"Para hacer eficaz una cosa es menester tener la inclinación a ella, y aun quererla con pasión vehemente".
Simón Bolívar
Días antes de cumplirse las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo 20 de mayo de 2018, buscaba sostener encuentros de cuadro para analizar el evento postelectoral. Sin duda el panorama electoral avizoraba la repetida del presidente obrero Nicolás Maduro para un nuevo período envuelto en una desastrosa realidad económica en el que la falta de alimentos y medicinas han hecho pensar en la urna o en la incineración como únicos destinos seguros ante lo grave del momento.
Inclusive, nos preparábamos un monólogo de un campesino de izquierda de esos que vivió por allá en la década de los 60, cuando algunos pseudos revolucionarios se fueron a la montaña a retratarse con traje verde oliva y fusiles que no sabían disparar.
Para quienes enfrentaron estos duros momentos de la historia del puntofijismo, nuestro reconocimiento porque de verdad hoy en día existen testimonios y documentos como pruebas que izaron y murieron portando hasta lo último la bandera del socialismo, pero para quienes se camuflajearon y hoy son bufones de los ricos nuestras más duras críticas por cuanto en estos momentos muchos de ellos se enquistaron en este gobierno y desviaron sus luchas sociales para irse a corromper con el dinero de los poderosos, dejando inconmensurablemente al pueblo en una lamentable posición frente a la crisis que parece no tener salida inmediata.
En todo caso nuestro interés obedecía a tomar lectura de las actuales circunstancias junto a comuneros, obreros, amas de casa, estudiantes. Palpar de cerca a ese pueblo que pasa diariamente hambre, necesidades, de la cual no escapamos ninguno.
De modo que pudimos hacer un conversatorio en el cual se tocaron posibles escenarios a partir del 21 de mayo. Eso fue en una modesta casa de una comunidad del municipio Los Guayos, estado Carabobo, llamada Simón Bolívar. Allí se suponía nos entenderíamos dado los intentos por construir una comuna.
En efecto, la preferencia de todos sus interlocutores era la del presidente-candidato pero necesitábamos ir más allá luego del 21 de mayo. Entonces generamos unas preguntas como: ¿Seguiremos en este mismo drama? ¿Volveremos a ser los mismos tontos útiles? ¿Cuál será la nueva casta política que gobernará a partir se conozca y se juramenten los neo representantes escogidos este 20-M? ¿Habrá un adiós definitivo al socialismo bolivariano y una bienvenida al capitalismo socialdemócrta y socialcristiano en una versión más inhumana que el de la IV República? ¿Cuál será la conciencia del colectivo frente a la ANC que no termina de convencer?
Obviamente las respuestas en este tipo de encuentro resultan ser muy generalizadas y sin una estructura previamente concebida dentro del plano marxista-hegeliano, pero fue la oportunidad de rendir tributo a dos teóricos del socialismo científico y por ello logramos con la cobertura del diálogo conocer ciertas opiniones que dieron como resultado que el pueblo quiere paz. A su vez mostrarse resteado con sus reivindicaciones y no creer en cuentos con salidas dolarizadas y tampoco en promesas tipo "tercera vía" anunciadas por un profeta de la dolce vita.
Además, el pueblo está ávido de conocer, que lo orienten en la búsqueda de soluciones pero viendo como ejemplo a los políticos emprender trabajos en las comunidades, en los barrios, en los campos. No es posible se siga viendo a representantes de un partido político llegar a lugares donde se pasa necesidades hasta morir de hambre y las soluciones sean sólo momentáneas. Ya basta de hablar tanta paja y gamelote sin sentido en donde las amenazas son otra burla más para el indefenso.
También pudimos observar que existen líderes que no los dejan surgir con algunas propuestas o ideas. Hay constituyentistas o diputados que parecen llegaron a la cima del Olimpo porque no se les volvió a ver la cara por estos barrios en donde la gente se arremolina cuando llega la harina al mercado del chino o se convoca a vecinos por la venida de las cajas Clap. Del resto para qué reunirse en comunidad si el único problema que tenemos los venezolanos es la comida.
En tal sentido, la derecha endógena parece estar más peligrosa ahora que más nunca. Los resultados de este 20-M nos dicta tomar más conciencia en defensa de la patria y las conquistas sociales ante las incesantes amenazas proliferadas desde el cíclope del norte, la aristocrática península ibérica y desde las sombras bogotanas con tal de impedir la continuidad de construir un país que pueda sostenerse a sí mismo por sus propias riquezas como es el caso de Venezuela. Por eso la necesaria interpretación del poder popular y no ceder más centímetros a la oligarquía criolla que parece manejarse en aguas más turbias que antes.