No son gratuitos los llamados desesperados del carcamán político de Acción Democrática, Omar Barboza, presidente de la Asamblea Nacional en desacato, y de otros voceros de la oposición pidiendo que no haya elecciones presidenciales el 20 de mayo. No señor, esas peticiones las hacen convencidos de su destrucción política.
Y están acabados porque en un país democrático con tantas elecciones en su haber, la mayoría quiere votar; solamente no quieren los caninos que le mueven la cola al criminal Donald Trump: el llamado Grupo de Lima, la Unión Europea, la Conferencia Episcopal Venezolana y, por supuesto, los cabecillas de los guarimberos que siempre quieren incendiar al país y a la gente inocente, como lo hicieron en su momento las organizaciones hamponiles Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática…
Por eso ellos mismos tienen la culpa de su aniquilamiento. Ellos mismos cavaron su propia tumba; la verdad es que el Gobierno del presidente obrero, Nicolás Maduro, y el Partido Socialista Unido de Venezuela, han hecho poco o casi nada al respecto.
Asesinos de la estirpe delincuencial de Leopoldo López, Freddy Guevara, Capriles Radonski, Julio Borges, Henri Ramos Allup, Manuel Rosales, Eveling Trejo, Juan Pablo Guanipa, Tomás Guanipa, David Smolanski, Juan Requesens, Miguel Pizarro, se encargaron de su propia destrucción, solo pensaron –y creo que aún piensan- en matar, exterminar, nunca se quisieron dar cuenta que los venezolanos no desean violencia sino paz. Vivir tranquilos, en armonía, lo que en reiteradas oportunidades les ha planteado el presidente Maduro.
Patearon la mesa de diálogo de República Dominicana en su momento más crucial, por una orden que el criminal Trump les dio a través de mandatarios serviles de la calaña del paraco Juan Manuel Santos y, por sui fuera poco, después llamaron a no votar, lo peor que han hecho. La gente, por el contrario, ejercerá su derecho en masas.
De allí que presagiando la avalancha de sufragios, ahora exigen desesperados que se suspendan las elecciones ante la esperanza de coger un segundo aire y evitar una derrota estrepitosa, pero la muerte política de la oposición es una muerte anunciada.
Esos comicios serán para los adversarios agrupados en la MUD y en un mamotreto denominado Frente Amplio, la última cucharada de concreto, esa que raspa el sepulturero en el suelo húmedo, con el fin de sellar la grieta o el huequito que puedo quedar en las rústica tapa de cemento armado de la fosa.
Cómo le ganan a Maduro, si el presidente obrero no descansa buscando alternativas a la crisis que la misma oposición produjo, y ellos insisten en arrastrársele al mayor asesino del imperio gringo, y pedir por el mundo que arrecien el bloqueo económico en contra del pueblo, para que usted señor, usted señora, no encuentre medicinas ni los alimentos básicos de la dieta diaria.
El 20 de mayo la oposición recogerá las piedras y las espinas que con tanto ahínco se empeñó en sembrar a lo largo y ancho de la Patria de Bolívar, Chávez y Maduro.