Hay que ver que nuestro pequeño mundo está irrigado de contradicciones que ponen en entredicho las actuaciones de muchos personajes, que a la hora de la chiquita: no encuentran cómo adaptarse a la realidad del momento -si es de compartirla o desecharla- y sin ver para los lados como el que no quiere hacer daño, pero que esa es su intención pluralista, como una solución que se presta más a intrigas deshonestas: sueltan sus angustias políticas que más bien parecen, una sobre carga de energía negativa, bien ionizada de compromiso táctico que desde todo punto de vista, los implican de astutos temerarios y dejan ver que no todo en sus vidas es color de rosas, y quedan sin ninguna duda a la intemperie de la realidad prefijada, habiendo hecho la maldad precisa como una duda razonable y, así quedan retratados en cuerpo presente de apátridas, tal cual, lo hizo el tal candidato Henry Falcón, la noche del 20 de mayo de este 2018 cuando, se le arrodilló al imperio y a la unión europea, incluyendo al grupo de Lima como una nefasta agrupación de la derecha retrógrada entreguista.
Creo sin equivocarme que, mejor le hubiera quedado a él como "sagaz" (no como buen sagaz) que es que trata de lidiar en política sin mucha retórica que no lo aceptó ni lo apoyó la MUD. Metido como estuvo entre un grupo de viejos zorros que buscaban reverdecer en la pradera de sus ambiciones de los escasos partidos que lo apoyaron que como sargento -sin ofender- no se acercó a "el cabito Castro" que Henry sin restaurar nada se embolsilló frente a las pantallas de tv una lucrante -lo más posible- situación que le dará la fama de no reconocer una votación sin aún saber los resultados, en el confirmado supuesto que se sabía perdido y, bien perdido sin derecho a pataleo y, apeló a lo que era lo más posible y sustancioso dentro de esa vieja guardia que lo acompañó en ese big bang de negar la elección del presidente Maduro que, sin haberse forrado de negro que le quedaba mejor hacerlo por la hora y el momento, hubiera sido lo ideal a la forja de su proceder de perdedor in situ.
Más inteligente fue el otro candidato que estuvo de tercero que resoplando sus inquietudes se plantó cuando, dijo que reconocería al candidato Maduro si ganaba con muchos votos que no quedaran dudas de inconformidad como lo presagió él y, como el tal candidato Falcón no tenía otro camino que lo llevara a la gloria o, quizás al Reino de su esperanza o, quizás de su sabiduría: adornó su mente de lo más posible y aconsejable por su asesores iluminados de razones fatales como trágicas a desconocer sin ver resultados y, así quedaba bien con Dios y con el diablo del imperio al que no debe perder de vista si quiere seguir subsistiendo en la vía de la política que, los errores de malos cálculos les salen bien caros a los políticos que no son como los artículos en Venezuela que todos los días suben de precios, y ellos más bien descienden a donde siempre han debido estar y acogerse a la hermosa y franca frase de "zapatero a tus zapatos" con un Nicolás alzado por seis años más que veremos si en verdad valió la pena votar por él, porque sí es para más de lo mismo dentro de esta locura que nos está matando sin ningún clap de compasión. Chávez en particular va a tener que jalarle las orejas bien fuerte, a que rectifique y guíe la nave como país con más entendimiento de fortaleza de misión emprendora por el bien de la mayoría y, a que deje de cometer tantas torpezas políticas juntas y se enserie en gobernar el país con los mejores de su gente y no con el carné de la Patria ni con la ANC, sino a aplicar las leyes y la Constitución y a delastrarse de los enchufados que no lavan ni prestan la batea.
Henry Falsón quedó, para lo debió quedar desde que perdió la gobernación de Lara viviendo de su fortuna y, una vez que le echó corazón a matar el tigre y, después con la mayor deslealtad política y moral, le tuvo miedo al cuero y, en cuero ha quedado vagando por el mundo, como un traidor más de nuestra patria sin cojones de vergüenza.
