Conviene que quienes subestiman la posibilidad de una intervención militar o un golpe de estado en Venezuela promovido por el gobierno de EEUU, sigan con atención los movimientos de los actores en esa dirección. Primero fue la amenaza de Trump replicada por el ahora exsecretario de Estado Rex Tillerson y la actualización de la "Orden Ejecutiva Obama". Luego Santos anunció que no reconocerá los resultados de las elecciones del 20M, seguido por un pronunciamiento idem del Grupo de Lima. Brasil, Colombia y Guyana emplazaron sus fuerzas militares en la frontera para "atender" a los "refugiados" venezolanos, siguiendo la hipótesis de "crisis humanitaria" desarrollada en las maniobras militares "Amazon Log17" promovidas por el Comando Sur.
Buscando abrochar a la ONU en la conjura, voceros de un sector de la MUD difundieron una versión manipulada de las declaraciones del Alto Comisionados de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en las que supuestamente calificó a los migrantes venezolanos como "refugiados", que luego fue desmentida por el representante en Venezuela de esa Agencia. Como se sabe, esa calificación no es aplicable a priori y solo procede si el migrante es perseguido por razones políticas, religiosas, étnicas o por pertenecer a un grupo social. Ese mismo sector opositor liderado por AD, PJ, VP y UNT, promueve la abstención y el desconocimiento por la "comunidad internacional" de las elecciones del 20M y presiona a la ONU para que se abstenga de venir a observar el proceso. A eso se suma, el triste y vergonzoso periplo internacional del presidente de la AN, rogándole a varios gobiernos que incrementen las sanciones contra Venezuela e impulsen la creación de lo que eufemísticamente llama "corredor humanitario" en el que recibirían a los "refugiados" venezolanos, lo que podría terminar siendo la cabeza de playa de una intervención militar contra la Patria de Bolívar.
Esos mismos partidos promueven un "Frente Amplio" que es chucuto porque excluye a quienes desde la oposición, rechazan el abstencionismo y apuestan por una salida pacífica y electoral. Llaman a la desmovilización electoral, dándole la espalda a las grandes mayorías que quieren votar para sacar del poder al gobierno autoritario de Maduro. En el actual contexto esa política propende a legitimar la "intervención humanitaria" que se cocina en Washington.