Para Lorenzo Mendoza los ceros son su vida, y siempre están a la derecha de la unidad, porque es así como sus productos adquieren un gran valor, lo que los ha hecho inalcanzable para el bolsillo del venezolano. Es decir, es un grupo de ceros que sirven y han servido de ornato al hambre, que sin embargo, llevan adheridos una cola de fuego que hace al producto menos asequible.
Ya sabemos que Lorenzo es capaz de todo y sabe que por cada cero que le aumenta a sus productos, hay otros a los que les sirven en sus puntos Polar, que igualmente seguirán extendiendo los ceros hasta que llega un consumidor hastiado de comprar caro y en combos, que es el que paga la cosa. Pero, ¿Cómo estará Lorenzo después de saber que sus cinco ceros serán eliminados o pasarán al lado izquierdo de la unidad? ¿Qué trama en estos momentos? ¿Será que después del 20 de agosto, a cero muerto, cero puesto o disimulará un ratico para luego seguir poniéndolos a la derecha?
La conformidad de Lorenzo en esto tiempos de reconversión radica en que él sabe que los números nunca se acaban, sobre todo si se trata de agregar ceros. Desde su guarida debe estar haciendo un balance de cómo podría "afectarlo" la perdida de los cinco ceros que el gobierno establece con la entrada del nuevo cono. Pero, ¿Cómo y qué hará Lorenzo para que nos sigamos calando sus ceros? ¿Qué sorpresa tendrá en sus productos? Pudiera pensarse que de no producirse la reconversión monetaria, hoy Lorenzo, estaría utilizando las potencias de base diez para remarcar el precio en sus productos. Por ejemplo, la harina pan costaría 104(diez elevado a 4) como para abreviar la chorrera de cero en sus productos.
A todas estas menos mal que existe un nuevo cono monetario y al presidente se le ocurrió quitar cinco ceritos de felicidad de Lorenzo, porque si no, no hubiera sido extraño que una harina pan a la vuelta de algunos meses, tendría un valor de un gugol, es decir, un uno seguido de cien ceros o en su defecto 10100(diez elevado a cien)