No fueron diez millones, pero la abstención fue equitativa

Luego del proceso electoral presidencial, la derecha imperial, ha tratado de imponer varias matrices de opinión, al mismo tiempo que se apuran infructuosamente, en tratar de repetir los escenarios de violencia y terrorismo, desplegados en el pasado. Se afanan en sostener que realmente lograron imponer la abstención en el proceso electoral reciente. De la misma manera, mantienen el supuesto de que no había condiciones objetivas para la realización del proceso electoral. Los días previos a la elección, habían dispuesto un conjunto de acciones de calle para boicotear el proceso y fueron contados los que asistían. Consumado el evento electoral, han tratado de crear focos de violencia para rememorar el pasado reciente y realmente les ha resultado imposible. A pesar de la autoridad empleada por sus amos del norte y la exigencia que les ha sido hecha, es evidente que esa derecha que en el pasado tenía la facultad de incendiar varias partes del país, y generar situaciones que decantaban en centenares de muertes, afectaba la economía de la nación y la tranquilidad del pueblo, hoy se encuentra muy raquítica. Carece profundamente de credibilidad y aceptación en el pueblo. Su gente se cansó de sacrificar seres humanos, solo para garantizar la fluidez de remesas en verdes, para los bolsillos de unos pocos. La escena que se exhibió el 20 de mayo, fue evidente, lo explica todo. Los estados unidos de Norteamérica hicieron todo lo posible porque la elección presidencial se semejara a un plebiscito, obligaron como a niños de primaria que sus sirvientes abandonaran la contienda y dieran fuerza al discurso malintencionado de las transnacionales de la desinformación, que planteaba; que en Venezuela se vive una dictadura y que no había condiciones institucionales, ni la transparencia para un proceso electoral creíble. Pero a pesar de que gran parte de sus cachorros desistieron en sus aspiraciones y se sometieron a los designios de su señor, el proceso de escogencia para presidente y legisladores, se dio con normalidad, en calma y sin ningún tipo de contratiempos. Esta tranquilidad, el hecho de que las cosas transcurrieran sin sobresaltos, ha generado que desde ya, afloren quejas a lo interno del sector opositor, debido a lo irrealizable que resultan las promesas hechas por Norteamérica, las cuales vienen siendo consideradas como simple y mera estafa. Sin dejar de lamentar además el profundo desgaste y descredito al que fueron sometidos nuevamente, por el capricho de los sesudos, que desde laboratorios planifican la debacle de Maduro y el país.

Este 20 de mayo, nuevamente la población fue a un proceso electoral, en un clima de aflicción o duelo nacional, en unas circunstancias similares a las vividas durante las elecciones presidenciales de 2012. En aquel momento, la derecha llevaba el aliciente de que había desaparecido físicamente el Propulsor de la Revolución Bolivariana. Contaban con una motivación enfermiza, pero especial para ellos. En esta oportunidad, se fue al proceso electoral, en unas condiciones que afectan profundamente a los dos sectores que se contraponen en el país, todos los que hacen vida en la nación, vienen sufriendo las gestiones intervencionistas de los que cruzan las fronteras norteamericanas, con el único objetivo de vender la patria e implorar agresiones multidireccionales contra nuestro pueblo. Toda la población viene siendo sometida por igual, a una situación de asfixia y agonía, cada vez que se sientan a la mesa, deben atender alguna situación de salud o comprar calzado y vestido. Por supuesto que los más pobres, lo padecen con mayor inclemencia. En aquel momento, había fallecido uno de los hombres más grande que haya parido la patria, Hugo Rafael Chávez Frías, por ello, los dolidos eran sus partidarios. En esta oportunidad debido a las circunstancias descritas, la población adolorida ha aumentado. Nuestro pueblo agobiado por el ataque incesante que mantiene Donald Trump y sus aliados en contra de los hogares venezolanos, ha resultado profundamente impactado, ocasionando adormeciendo en los dos sectores, aletargando a una parte de sus militantes, desalentando su estado de ánimo y la voluntad de acudir a los centros electorales. Ese pueblo opositor dio muestra de estar cansado de muertes y violencia, está agotado del castigo hambreador y asesino que imponen los que se creen dueños del mundo.

La derecha embaucadora, pretende desconocer las ciencias estadísticas, aboliendo definitivamente los conceptos que le dan vida. Asume de facto, que todos los que dejaron de votar se identifican con sus posiciones. Tomando el atrevimiento de sostener que los que se abstuvieron a participar, se suscriben en la oposición. Esta demás decir que sostener tales afirmaciones raya en el más absurdo de los ridículos. Y esto lo sostengo, porque si la realidad nacional, fue lo que se vivió en el estado Sucre, donde fue evidente que en los centro de votación donde se libró la batalla democrática, hicieron presencia y defendieron sus respectivas causas, los mismos actores que han representado a los distintos bandos en los últimos procesos electorales. Los personajes que encarnan al chavismo y los que defienden a la oposición ocuparon sus espacios hasta el final del proceso, el día en cuestión. Y si esto no fuera suficiente, ocurrió también que la votación que saco la oposición en las elecciones a gobernadores (153.823 votos), fue similar a la obtenida en las presidenciales del 20 de mayo de 2018 (121.851 votos), sumados los dos candidatos de derecha. Entonces hablar de una abstención para solo un bando, resulta poco serio y creíble. Aquí la pregunta que cabe es, quien se abstuvo más que el otro. Más allá de lo que arguyen los voceros de la derecha, es evidente que se dio una no acostumbrada abstención, pero motivada entre otras cosas por la situación que le imprimen al país. La cual le resto participantes tanto al chavismo, como a la oposición. Esa poca movilidad que mostro la derecha en el proceso electoral, es la misma que ha mostrado cuando ha tratado de generar focos de violencia en los días y meses recientes. En todo caso, si la oposición hubiese sumado a 3.000.000 de sus supuestos ¨abstencionistas consientes¨ y el chavismo no hubiese hecho lo propio, aumenta el porcentaje de participación, pero el ganador hubiese sido la misma persona. Así como el chavismo se ha concientizado sobre el daño que hace la derecha cuando se va a tomar café con el vicepresidente de Norteamérica y le suplica de rodillas que destruya la tranquilidad y la posibilidad de alimentarse y medicarse a nuestro pueblo, un amplio sector de esa derecha también ha entrado en cuenta. Ya comprende que los personajes a los cuales ha estado apoyando en los últimos años, son los mismos que se revuelcan frente a los voceros norteamericanos pidiéndoles intervención y sanciones contra el país. Quizás no vota por la causa de la patria, pero ha dejado de votar por ellos. Lo que ocurrió el domingo es una demostración, un reflejo de cómo están las fuerzas en ambos lados. Y prueba de ello es que el imperio cara dura, viene peleando en persona la batalla de sus serviles, porque se dio cuenta que sus arrastrados se fatigaron. Permanecen inertes a pesar de los latigazos que les son asestados.

Realmente llama poderosamente la atención, que pesar de haber obtenido con esta elección algunos elementos para la generación de disturbios y acciones terroristas, condiciones mejores que en procesos electorales anteriores, no han podido y todo indica que no podrán generar la violencia acostumbrada. Por ello su apuesta mayor la hacen en los sectores militares. Ya desecharon a los políticos, ahora insisten con desesperación en la captación de algunos efectivos de la FANB que acepten lanzarse la aventura. En otros momentos el chavismo salía mejor electoralmente y a pesar de ello, los tarifados lograban generar el caos y satisfacer las exigencias de los financistas del norte. Hoy el imperialismo en su arrechera y desespero, ha tenido que salir por cuenta propia a pelear la batalla que los suyos no pueden.

La dimensión de la victoria de Nicolás, recoge elementos de suma importancia para el análisis y la evaluación. Nuestro presidente construye esta victoria con el 68% de los asistentes al proceso electoral. La distancia con respecto a su inmediato seguidor, fue brutal, casi el 50% de los votos (47%). Pero a pesar de lo aplastante que fue esta victoria, todavía la mediática transnacional consecuente con la cobertura sesgada que venía haciendo previo al evento, se desgrana tratando de encontrar elementos que puedan desacreditar la caudalosa victoria alcanzada por el Líder de la Revolución Bolivariana. En este proceso, es importante también analizar el comportamiento del voto opositor. Ya no ocurre que la votación adversa al proceso revolucionario, se aglutina en la moribunda mesa de la desunidad. En este proceso que acaba de terminar, insurge una nueva fuerza, que logró captar una parte importante de ese sector que no se identifica con la izquierda revolucionaria. Lo que ocurrió en Venezuela en este proceso, tiene infinitas lecturas. Ya la derecha sumisa y entregada al imperio no está sola. Hay otra forma de hacer oposición, que viene recibiendo un buen respaldo de parte del pueblo. Porque no se puede decir que lo que ofreció falcón, es lo mismo que ofrecía Bertuchi. Falcón representa la violencia, la subordinación y la preponderancia por satisfacer los intereses extranjeros, el chantaje y la agonía contra el pueblo. Mientras que Bertuchi, es una nueva fuerza con características propias y específicas. Más nacional, apegada a la verdad y distante de la violencia y el terror. Más que cantar victoria, la derecha maloliente agrupada en la MUD, debería preocuparse de qué hacer para recuperar la ingente cantidad de votos que ha perdido. Debe ocuparse en no desaparecer y ser sustituida por una fuerza opositora, que ponga en primer lugar al país y sus intereses, con características distintas a la mostrada por los sumisos al mandato extranjero. Como pudiera representarla el señor Bertuchi.

Los patriotas, esperábamos con certeza una votación a favor, que rondara los 9 o 10 millones de votos, pero la participación del pueblo nos asignó aproximadamente 6.250.000 apoyos. Contrario a lo que busca imponer el imperio en el imaginario colectivo, esta votación es una demostración de que lo que opina el pueblo en las urnas, es lo que expresan finalmente los resultados. Refleja que los centros electorales y el sistema electoral completo, recogen solo, las decisiones expresadas por cada elector. No las aspiraciones de grupos o sectores interesados. Si la cosa consistía en amañar los resultados, se fotocopian los tarjetones, se obvia la formalidad, se niega la auditoria del sistema electoral, se evita la presencia de observadores serios y se procede a colocar cínicamente y descaradamente, la votación que hubiésemos deseado obtener, como ocurrió en honduras, y hará santos y la oligarquía en Colombia. En Venezuela, quedo a la vista de todos que nuestro Consejo Nacional Electoral, solo recoge la decisión de los que ese día, optaron por ir a ejercer su voto en los centros electorales. Para la dirigencia y militancia chavista realmente fue una sorpresa que no llegáramos a 7 u 8 millones de votos. Pero para la opinión pública mundial la sorpresa fue mayor, entendió de sopetón, que las decisiones en la democracia venezolana, las toma el pueblo frente a las urnas electorales, y no los contubernios de los poderosos.

Alguna de nuestra gente se sintió acongojada con los resultados, debido entre otras cosas, al hecho de que los beneficios sociales otorgados por este gobierno, no se compaginaran con los apoyos recibidos. Y también debido a que nos hemos acostumbrado y hasta mentalizado que los resultados deben ser contundentes, no deben dejar dudas o espacios para que el imperio fascista, tome elementos argumentativos, que motiven a sus correligionarios para la generación de situaciones de violencia. Es por ello que se trabaja por que la votación sea alta, que la diferencia con el adversario, sea categórica. Allí se concentran los mayores esfuerzos y también parten los desconciertos que presentan algunos de nuestros equipos. Al final, el imperio termina condicionando hasta nuestro estado de ánimo, a pesar de la aplastante victoria obtenida. Porque una cosa es lo que puedan decir las repetidoras mediáticas del imperio y otra es lo que verdaderamente ocurrió el 20 de mayo pasado, más allá de si fue poca o mucha la participación. Es importante además decirles a aquellos soldados de la Revolución que todavía sienten que los resultados no fueron los satisfactorios, que revisemos las condiciones en las que se fue al proceso electoral. No hay que olvidar que los procesos electorales, han dejado constancia de que este pueblo es muy emocional a la hora de la toma de decisiones. Hay que recordar también, que las condiciones para la realización de este evento electoral, fueron colocadas por la derecha. Condiciones que fueron cambiadas en reiteradas oportunidades y finalmente desechadas. Todavía está fresco en la mente de los venezolanos la solicitud de adelanto de elecciones y las condiciones que fueron discutidas por la oposición antes de que se definiera el adversario. Falcón decide participar y se presenta nuevamente un listado de exigencias para poder presentarse. Fue por petición de falcón, que se extendió un mes más el proceso electoral presidencial, programado previamente en las mesas de diálogo para el 22 de abril. Todas las exigencias fueron cumplidas. Pero falcón faltando escasos minutos para cerrar el proceso, decide plegarse a la línea discursiva de la derecha. Con la actitud propia de los irresponsables, se midió en el proceso, pero cuando se percató del tamaño de la derrota, simplemente pretendió devolverse, para no quedar fuera en la distribución de las lechugas. Dijo; voy al juego, pero si veo que perderé, volteo la mesa.

Falcón con su pronunciamiento infantil, carente de seriedad y responsabilidad frente al país, aptó por continuar siendo una mascota del imperio norteamericano. Automáticamente desistió en constituirse en el nuevo líder absoluto de la oposición. Prefirió extinguirse, continuar siendo una marioneta más, mantenerse dentro de la axila del imperio, ser parte de los apreciados por el emperador y poder optar a que le sigan cayendo los billetones verdes. Este señor luego de realizada la votación, faltando apenas minutos para el término del evento, se le ocurrió decir que los puntos rojos colocados en los centros, le habían hecho perder la Presidencia. Esta situación lo llevó a tener que adelantarse unos minutos a Tibisay Lucena, para expresar que había participado en un proceso fraudulento. Vimos también, el viejo estilo de la MUD que enfrentaba a Hugo Chávez y los procesos electorales de la democracia revolucionaria, con sus fichas dentro de la rectoría del CNE. El rector Luis Emilio Rondón, apegado al libreto redactado afuera, guion al que se subordina sin murmurar la dirigencia opositora, pretendió implosionar la credibilidad del ente electoral, buscando descalificar la transparencia del proceso, tratando de dar elementos a la mediática transnacional, para posicionar la idea de que el proceso electoral fue fraudulento y que no se cumplió con los niveles de objetividad y transparencia que se requiere. Anteriormente era el rector Vicente Díaz, ahora es este señor. Circunstancia ésta, que no se da en ninguna parte del mundo. ¿En qué parte del planeta vemos a funcionario apegados a líneas discursivas extranjeras, tratando de destruir la credibilidad de su institución, recurriendo a mentiras?. Lo triste es que en Venezuela esa derecha anti venezolana, que presenta nuestra misma cedula, por la equivocación de haber nacido en el país, se presta dentro de ese guion dictado desde el norte, a poner su granito de arena en la generación de algún tipo de conmoción o perturbación. En este proceso que fue uno de los más monitoreados en el mundo, evento que contó con más de 300 observadores internacionales, no hubo ningún cuestionamiento de los acompañantes foráneos. Pero este individuo que es parte del sistema electoral y vivió desde adentro cada uno de los 23 procesos de auditoria a que es sometido el sistema, se atreve a cuestionar. A pesar de estar adentro y tener la facultad de tomar pruebas y mostrarlas oportunamente, sale luego de conocido el resultado electoral, con la irresponsabilidad que caracteriza a los apátridas, sin presentar ningún elemento de convicción a embestir a la institución donde labora y se provee del alimento para su familia, tirando piedra, solo con el objetivo de agradar a sus amos extranjeros. Esto es una demostración de que nuestra pelea en primer lugar es contra fuerzas extranjeras y luego con los engrasados en el país. Suena contradictorio, llamar oposición a gente que responde a intereses externos. Personas que obedecen presurosa y disciplinadamente las órdenes que son emanadas desde afuera. Y no solo eso, también anteponen los intereses de sus amos por encima de los nacionales. En otros lugares a este tipo de alimañas se les llama Mercenarios o Caballos de Troya.

Los resultados electorales, aunque fueron desconocidos por el candidato que fue expuesto por los voceros de la MUD, tachándolo como ficha de Maduro. Recibieron otra interpretación de parte de su jefe de campaña y de los voceros de los partidos que lo acompañaron. Mientras aquel en la agonía de la derrota, trataba en último momento corregir el hecho de no haber seguido la línea trazada por la MUD y sus dueños. Sus aliados inteligentemente, intentaban capitalizar la poca o mucha votación que habían logrado convocar, haciendo un análisis con una mente menos dolarizada, identificando verdades, egoísmos, reincidencias en los mismos errores y las nuevas promesas irrealizables. Por otro lado aparece Bertuchi, consciente de que tiene un cielo de oportunidades frente a si, asumiendo los resultados del proceso. Conocedor de que irrumpió con fuerza en el panorama político nacional, asiste a dialogar con el presidente, sintiéndose ya vocero de una de esas vertientes en que se ha dividido la oposición venezolana.

Nuestro Presidente reelecto, con la humildad que lo caracteriza, luego de la apabullante VICTORIA, vuelve a convocar al Dialogo Nacional. Da demostración de buena Fé; al soltar a delincuentes que destruyeron infraestructuras, cometieron crímenes contra personas y desestabilizaron al país por mandatos foráneos. También fue absuelto un espía norteamericano que se encontraba enconchado en uno de los urbanismos creados para el pueblo pobre, el cual al momento de su detención le fue encontrado armamentos de guerra y mapas de la capital del país. De igual manera se comprometió con la nación, a atender el problema económico que sufre nuestra gente y a enfrentar la corrupción que carcome a nuestro pueblo. Mientras ellos insisten en generar muerte y agonía en el país, nuestro Presidente reelecto se dispone a crear condiciones para la VIDA, para el DISFRUTE y para la consolidación de la PAZ.



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Pedro Figueroa


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