Hemos visto las últimas fotos en el exterior, de Julio Borges, Luis Florido, Antonio Ledezma, Henry Ramos Allup, Vecchio y Smolanky; todos en trajes muy finos y con la pronunciada curva de la felicidad por delante: sonrosados, dicharacheros, felices y gozones al lado del esperpento vice-gringo, del Marco Rubio o del Luis Almagro. Lo primero que les brota de sus befas es la crisis humanitaria de Venezuela.

Luego de una de esas tantas históricas conferencias que ellos ofrecen, Florido, Ledezma, Cralos Vecchio y David Smolanky salieron a celebrar en el restaurante "White Horse" de Nueva York, un lugar que se los había recomendado Henrique Luis Almagro.

Leían el menú en una pantalla electrónica, que con sólo tocar el plato a elegir, se trasmitía directamente el pedido hasta el chef. Vecchio bromeaba con sorna, diciendo que le gustarían unas caraoticas con queso rallado y algunas tajaditas (él, tan maracuchizado): Ya habían castigado con furia cuatro botellas de vino tinto de la Rioja, y en silencio cada cual manipulaba su celular, buscando las noticias del momento sobre Venezuela.

Smolanky consultaba a través de la última versión de su Samsung Galaxy, las noticias de "El Nuevo Herald" de Miami. Y allí leyó: "Muere venezolano de 44 años al no tener seguro médico en Memphis, Tennessee…". Smolanky masticaba lentamente unos snack fun, que consistían en "erdnüsse im teigmantel con wasabi". Los saboreaba lentamente porque estaban muy picantes. No era propiamente una noticia para compartirla en aquel momento con sus amigotes cuando trasegaba aquellos wasabis con un buen trago de vino.

(Y pensó Smolansky, mientras castigaba con inspirada deleitación un trozo de pata-negra: "Qué buena oportunidad ha perdido Estados Unidos, la mayor democracia y el país más humanitario de la tierra, para demostrar que verdaderamente quiere ayudar a nuestros compatriotas, para que ese pobre Eumer Ferrer no hubiese tenido que partir al reino de los cielos sin que nadie le hubiese humanitariamente echado una mano… Si no pudieron estos grandes amantes de la libertad del humanitarismo echarle la mano sólo a uno de los nuestros, ¿cómo carajo podrían ayudar a cientos, a miles, a cientos de miles, a millones?).

Julio Borges, sí dio un grito para decir: "Se jodieron, la ConocoPhillips siguió nuestros consejos, para dónde coño irán a coger ahora, y leyendo, dijo en un inglés de molienda de café: The Houston-based company on Friday assumed control of Venezuela's oil assets in the Caribbean island of Bonaire and filed court orders to do the same in Curacao and Aruba. The takeover is effectively stifling Petroleos de Venezuela SA's ability to export oil, the commodity that bankrolls the regime of dictator Nicolas Maduro".

Lo que más resaltaba en cada noticia sobre Venezuela es el tema de la CRISIS HUMANITARIA. Chocaban las copas de vino y decía: "¡Viva Venezuela libre!". A Ledezma se le ocurrió decir, que así como se había hecho popular el preparado con ron la "Cuba Libre", había que internacionalizar un palo que se llamara "Venezuela Libre".

"Siempre había pensado en eso, agregó Vecchio".

Todo era risa y guasa. Pidieron de entrada sopas y ensaladas. Para "aplacar la furia", como dijo Ledezma pidieron para picar, queso grana padano, aceitunas, pepinillos, jamón serrano, medio kilo de pata-negra, y algo de prosciuttu "para evaluar los intríngulis de las diferencias".

"-Hay que engullir y sorber por los que no puedan hacerlo en la patria del gran esquelético de Simón Bolívar", dijo pícaramente Julio Borges, mientras llevaba a sus belfos dos rollos de jamón envueltos en queso camembert. "La verdad es que yo sí degeneré, coño, porque me es imposible comer sin una copa de vino", dijo Luis Florido. Por algo, algunos me llaman Tóxico Florido".

El pedido fue prolijo, variado y exquisito.

Smolanky fastidiado apagó el celular, y quedó un rato titilando el resto de la noticia: "…Ferrer sufrió un ataque cardíaco luego de trabajar la noche del 22 de febrero de 2018, y se le realizó una cirugía de cateterismo. Su corazón quedó funcionando a un 20 por ciento de su capacidad y estuvo en cuidados intensivos ocho días, de acuerdo con el sitio Gofundme. El 3 de abril pasado, cuando Julio Borges, de Luis Florido, de Antonio Ledezma, Henry Ramos Allup, Vecchio y Smolanky se reunían por séptima vez con Marco Rubio y Luis Almagro, Ferrer sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) causado por un coágulo en el cerebro.

Lo mató la dictadura se dijo Smoslansky en el momento en que supo que la cuenta iba nombre del Departamento de Estado, porque… "Eumer y su esposa Jennifer emigraron a los Estados Unidos legalmente desde Venezuela, en donde la dictadura, la tensión política, las amenazas, persecuciones e inseguridad, los forzó a buscar un lugar mejor donde vivir aunque ese lugar condujera a la muerte de Ferrer…, por lo que solicitaron asilo político y estaban a la espera de la entrevista con las autoridades de inmigración…".

El pasado 20 de abril solicitaron los pobres aspirantes a una ayuda humanitaria, en la oficina de USCIS, en Nueva Orleans, que se adelantara la entrevista pero las autoridades respondieron "que no podía proceder con este tipo de solicitud, aunque fuese un caso de extrema emergencia".

La verdad absoluta les escocía el neuma: "A menos que USCIS confirme su estado migratorio, él no tiene acceso a ninguna posibilidad de seguro del estado, haciendo un trasplante de corazón casi imposible de obtener", de acuerdo con la página en Gofundme.

Ferrer trabajaba en una fábrica de alimentos y era el sostén de su hogar. Su esposa no puede trabajar debido a su embarazo de siete meses, y podría enfrentar problemas para pagar sus gastos de vivienda, luz y agua, según Mundo Hispánico.