La Lógica Religiosa del Stalinismo (PSUV)


Similar a la doble moral que tiene la iglesia católica respecto a temas como la masturbación o la pederastía, la vieja izquierda evidencia actitudes similares respecto a otros temas. Y es que de hecho esta última tiene muchos parecidos con la instituciones eclesiásticas. Veamos

Al igual que la iglesia con la biblia, esa izquierda se guía por textos clásicos soviéticos (algunos de ellos muy valiosos para el estudio) y los asumen como un manual inmodificable. En su análisis predomina una lógica religiosa del “bien” (socialismo, cielo, paraíso, vtv) y el “mal” (infierno, capitalismo, maldad, imperialismo, sectores críticos). Es un mundo dividido, donde no hay matices ni latitudes, solo dos lados, uno completamente bueno e imperfectible, y otro completamente malo y despreciable al cuál se debe destruir de cualquier forma, o “como sea”, diría algún personero. Y Si usted no se siente identificado con alguno de los dos lados, es que está confundido y carece de herramientas para entender.

En ese mundo, todos los hechos concretos y palpables son relativos, y solo la voz de sujetos superiores, considerados omnipresentes, juzgarán los acontecimientos y determinaran de que “lado” provienen y como deben ser categorizados. De igual manera que el Papa, El Gran Hermano (pueden ser varios) tiene la última palabra. Bajo esa lógica todo razonamiento se permite.

Como en el cielo no hay represión, el gran hermano busca cualquier tipo de argumento (de fé o reaccionario) para afirmar que algo que huele, parece y sabe a represión, no lo es y además está justificado. Dependiendo del lado que ocupes se modifica el lenguaje. Así como para el capitalismo los ladrones de cuello blanco son “cleptómanos”, para el oficialismo psuvista el asesinato a sangre fría de los miembros del grupo insurgente, liderado por Oscar Pérez, es una “medida necesaria” por ser terrorista. El ajusticiamiento a pesar de que se rendían, la desaparición evidente de pruebas de la escena del crimen y la negativa a entregar los cuerpos a los familiares son “daños colat...”, perdón, son “errores del proceso”, hechos insignificantes.

Los “contradicciones” del proceso y la relativización de los derechos

Como las cosas no son color rosa, todo proceso político, de izquierda o derecha, tiene contradicciones y disputas internas, aunque en los medios públicos del estado se hable permanentemente de unidad monolítica. Ejemplo particular se desprende del caso de Simón Planas. Algunos de los sectores maduristas, que defienden las atrocidades cometidas por las instituciones de seguridad en el suceso de Oscar Pérez, firman un comunicado público en el que se asevera que “… el Partido (el PSUV) y la élite dirigente, marcó su deriva autoritaria y su clausura emancipatoria.” [1]. El reclamo en Simón Planas es completamente justo. Se trata de la defensa del derecho al voto de los habitantes todo un municipio, ante un claro y evidente fraude electoral, y nos debemos solidarizar independientemente de las profundas diferencias políticas que tengamos con su dirección. Pero a pesar de las pruebas y hechos irrebatibles El Gran Hermano y sus emisarios del partido han declarado que todos los participantes de esa lucha son saboteadores, contra-revolucionarios, quinta columna... y por ahí sigue la lista.

A pesar de los ataques, trampas y maniobras la lógica religiosa permanece intacta y esta predomina en el análisis de lo que ocurra a nivel nacional. De modo que para un sector de la “vanguardia” madurista lo de Simón Planas si fue fraude pero la estafa electoral en las elecciones regionales en Bolívar fue una “conspiración” de Andrés Velazques para desestabilizar la región, a partir de los apresamientos y el hostigamiento a personas que apoyaban a Ángel Prado se caracterizó al gobierno como autoritario pero el hecho de que Venezuela lleve 2 años bajo un estado de excepción en el que están cercenados la mayoría de los derechos constitucionales es una “política acertada”. La inflación en Argentina es alarmante pero en Venezuela lo que hay es “guerra económica”. Antes habían masacres de guerrilleros, pero el ajusticiamiento de insurrectos que se habían rendido es un hecho inédito en la historia contemporánea en Venezuela para la que se debe inventar una nueva categoría. El objetivo es instalar un nuevo lenguaje, una nueva especie de razonamiento colectivo en el que predomina una visión parcial y acrítica de la historia.

Un hecho curioso es que en 2004, el estado venezolano desmanteló una banda de más de 100 paramilitares colombianos ubicados en el Hatillo, que presuntamente planeaban ejecutar un intento de magnicidio. Acción que el chavismo en su momento enalteció con orgullo al finalizar sin ningún fallecido, y reivindicando el hecho de que el gobierno de Chávez había superado las masacres perpetradas por los gobiernos de la cuarta. Hoy, sectores del madurismo, reivindican un baño de sangre completamente innecesario. El hecho de 2004, demuestra la capacidad del estado para accionar ante situaciones de mayor envergadura a las de Oscar Pérez sin arrojar consecuencias lamentables.

Sería interesante que estos sectores que se identifican con el accionar del Estado en el junquito, respondieran ¿por qué no se aplican operaciones similares para desmantelar a los colectivos? ¿acaso no es terrorismo el hecho de que grupos armados controlen parroquias y municipios y mantengan una política de hostigamiento, amenazas e incluso prácticas ilegales de ajusticiamiento contra toda la gente del barrio que no pertenece al clap o al frente francisco de miranda? ¿o es que los otros son ricos? ¿o en ese caso se reconoce que el estado financia y sostiene a estos grupos ubicados en todas las barriadas de Caracas? ¿acaso hay ciudadanos privilegiados que pueden portar armas con total impunidad? En conclusión, antes de opinar mejor pregunte a la comisión de la verdad del comité central como entender las cosas y qué decir, porque a veces un asesinato, tortura u hechos de hostigamiento sean otra cosa distinta a lo que usted entendía sobre cada una de esas cosas.

El purismo de la izquierda

En este sentido el debate con esos sectores de la izquierda tradicional es que las cosas y hechos no se pueden relativizar según parámetros ideológicos. Y es que de hecho el marxismo ha sido un método de análisis por parte de los sectores oprimidos para desmentir falsos axiomas del sistema capitalista como: “si quieres puedes”, “los pobres son pobres por flojos”, “la mano invisible del mercado”; y demás mitos que no tienen ningún fundamento real. El cinismo y el doble discurso de la izquierda anquilosada la ha reducido a sectores alejados de las necesidades o demandas del pueblo, o a desperdiciar y sepultar oportunidades históricas de transformación (revolución rusa, revolución bolivariana, etc.). Son esos sectores que reivindican correctamente la explosión social del Caracazo, pero dos décadas después criminaliza los saqueos en medio de la peor crisis que ha vivido Venezuela en los últimos 70 años. [2] Al parecer antes les caían bien los pobres, pero cuando llegaron al poder como que los ven con ojos de desagrado.

Caracterizar la realidad a conveniencia, quiebra con lo que fue una de las fortalezas más importantes de sectores de izquierda durante el siglo XX: un discurso con fundamentos científicos. El manejo discursivo de los niveles de pobreza, de desigualdad, violaciones de derechos humanos, entre otros, fue un elemento esencial para el crecimiento político de varias organizaciones a lo largo del siglo pasado. La realidad se debe encarar cruda como ella es. Partir de caracterizaciones equivocadas, porque no “nos conviene”, llevará inevitablemente a conclusiones equivocadas.

Toda lógica de secta, para que sea de hierro, debe tener una salida de escape en caso de emergencia. Sobretodo, para aquellos que creen que existe algún argumento racional para afirmar que en Venezuela existe una revolución “socialista, humanista”, o para defender al gobierno de Maduro. Y en el caso de las luchas contra las contradicciones del proceso, esa vía de escape se reduce a luchas completamente “puras”, cosa que en esta sociedad es prácticamente imposible. Solo si usted utiliza la jerga comunista, cultiva en el campo, dirige una comuna y dice “comandante chávez” ochenta veces, puede llegar a ser digno del apoyo de la “vanguardia” revolucionaria.

El apoyo de la susodicha vanguardia es el sello de aprobado a una lucha para que se transforme en revolucionaria, por lo que toda pelea que no este dirigida y apoyada por individuos que presenten las características anteriores, debe ser producto de una conspiración del imperio. Y es ahí y solo ahí donde la lógica eclesiástica cierra su circulo con un muro impenetrable. Por eso lo de Simón Planas si es fraude electoral y lo de Velásquez no. Por eso la lucha de los profesores de Chacao es correcta pero la de los profesores a nivel nacional es financiada por EEUU para conspirar contra el gobierno.
La izquierda tradicional, etapista, que vive en el mundo blanco-negro de buenos y malos, como la clásica película de hollywood, debe entender que la vista humana capta más de dos colores y que en el mundo diverso hay múltiples opiniones. Unas nos pueden agradar más que otras. Otras nos pueden desagradar completamente. Pero los derechos son derechos y están bien definidos. Toda lucha en defensa de los derechos socio-políticos, culturales, económicos y ambientales, es legítima, INDEPENDIENTEMENTE de su dirección política o, de si la acompaña, o no, una “vanguardia revolucionaria”.

Cesar Romero. @RomeroCesarG

PD: El presente artículo es la continuación de dos escritos anteriores en los que compartía reflexiones sobre los derechos, el estado y la represión:
1. “ José Roberto Duque, ¡Los Derechos NO se negocian!”. https://www.aporrea.org/actualidad/a258221.html
2. “Los infiltrados de Atilio Borón”. https://www.aporrea.org/actualidad/a258636.html


Referencias

[1] El siguiente comunicado de diversas organizaciones simpatizantes del gobierno de Nicolás Maduro se evidencian graves denuncias de hostigamiento para aquellos activistas que apoyaron la candidatura de Angel Prado. https://www.aporrea.org/actualidad/n318678.html

[2] “PCV rechaza saqueos y vandalismo contra sector comercial”. Luis Ángel Yáñez para el CORREO DEL ORINOCO. 16 de enero de 2018.
http://www.correodelorinoco.gob.ve/pcv-rechaza-saqueos-y-vandalismo-contra-sector-comercial/



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Cesar Romero

Director Ejecutivo de CERLAS (Centro para la Reflexión y Acción Social). Activista de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco. Ingeniero Metalúrgico. Investigador enfocado en la minería en Venezuela y sus impactos multivariables en los modos de vida.

 elcesar4789@gmail.com      @cesar_JMarea

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