Si hay voluntad política en el gobierno, no lo veo sea difícil (I)

Combatir y tener éxito en Venezuela en la lucha contra la corrupción oficial, o pública, solo es cosa de que el Presidente de la República esté dispuesto a hacerlo, sin temer en llevarse por delante hasta a los grandes cacaos de la administración del Estado. Y si es así, dispuesto a echarle piernas al asunto, pienso habría que crearse un organismo oficial dotado de amplias facultades de acción, pero este organismo que sea integrado por personas de reconocida probidad y comprometida a prestar su mayor esfuerzo en un inclemente combate de la corrupción administrativa pública; tanto en el ámbito nacional, regional y local.

Tal organismo deberá estar facultado para hacer el seguimiento de las transacciones económicas privadas de todos los funcionarios, desde la misma fecha de su incorporación al respectivo cargo público, para así poder determinar si algunos de ellos cambia sus hábitos de vida sin ser éste cónsono con las entradas económicas que lícitamente puede cada funcionario, y su entorno familiar obtener, y sí se comprueba hubo un cambio exagerado y no justificado del regular modo de vida, en comparación con el que ha llevado hasta ese momento, y/o el de su entorno familiar, hacer una denuncia y acusación formal de un determinado delito de corrupción, denuncia que se basará en pruebas contundentes sobre cualquier apropiación indebida de bienes del Estado o provenientes de acuerdos deshonestos con personeros del sector privado, tanto sea por adquisiciones ilícitas de bienes, directamente o por interpuestas personas, y entonces, con pruebas bien fundamentadas, abrirse un proceso judicial que termine con una pronta y ejemplar sanción moral, pecuniaria y/o penal.

La creación de un ente de tal característica como el arriba señalado, sería altamente persuasivo en las conciencias de muchos servidores del Estado, evitándose con ello se dé el caso que en algún momento los funcionarios que se consideren honestos a carta cabal terminen por caer en las muchas y sustanciosas provocaciones que se encuentran en el camino que les toca emprender en el cumplimiento de sus funciones. El nuevo organismo contra la corrupción debería empezar por formar y capacitar a la sociedad venezolana en los valores de honestidad. Para lo cual diseñaría e implementaría una campaña educativa sobre la honestidad basado en los principios morales. Mejorar el sentido de percepción del daño que a la patria hace la corrupción. Solicitar que la ciudadanía colabore en el control y fiscalización de las obras públicas emprendida por el gobierno. Institucionalizar la presentación pública de los presupuestos anuales de los órganos del Estado y finanzas de la administración pública, así como la rendición de cuentas cada trimestre. Reformar y aprobar los instrumentos jurídicos vinculados al tema de la corrupción. Culminar los procesos ya iniciados en materia de corrupción oficial. Reformar y modernizar el código penal y la ley anticorrupción. Creación de una unidad operativa de policía anticorrupción. Implementar un eficiente sistema de denuncias anónimas.



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José M. Ameliach N.


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