, en ambos extremos, trastrocado espacio y tiempo, espada de Damocles, c. 356-260 a. C., encima de Pitágora, 570 a. C-469 a. C, esto es, en la hipotenusa del, no y único, lienzo pictórico blanquinegro citado, en que la imaginación y la intuición, intereses límite instantáneos irónicos inútiles, se restringen con la parcialidad, vale decir, al síndrome georgebushiano de las Torres Gemelas, o estás conmigo, amigo, vale decir, los EEUU, o estás con mis enemigos, es decir, con el terrorismo, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Irán, China, Rusia, Corea del Norte, Venezuela ¡Mira, viejo, hay que ver el desastre de la humanidad hoy en día, por culpa de EEUU! Que no lejos, con esa malvada parcialidad diabólica, notoria, manifiesta y comunicacional inocultable, cual variaciones instantáneas sustentables por calentamientoclimático, tiro trastrocador plutocrático de Constituciones, Códigos y Leyes, en que surge el imperativo borroso de casos límite contradictorios, imperativo hipotético y categórico, evidente y dudoso, pues, el ambiente ha cambiado, la norma, no. ANC, párele, ahora mismo. Que no de otra suerte, ahora mismo, recorre fantasmagórica órbita, la pérfida y tramposa sentencia georgebushiana, galopa hacia Venezuela con decreto de Obama, revalidado y ratificado por Donald Trump, una invasión mílite humanitaria cruel.

Si la ventana de Johari se emparenta con dinámicas de grupo, proyecto de visión futura y torbellino de ideas, diagramadas en no único lienzo pictórico blanquinegro, idem a yin-yang, pareadas pirámides kelsenianas límite paradójicas, borroso 69 cojedeño, rectángulo redibujado rectatriangulospitagóricos límite repugnantes, con mayores resultados debatibles viables en procesos mentales, lo consciente e inconsciente, o método lógico y didáctico, diagonales límite diametrales distintas, están y se tienen en el filo de la navaja, y mostróse el síndrome georgebushiano de las Torres Gemelas, de la malvada parcialidad mefistofélica, o estás conmigo o estás con mi enemigo, guerra o paz, petróleo o ruina, petro o agresión, petro o conmoción, fuera del filo de la navaja. Entonces, jamás se ha de recurrir al síndrome georgebushiano, nunca jamás a la maledicente partidización endemoniada, conmigo amigo o con mi enemigo, disyunción O exclusiva. Ergo, y asina mejor, y a la sazón, con el continente, amigo y enemigo, conjunción Y inclusiva, casos límite contradictorios, en su diplomático punto crucial decisivo (1/2) conjuntivo, punto más que posible y menos que imposible, de equilibrio vivo constante conciliador entre lo posible e imposible, tanto es lo más cómo lo menos, en el filo de la navaja, y con la espada de Damocles encima de Pitágora, trastrocado espacio y tiempo. Amigo y enemigo, mejor solución posible controversial, y en equilibrio dinámico sostenido de todas las generaciones tal síndrome de Sísifo y no Sísifo. Amigo y enemigo, pareadas pirámides kelsenianas límite paradójicas, eterna noria notoria jurídica de platónicos platos pintiparados participativos límite polígonos pitagóricos paradójicos, partidos por el fielímite de la balanza, partícula partitiva viva (1/2) conjuntiva, punto topológico borroso (1/2) antidisyuntivo, en difuminadas continuidades espectrales, asina, en trechos estrechos arrechos del continente amigo y enemigo. ¡Gracias a Dios, contenemos y contamos con José Antonio Ramos Sucre, vistosa verdad golondrina y no Henry Ramos Allup, fea falsedad antigolondrina!

miguelbalza60@hotmail.com



 



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Miguel Homero Balza Lima


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