Una actitud asume el analista que no intenta ideologizar a nadie sino poner el mundo en la mejor aproximación que puede y otra quien está interesado, por razones particulares o grupales, que la gente perciba lo que él quiere. Tan simple como que Maduro y Falcón, coinciden en ofrecer sólo ilusiones; como si tuviesen una fórmula mágica para resolver un asunto que demanda tiempo y esfuerzo significativos.
Por lo anterior se puede convalidar lo que dice Valderrama que "A días de las elecciones la incertidumbre y el desespero agobian a los cabecillas capitalistas del gobierno y la oposición"(Enlace al final*). Pero eso es una verdad a medias. Y es planteada así, porque quien eso escribió "no tiene velas en ese entierro", no apoya al gobierno, a ninguno de los candidatos y tampoco a quienes llaman a la abstención desde la derecha tradicional. Pero si está por una opción que, para tener pertinencia y audiencia entre venezolanos tendrá que hacer un como desmesurado esfuerzo para aclarar muchas cosas. Además, si alguien está agobiado "por la incertidumbre y desesperación" somos los venezolanos atados a un ingreso paupérrimo y hemos sido víctimas de quienes han gobernado, gobiernan y dirigen a la oposición.
En ese artículo, que recomiendo leer con detenimiento, Valderrama dice muchas cosas; unas ciertas, como que el gobierno perdió el rumbo, pero oculta que venía extraviado antes que Maduro llegase a la presidencia y éste fue incapaz de percatarse y producir aquello que Chávez, quien si olió algo, llamó el "golpe de Timón". No. Para él, todo es culpa de Maduro. La crisis comenzó a incubarse justo el día que éste asumió la presidencia. Lo que especialmente significa que Rafael Ramírez nada tiene que ver con ese dislocamiento. Pero, si vuelven a releerlo de cabo a rabo, aprovechando que no es muy largo, el lector podrá percatarse que Valderrama no hace alusión alguna al imperialismo y menos al gobierno de Estados Unidos. Este tipo de conducta es habitual y lo ha sido en muchos casos e historias que uno conoce. Por lo que dice, en este entierro, sólo tienen velas "los capitalistas del gobierno y la oposición", lo que es una manera de decir las cosas para dar la impresión haber dado el pésame pero sin nombrar la soga en la casa del ahorcado. No. En este drama que vivimos, el imperialismo nada tiene que ver, ni a favor ni en contra de Maduro, según lo que dejó de decir Valderrama. No conviene porque además, según él, estamos "ante una crisis inducida por el gobierno". Ni siquiera forma parte de la crisis global del capitalismo y del movimiento de piezas que hacen las grandes potencias. Como que lo que pasa en Brasil, Ecuador, Colombia, y hasta el bloqueo a Cuba, son cosas azarosas que conviven por pura casualidad.
Eso sucede cuando los "analistas" toman partido aprioris y actúan deliberadamente como agentes para convencer al público.
Para el Toby, "quedan pocos días, e improbable que el cuadro cambie". Vendrá, según su percepción, la que tiene mucho de deseo, un estado de profundización de la crisis y hasta de caos. Lo que es bastante racional. Pero dentro de esa incertidumbre, oscuridad, él ve un pequeño rayo de luz. Y con éste llegará el momento "para conducir la masa escéptica, sin rumbo, pero con rabia sin comprender el momento pero con mucha esperanza". Ni más ni menos que eso del "palpito del presidente", Entonces, el cuadro no cambiaría de aquí al veinte de mayo. Pero al decir eso, como lo improbable supone lo probable, Toby da margen para pensar que en sus intersticios cerebrales pudiera haber la esperanza que algo acontezca. En esto o ante esto, la imaginación es prodigiosa y si uno ha visto tanto muerto cargando basura, no sería extraño ver bajar una nave sideral con una especie de caja de pandora con soluciones para cada problema. Lo que pudiera parecerse al sueño oculto o incipiente del Toby. Eso nunca lo imaginó uno, ¡pero que vuelan, vuelan! Se pudiera parecer a una invasión con ayuda humanitaria, con una lluvia de café, toronto y gomas de mascar.
Toby, como inspirado en el viejo o nuevo testamento, no lo sabemos con exactitud, pues sin duda en uno anida mucho de ignorancia, espera por el Mesías o una corte de ellos, entre los cuales como en toda junta humana hay un jefe. Quizás por esto dice, después de dar la última pincelada al cuadro, "será el momento de los relegados de hoy, los calumniados, los exiliados". El lector sabe muy bien a quienes se refiere el Toby; no a todo aquel que esté en contra del gobierno, y viva fuera del país, exiliado o no, sino a aquellos que una vez "barridas las dirigencias", lo que sin duda refiere a "Tirios y Troyanos", con el caballo y todo, o lo que es lo mismo a quienes manejan el gobierno y todo el bando reconocido como opositor; a quienes llegarán a salvarnos, pese a las dudas que todos tenemos, partidarios o no del gobierno, de sus buenos procederes cuando estuvieron en los puestos de mando. Y en lugar de estos, quienes gobiernan, como quien toma un trompo servidor, fácil para caerle a quiña, "las masas identificarán", continúa el Toby, "a los genuinos que aparezcan con la fuerza de lo auténtico" y, de paso sentencia, "desecharán las falsificaciones". Y esos" genuinos" están entre los "calumniados y exiliados".
Todo contador de cuento, que no es analista, pese así lo crea o lo crean, se inventa sus propios ídolos, príncipes y princesas. Estos nos salvarán del diablo. Creen los simplistas que dándoselas de sabios, imaginan a los demás por lo menos ilusos y hasta pendejos. Es el viejo drama del bien y el mal; del vivo y el tonto. Y todo el mundo quiere fingir o se cree ser el bien o el vivo.
La crisis venezolana de hoy que, en buena medida no es más que una prolongación de la misma que generó el rentismo y la riqueza que atesora el vientre de la madre tierra, tiene muchos culpables. En primer término quienes han intentado trazar nuestro destino de productor de materia prima barata, el imperialismo; y no se ha ido, pese a que el Toby no lo pinte en ese cuadro de ahora, porque no conviene a "los auténticos y exiliados". Pues si vienen con "la fuerza de lo auténtico", esperan no enfrentar ese escollo, sobre todo habiendo antes preparado el terreno para que Maduro ahora entre en nuevos convenios con las petroleras. Como también lo es el gobierno de turno, que se conformó con conducir una nave que venía escorada sin llamar a zafarrancho a tiempo, sino que ocultó las filtraciones hasta donde pudo, dejó que ella naufragase y ante todo aquello terminó aprovechando para transbordar la carga de manera forzada en alta mar y aún así para seguir manejando el timón. Algo así como manejar la decadencia y la derrota por impericia con "honor". Y en esto tienen responsabilidad bastante de esos "auténticos y exiliados".
Llegado a viejo, uno todavía se asombra con cada nuevo día y como el hombre muta, cambia y lo hace porque el mundo da vueltas; pero más asombra cuando el hombre, como Gregorio Samsa, en "La Metamorfosis", se evade y se inventa una nueva vida. Y más asombra, si esa, su nueva pinta, se la inventa llena de grandezas y sueños que no caben en el "Caballo de Troya".