Nicolás Maduro Moros:
"Venezuela necesita un nuevo comienzo, aprendamos a escuchar el clamor y los silencios del pueblo, que ha pasado sinsabores con paciencia, con conciencia, que ha enfrentado dificultades de la guerra económica, eléctrica, política, de distintos signos, una conspiración permanente…"
"Lo primero que llamo es a una transformación del liderazgo de la revolución, no estamos haciendo lo suficiente ni lo estamos haciendo bien, hay cosas buenas que hacemos, pero no quiere decir que las estamos haciendo bien ni estamos haciendo lo suficiente. No nos caigamos a coba nosotros mismos ni le caigamos a coba a nadie…"
Estos extractos de un extraordinario discurso del Presidente de la paz que remueven la fibra de cualquier revolucionario de corazón, me obligan a efectuar algunas denuncias que exhortan a la aplicación de las tres "R" (Revisión, rectificación y reimpulso), solo con el fin que continúe adelante este hermoso proyecto que comenzó El Gigante Hugo Rafael Chávez Frías. Ya basta de satanizar la crítica, debemos reflexionar sobre las palabras de Nicolás Maduro y buscar las fallas en beneficio del proceso. Hay que dejar la prepotencia y aceptar los errores.
En Venezuela se vive una situación extremadamente difícil y el pueblo que padece las terribles consecuencias económicas y sociales, necesita que los alcaldes, los gobernadores, les hablen claro; ya la gente se ríe de los circunloquios de estos gobernantes intentando atenuar u ocultar las irregularidades ¿saben por qué?, porque las personas, principalmente las de a pie, conocen la verdad, la viven, la sienten, la padecen, es una estupidez matizarles los problemas que los ponen contra la pared, que los hacen pasar hambre, que los sumergen en la más terrible miseria.
Esas acciones edulcoradas en los gobernantes ya la gente no se las cala, y más bien pueden dar al traste con la gestión del presidente Maduro, que no descansa trabajando y haciendo reuniones con los diferentes sectores del quehacer nacional, buscando mecanismos tendentes a superar esta crisis que nos avasalla.
Lo peor es que el máximo líder revolucionario termina siendo el responsable de todo lo que ocurre y acontece en cualquier rincón de este país, ahora yo me pregunto: ¿Y dónde están los alcaldes, los gobernadores, incluso, los comuneros? En Venezuela hay tres niveles de gobierno y cada quien debe asumir sus funciones.
En Maracaibo y Zulia la situación es gravísima. Allí tenemos el caso de Las Pulgas y Las Payitas; en estos mercados los comerciantes corruptos venden en dólares, cobran un incremento al doble y al triple por el uso de las tarjetas de débito; compran el billete y lo arruman en cajas para revenderlo; esto se hace a la vista de todos, incluyendo policías y militares, sin embargo, no ocurre nada. Un problema de vieja data que se inició cuando Manuel Rosales era gobernador y Eveling Trejo, alcaldesa de Maracaibo, en todo caso, la gente lo que hace es que se indigna cada vez más al no ver los beneficios esperados.
Ni siquiera se suministra información al respecto, y sería bueno, por ejemplo, saber ¿por qué permanecen allí enquistadas las mafias de los alimentos y del billete y no es posible desmantelarlas?, ya muchos dicen que hay miedo a enfrentarlas argumentando que detrás están los militares. Y el silencio y la parálisis gubernamental da la razón a esos rumores. Esta situación se debe aclarar, porque peor es que se hunda este proceso que tanto trabajo, sacrificio y sangre ha costado al pueblo. Además, ¿a quién condena la gente cuando es robada en Las Pulgas y Las Playitas? Condena a Maduro. Por eso hay que abrir los ojos, escuchar al pueblo, oír sus reclamos, su clamor, sus exigencias, como acertadamente lo plantea el Presidente.
Vamos al problema de las colas en las gasolineras de Maracaibo; ciertamente inciden varios factores en esta irregularidad, pero hay una que está a la vista y salvo la queja de los usuarios agraviados, no hay quien se pronuncie. Esas colas también se hacen porque sigue el contrabando de combustible, y los "bachaqueros" llegan, les pagan a los bomberos para que les pongan el tanque full de primero, mientras crece la fila de la gente en su vehículo que va a surtir el carro con su chip de manera legal y ordenada. A veces hay efectivos policiales y militares resguardando esas estaciones de servicio, e igual reciben plata para que hagan silencio. Esa es la realidad ¿Y de quién despotrica la gente? Despotrica de Nicolás Maduro.
El contrabando de gasolina y de alimentos es tan grande hacia Colombia en contraposición al combate de los cuerpos policiales y castrenses, que en las redes sociales he visto a tuiteros diciendo que esa irregularidad es incontrolable, porque detrás están los "Bachacos Verdes", en clara alusión a los militares. Al pueblo hay que explicarle por qué sigue creciendo la extracción ilegal de comida y combustible en vez de bajar; la gente siente las consecuencias en el estómago y no se va a dejar engañar muy fácil, sincerándose con ella más bien se evitarían especulaciones y que sigan responsabilizando directamente al presidente Maduro.
Hay otro caso que se da en Zulia, por lo menos en Maracaibo, con los estacionamientos de vehículos; carro que cae preso por policías o guardias nacionales y lo depositan en alguna de esas instalaciones, carro que es desvalijado; le sacan el aceite, la valbulina, le roban piezas y lo despojan del chip de gasolina que presuntamente va a parar en manos de los "bachaqueros". Eso se sabe en todos los cuerpos policiales y militares, pero nadie, ni siquiera algún alto ejecutivo de gobierno se pronuncia. Esos estacionamientos parecen intocables, no tienen ningún control. ¿Y los afectados llenos de rabia a quién acusan? Acusan a Maduro. Esa es la verdad. No se puede perder más tiempo. Basta de pañitos de agua caliente.
Otra cuestión que no se entiende es el combate a los "bachaqueros". Estos comerciantes corruptos están en cada esquina, en cada calle. Se encuentran como hormigas en las vías. Cualquiera de la Sundde o del gobierno regional y municipal asoma la nariz en su casa y se topa con un "bachaquero", y lo que tiene es que aplicarle la ley ¡y ya! Pero la gente solo observa la proliferación de esos comerciantes ladrones y se indigna, intuye que la batalla contra esos delincuentes solo persigue un efecto mediático, un vulgar teatro, y que en realidad no hay la voluntad de someterlos. ¿Y de quién habla mal? Habla mal de Nicolás Maduro.
Lo mismo sucede con los puntos de ventas. Por ahí he visto algunas operaciones de la policía y la Sundde en las que decomisan esos equipos electrónicos a los comerciantes ladrones, pero la estafa continúa. Y los compradores no ven resultados. Quizás hay que llegar más allá de la incautación de los aparatos o aplicarles sanciones más fuertes a los responsables, porque realmente todo sigue igual en perjuicio de los usuarios. El robo descarado continúa. Y la gente se molesta y califica de farsa las actuaciones del Gobierno y de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, y señala como principal responsable a Nicolás Maduro.
De la misma manera hay que tener cuidado con el decomiso de alimentos por parte de la policía a los comerciantes delincuentes que alteran los precios, procedimientos que la gente apoya con todas sus fuerzas y esperanzas, pero critica con severidad que después no se sepa qué ocurre con el cargamento de los artículos.
Hay que tomar acciones al respecto, la gente no es tonta, sabe cuando se trabaja de verdad, se gobierna en función de preservar el proyecto revolucionario y cuando no; y si en realidad apoyamos al presidente Maduro hay que fajarse por y para el pueblo, el espíritu, propósito y razón de ser de este proceso.
Recuerdo la vez que Fidel Castro le dijo a ese otro Gigante, nuestro Hugo Chávez, que él en Venezuela no podía ser presidente, gobernador y alcalde a la vez, y eso vale para Maduro. Aquí tienen que funcionar los tres niveles de gobierno. No puede ser que al Presidente se le injurie hasta por el trinar de un pajarito; algo insólito.
Nicolás Maduro puede ser el Presidente, pero de acuerdo con la estructura del Gobierno nacional por debajo de él y a todo lo largo y ancho del territorio nacional, están los organismos e instancias, los estados y municipios, presididos o dirigidos por funcionarios que deben ejercer su responsabilidad. No pretendamos que Maduro venga de Miraflores con un balde a regar una matica seca en una acera, o a cuidar la puerta de un hospital para que no se roben las medicinas.
A Maduro lo vemos en lo grueso de sus funciones reunido con diferentes sectores de la vida nacional, escuchando, proponiendo, haciendo anuncios, pero en buena parte los efectos positivos de sus medidas no se sienten en la calle, por tantas irregularidades que deben resolver otros y no lo hacen.
Así que no son solo las sanciones del criminal Donald Trump las que nos acentúa la crisis con los vende patria venezolanos; la ineficiencia de altos empleados enquistados dentro de la revolución, incide y se suma sobremanera a tal situación. Eso hay que decirlo y admitirlo con el objetivo de aplicar los correctivos, no vaya a ser que en algunos o muchos casos esa ineficiencia no se trate de incapacidad, descuido, burocratismo, irresponsabilidad, sino de acciones perversamente inducidas con el solapado propósito de derrocar al Gobierno nacional…Hay ejemplos…