El "Síndrome de Tarzán"

  1. Ya sabemos que el "Síndrome de Sansón" consiste en que alguien desesperado (Sansón) para destruir a sus enemigos (los filisteos) opta por derribar las columnas aunque ellas acaben con todo…

  2. A la par del "Síndrome de Sansón" tenemos el "Síndrome de Tarzan"…

  3. A Tarzán lo define la literatura gringa como el REY DE LA SELVA, otros como el REY DE LOS ANIMALES (aunque éste es un título que lo merece el león). En este artículo, Tarzán, para nosotros, será en verdad el REY DE LAS BESTIAS, un Tarzán rey de partidos politiqueros, de los sindicaleros, en estas selvas de cemento y especuladores; esta la jungla de pornografía y burdeles; este reino de entretenimientos con droga, saraos y bares: rascacielos, oficinas y ministerios, redes sociales, medios de comunicación mentirosos y gringos asesinos a granel por el mundo…

  4. Cada segundo oigo el grito inextinguible de Tarzán, su figura colgada de los augustos bejucos que cuelgan de invisibles naves espaciales…

  5. En la década de los setenta, ochenta y noventa del siglo pasado, al adeco Carlos Andrés Pérez (CAP), el imaginario popular lo convirtió en el prototipo del rey de las bestias en la selva de los partidos de entonces. Todo el mundo en el Gabinete instalado en Miraflores estaba lleno de animales con CAP como su gran rey, porque ningún ministro podía en absoluto ser más inteligente que él. Ciertamente ningún dirigente adeco podía aceptar la inteligencia como rasgo distintivo de los seres humanos. Para ganarse el aprecio entre los adecos había que ser vulgar, chocarrero, putañero, bebedor de caña, alebrestado y pendenciero.

  6. Resultaba extraordinariamente ofensivo y peligroso que alguien pudiese ser más inteligente que un mandamás adeco (o copeyano). Y por eso el país entró en un "salvajismo" de jefecitos y caciquitos horripilante y escabroso.

  7. Si Bolívar con su Decreto de Guerra a Muerte intentó exterminar el sentido miserable de los godos que se había instalado durante la colonia, Chávez procuró hacer lo imposible por calcinar en nosotros el Síndrome de Tarzán. Ni lo uno ni lo otro se consiguió.

  8. Con el chavismo se dio una lucha a brazo partido contra el atavismo dejado por los adecos en la administración pública. Saber en un cargo más que un adeco durante la Cuarta República era suficiente para que te siquitrillaran; tenías que hacerte el bruto y el pendejo para poder sobrevivir, para que no te despidieran, persiguieran o botaran.

  9. Con la Quinta República aquellos remanentes adecos y copeyanos quedaron casi intactos. Se metamorfearon en rojo rojitos muchos de aquellos adecos, y en algunos jóvenes retoñó el ADN betancourista apenas se encaramaban en un alto cargo. Tarzán dentro de las oficinas iba de un bejuco a otro, dando alaridos (órdenes) totalmente contrarias a la razón socialista y revolucionaria.

  10. Estos tarzanes causaron estragos, y los siguen causando. Resulta inexplicable, por qué a estas alturas prevalece en ciertas decisiones de la Revolución ese pasmoso estilo adeco de poner a dirigir proyectos y programas a seres realmente mediocres, "muy vivarachos", inescrupulosos y pavorosamente incultos, sin pizca de conciencia bolivariana.

  11. Ayer, un grupo de camaradas hablamos con uno de esos tarzanes: nos abrazó, anotó teléfonos, se mostró consternado por todo lo que podemos aportar a sus proyectos,… ¡no podía creerlo, Dios mío!. Nos invitó a cenar para tener una reunión muy sustantiva, nos puso la mano en el hombro, en un giro de ciento ochenta grados repentinamente cogió su bejuco y partió, sintiéndonos en la jungla de los pendejos,… felices como Chita…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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