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Carezco de la razonada paciencia del amigo y camarada Samuel Moncada, con todo respeto. Yo jamás habría podido responderle al porcino Luis Almagro con ese equilibrio y con esa hilada armazón de granito levantada con pulso hegeliano como mi colega supo hacerlo ante esa sarta de coños de madre embajadores pro-yanquis en la OEA.
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Puesto que muy bien sé que a los gringos y a la piara de esos representantes de la pandilla de Lima nada les importa la verdad, la dignidad y la justicia, pues para qué entonces ponerse uno a perder el tiempo siendo aristotélicamente lógico, juicioso, utilizando el lenguaje de los cisnes o de los ángeles (en el paraíso).
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Yo lo respeto y considero a usted, profesor Samuel Moncada, y sé lo jodido y complejo de su cargo, pero la diplomacia en la que creo y practico es esa, en la de Bolívar frente a Juan Bautista Irvine (en las riberas del Orinoco) o frente a Pablo Morillo (en Santa Ana), o la de Napoleón convertido en un elefante loco danzando en la joyería de los reinos enculillados de Europa. Me gusta la diplomacia del "ogro de Stalin" ante los aliados (en plena Segunda Guerra Mundial) o el de la revolución cubana en todos los foros del mundo después de la invasión de Bahía Cochinos. Qué sabroso, carajo, cuando se tiene la oportunidad de meterle un buen chuzo, hondo hasta la cacha, a un hijo de puta (de esos permanente ahogados en su propia misma) que hacen maromas de circo en la ONU o de la OEA, contorneando abruptamente al son de la matraca del Departamento de Estado.
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No me gusta para nada la diplomacia de "tú allá y yo aquí". Nunca he sabido ser diplomático y cuando en nombre de mi patria alguna vez me tocó defenderla en algún escenario cundida de ratas, supe muy bien repartir el venenito que viene en esa latita con el cuadro de Leonardo Da Vinci, La última Cena; darles, digo, una buena ración a cada triste coño de su madre (que todos estos tipos llevan una deprimente y enorme mancha, congelada, de memez en el rostro). ¡Véase, Dios mío, la de Luis Almagro!
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Carezco del don del equilibrio razonado y académico, y si es de decirle a alguien lo que se merece, por todo el cañón, delante de quien sea, lo hago. Por ejemplo soltarle por esa, su última monserga en la OEA, al guiñapo de Luis Almagro lo siguiente: "Usted, Míster Swine, es un burdo cínico. Usted es un contemptible zurcidor de mentiras y miserias a gusto del capo de Trump; es un usted, vil encomendero de los encomendados de Lima; un trapacero más de la larga corte de los que históricamente han diezmado y masacrado a los pueblos de América Latina. Usted es el mayor chucho de la manada, de los que andan frunciendo la colita a cada orden del Pentágono… Usted viene aquí (a la OEA) a regodearse de los efectos pavorosos que por obra y gracia del imperio gringo estamos sufriendo los venezolanos; a regodearse de esas monstruosidades urdidas con saña contra la patria de Bolívar, desde que el Comandante Hugo Chávez fue elegido presidente de la república, en 1998. Usted, Míster Swine Almagro, es el mejor y más redomado hijo de puta que haya hecho maravillas echándoles margaritas a los monstruos de Casa Blanca, secundado por la mayor piara de embajadores carniceros que haya conocido la historia de nuestro continente.
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¿Qué gloria es esa, Míster Swine Almagro, la que se persigue y que se promueve, en esa quincalla de zurcidores de virgos de lo que hacen los mariners descuartizadores de pueblos? Qué gloria busca usted a la pata de esos logreros sujetos a las órdenes de los que despedazaron a México, a los que hoy gimen bajo la infame traición de Peña Nieto en una nación aherrojada por un muro del que estos hijos de la chingada reunidos aquí se sienten orgullosos; ustedes todos a la pata de esos mismos que se robaron el Canal de Panamá, de los que aún mantienen en una factoría esclavista a Puerto Rico; de los que asesinaron a Sandino y a Allende, de los que declararon a Bolívar loco, jefe déspota de corazón y el tirano de las malditas correrías en Sudamérica. Usted, hijo de puta Luis Almagro, es de la estirpe de los que han anegado América Latina de infernales bestias, de burdeleros y sanguinarios de sus pueblos como los Somoza, los Chapita (Rafael Leonidas Trujillo), Duvalier, Stroessner, Juan Vicente Gómez, los Álvaro Uribe Vélez o Juan Manuel Santos, los que han apoyado a toda sarta de abominables criminales dictadores de Argentina y Uruguay…". No me importa lo que luego escupan contra mí en el mundo, pero allí lo habría dicho, y me habría ido de ese ANTRO…
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Me gustan las estocadas directas que desnudan, y destrozan si posibilidad de respuesta alguna aunque uno quede para siempre como un maldito intratable. Y que se jodan por virtud de esas estocadas para la historia toda esa horda de infinitos canallas,… eternamente. Sí, así lo habría hecho, ni más ni menos,… Pero, lo advierto de nuevo camarada Samuel Moncada, usted lo hizo muy bien. Mis respetos,…