La Tecla Fértil

Maduro y su grey, desmoronan al estado Bolivariano

Cada día en Venezuela crece las motivaciones para exponer su interés por el Yihadismo de una manera muy abierta, al igual que Cataluña son tierras fértiles para involucrar a nuestros jóvenes en redes misionales y levantar una pasión sobre el Medio Oriente, sin importar las consecuencias y constituye una gran oportunidad para leer el Corán desde las pequeñas comunidades agrícolas y caseríos, ya los grupos familiares van a visitar los templos donde se elevan oraciones a Alá. Es la primera vez que el campo carismático se abre para darnos una diversidad de criterios religiosos.

Los imanes, buscan afanosamente apropiarse del sentir español como venezolano. y algunos consejeros, como los integrantes del poder islámico en la región Latina- europea desean vincular los Consejos de Estado Legislativo con la feligresía religiosa y esta a su vez, con los musulmanes que ya fijaron residencia en estos lugares.

Lo más difícil, es determinar el modelo del pensamiento islámico para conformar un estado ideológico. Las escuelas de cuadros del Psuv fracasaron y, el problema de disciplina partidista y como están conformadas las tendencias, ameritan una atención, cuanto antes. Nadie desea regresar al catolicismo o a las Escuelas Bíblicas. Es mejor vivir como herejes y ser considerados eunucos.

José Luis Zapatero, gran amigo del eje islámico en Suramérica y el mundo malagueño y de Marbella, permitió la entrada de muchos Yihadistas para lograr el control de los ayuntamientos por parte del Psoe. A su vez, el presidente, ya fallecido Hugo Chávez Frías permitió la construcción de templos para la lectura del Corán.

. Eso de curiosear es delicado y los españoles se encontraban avisados desde el año pasado, 2017, por las orientaciones que se leían en los matutinos centros de trabajo La lucha, contra el hereje es global y los autollamados califas, asume la dimensión de localizar padrinos ideológicos e impulsarse a un mundo imaginario que, solo las organizaciones, tienen el derecho de escuchar la voz de las mentes más retrogedas y violentas.

Venezuela, no escapa a estas experiencias nuevas y hay una guerra civilizacional que expresa cerrar los ojos ante la realidad. Para muchos, el yihadismo es una capacidad social y religiosa para enfrentarse al terrorismo para vencerlol

Los medios de comunicación oriental ya plasmado en la vieja Europa y ahora Sur, expresan que los adoradores de Alá no han retornado a España, porque nunca se han ido. Nacieron allí con los griegos y romanos para dictar cátedras de física, filosofía y matemáticas.

La verdad, es que las religiones han dominado el mundo y dominado áreas significativas que buscan fortalecerse para controlar a toda una comunidad, especialmente en las ciudades capitales.

Los musulmanes, han logrado controlar el poder político y parte del clan Gadafi penetraron la judicatura francesa para juzgar a Sarkozy, ex presidente francés. Ahora, falta quien debe respetar dicha legislación, sin excepciones culturales de ningún tipo, como una muestra de su voluntad de integración social.

Los yihadistas, como musulmanes buscan plenar toda Europa y lograr su formación en Suramérica, principalmente en Venezuela y, su espíritu es minar el espíritu de la sociedad democrática para que se aclimate, ante las nuevas acciones bélicas en Oriente Medio. Es un enfrentamiento con Occidente y la destrucción de la civilización cristiana.

El gobierno Bolivariano de Venezuela, viene siendo controlado por el islamismo, teniendo una representación real en todas las instancias y nuestro presidente, Nicolás Maduro Moro respeta esta doctrina espiritual, como muchos venezolanos.

En Europa, viene surgiendo un gran movimiento populista y, países como Polonia y Hungría leen el manifiesto comunista y el Corán, tienen una permisividad de las instituciones comunitarias y, ya la han infectado desde hace una década, es un trabajo a largo plazo.

En mi país, hay mucha frivolidad política como social, que cada venezolano debería preocuparnos de manera personal, es ligereza con que se toman o no se toman las cosas, realmente poco tenemos una significación de algo.

Los spin de nivel político se toman a juego y los mensajes en redes son contestados en machacones.

Es sorprendente, la facilidad con la que se rebasan en nuestro lenguaje político y nuestra comunicación social las fronteras entre tragedia y parodia, entre aquello de lo que uno como norma no debiera reírse o hacer mofa fácilmente, y la mofa o broma en sí. Esta última frivolidad es distinta a la sátira, pues no contiene ninguna lección aprovechable para el pensamiento crítico y la democracia.

La izquierda anti Trump nos ha engañado, tal, como lo hace Pablo Iglesias en sus alocuciones públicas, buscan disgregar al Estado, pero, en vez de sumar le permite a los orientales instigar a las poblaciones campesinas y controlar sus pequeñas economías, sin duda, hay un declive del liderazgo y, un aumento de las ofensas en las redes sociales

Todo ello, vía tuits nocturnos, memes y exabruptos varios. Pero no está solo y personalizada, pues en esta forma de política frívola le siguen figuras de todo tipo, incluso de la izquierda. Como consecuencia de la primera forma de frivolidad, en el fragor de luchas fratricidas y de egos irresponsables, estamos perdiendo oportunidades de oro para prepararnos colectivamente ante los retos de nuestro tiempo y dejar algo mejor a los que vengan detrás. La segunda vertiente de la frivolidad, en la que todo vale y a la vez nada vale demasiado, pues nada parece lo bastante real hasta que nos afecta directamente, conlleva la erosión del código ético en el que se fundamenta nuestra convivencia, más frágil de lo que pensamos. De ese modo, nos insensibilizamos un poco más ante cuestiones sobre las que es preciso guardar cierta empatía y compostura ética, e inculcarlas en nuestras comunidades.

Cuando todo termina convirtiéndose en circo y broma potencial, corremos el riesgo de degenerar colectivamente. En un periodo de polarización y ansiedad social como el que vivimos, ambas formas de frivolidad están al alza y se retroalimentan. Es una senda que no debiéramos recorrer



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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