No existe saber académico sin una sustentación a partir de un conocimiento o un saber popular. Al decir de Paulo Freire (1977) "De ahí que no haya ignorancia absoluta ni sabiduría absoluta.".
Pero no deseamos ni podemos caer en contradicciones ya que creemos que existe una falsa conciencia o alienación que ha hecho que la mayoría no tome conciencia de las causas profundas de sus condiciones de vida (explotación, dominio ideológico de la religión y de los medios de comunicación) y la posible y necesaria transformación social.
Pero tampoco es menos cierto que en la mayoría de los casos la educación formal, el mensaje y el discurso religioso, político, y de los medios de información nos han adoctrinado en el pensamiento capitalista que legitima la desigualdad a favor de unos pocos. Según Valderrama (2000:26-27); Si una sociedad está sometida al control económico, político, militar de un sector, que domina al resto, justo es pensar que ejerza también un control ideológico, que se traduce en una estructura psíquica, en una moral, en una cultura, que juntos conforman un poderoso sistema de dominación.
Consideramos importante el aporte de los estudios culturales: las mentalidades, las particularidades étnicas, el multiculturalismo, como revalorizador de la diversidad humana y el llamado respeto y el reconocimiento a los otros, como legítimos otros. Pero consideramos que esta perspectiva no es suficiente, ya que muy poco toca o obvia las estructuras del poder económico , cultural y político a nivel nacional y mundial que desde las grandes corporaciones trasnacionales, el imperialismo en sus viejas y nuevas modalidades de intervención, el poder mediático y frente a los organismos internacionales como la ONU, el FMI, supuestamente llamados a garantizar la paz y el equilibrio económico mundial pero que en realidad solo representan los intereses de las grandes potencias, el multiculturalismo no solo no es suficiente sino que por el contrario puede convertirse –la mayoría de los casos sin quererlo- en presa fácil de quienes históricamente nos han dividido.
Asumimos una posición radicalmente crítica y enfrentada a quienes en nombre de las ciencias y de una aparente objetividad desarrollan un discurso indeterminado, donde no pareciera existir seres humanos, que hablan en nombre de aquellos, estos, ellos, es decir ; conceptos deshumanizantes que convierten al hombre en cosas, lo cosifican. Donde no existe compromiso, se evitan las emociones. Esta aparente neutralidad en realidad es legitimadora de un mundo deshumanizante, materialista en donde el lenguaje sirve para enmascarar el poder. El "Yo", el "Tu", el "Otro", el "Nosotros", están cargados de naturaleza humana, ellos representan posiciones, intereses, emociones, por lo tanto son inherentes al discurso del hombre, sea este poético, narrativo o científico.
Levinas (2002) en su obra Algunas reflexiones sobre las Filosofías del Hitlerismo es categórico al señalar: "La ciencia, la moral, la estética, no son moral, ciencia ni estética en sí, sino que traducen a cada momento la posición fundamental de las civilizaciones burguesas y proletarias." (P12).
Para el filósofo argentino Enrique Dussel (2001): "Dicho reconocimiento del discurso del Otro, de las victimas oprimidas y excluidas, es ya el primer momento del proceso ético de la liberación, "de la filosofía" (p76).
En Pedagogía de los oprimidos, Paulo Freire (1991) es más categórico al señalar que hacer investigación social no se hace en forma unidireccional sobre los otros sino con los otros: "solo existe saber en la invención, en la reinvención, en la búsqueda inquieta, impaciente, permanente que los hombres realizan en el mundo, con el mundo y con los otros" (P.73) "la investigación del pensar del pueblo no puede ser hecha sin el pueblo, sino con él, como sujeto de su pensamiento."(P.30)
Orlando Fals Borda (1992), uno de los mas importantes representantes de la Investigación Acción Participativa, insiste en "que unos de los problemas centrales a aclarar en la metodología de la investigación–acción para el cambio radical es el de la producción del conocimiento científico" (47). Este autor habla de ciencias emergentes o subversivas y ciencia popular para referirse "aquel conocimiento que les ha permitido crear, trabajar e interpretar predominantemente con los recursos directos que la naturaleza ofrece al hombre". (48) Borda parte de "la filosofía espontánea" y del "intelectual orgánico" al que hizo referencia Gransci. Asimismo de Foucault toma su "historia viva" en la "arqueología del saber" para rescatar la sabiduría popular, aquella que ha hecho posible sobrevivir económica y culturalmente a una gran mayoría marginada de los bienes de producción y de consumo.
En respuesta a los que muchos críticos han señalado al ver esta corriente como ingenua, Borda está consciente de lo delicado que es hablar de una ciencia del pueblo o más aún ciencia de proletariado, señalando que este es un dogmatismo político que además de anticientífico poco contribuye con las verdaderas causas populares ya que su construcción es impuesta de manera paternalista y sirve más para el control que para la liberación. La propuesta de Borda y quienes lo acompañan es el que sea la comunidad la que construya su propia ciencia, donde no se niegue el papel del académico tradicional, pero este nunca se podrá convertir en un mediador de la investigación, es un acompañante.
Términos como concientización, dialogo, compromiso y acompañamiento son propios de este tipo de investigación que no persigue el control ni de conductas ni de seres humanos, como lo hacen la mayorías de investigaciones científicas, sino la desconstrucción del pensamiento hegemónico dominante y su sustitución por un pensamiento liberador, donde el conocimiento sea para entenderse y relacionarse con los otros y no para dominar. Este es un tipo de investigación claramente comprometido política e ideológicamente con un proceso de transformación de la formación social y económica capitalista dominante.
Pero compartimos con Nélida Landreani cuando advierte sobre las desviaciones de estas nuevas propuestas investigativas: " Una apreciación ligera acerca del uso de la Investigación Participativa ha llevado a un descuido metodológico que redunda en una falta de rigor científico de las mismas y justifica en parte ser caracterizadas como prácticas panfletarias, desacreditadas por su proyección política".(1990. P23)
Para Mafesoli (1993) se trata de que lo que "es" tiene prioridad sobre lo que "debe ser". Pero advierte nuevamente que no se trata de caer al extremo de una idolatría de lo cotidiano o popular:
Habrá que volver a tratar este punto con más precisión, aunque seguramente el surgimiento del método llamado de "historias de vidas", cuando no cae en las costumbres cuentista, se propone responder al sentimiento de impotencia …(p. 153)(…) Así pues, ya no se trata de "corte" o "ruptura" epistemológica ni de distancia crítica, sino más bien de una comprehensión del presente popular (que se encuentra en la redundancia y la teatralidad) mediante variaciones intelectuales que no demuestran, sino que expresan.(..)Ahora bien la vida cotidiana es rutilante y polisémica, hecha de luces y sombras; en una palabra (lo que cada vez es más aceptado), es obra de un hombre a la vez sapiens y demens. (p156).