Hoy 1º de septiembre, el día con un azul clamoroso en el cielo, oloroso los campos, un hervor de cantos y horizontes a lo largo de todas las cadenas montañosas, desde La Cara del Indio hasta La Culata; para rematar, el pico Bolívar nos recibe nevado, un furor de pericos truenan por Las Américas y Los Próceres hasta los confines de Zumba: es la gloriosa jaranas de nuestros viejos felices, de las mujeres y niños en su luz de alegría por poder comprar lo que más necesitan. ¡Al fin hay dinero, damas y caballeros!

Y entonces hay un estruendo de aplausos y de voces, ahí en una charcutería de El Puente de la Pedregosa. En el cielo se forma un lazo tenue, luego corre una sombra de colores grises y verdes, se oyen tambores y clarinetes, y una señora que grita: "¡Es Chávez, miren es Chávez quien nos mira desde el cielo!"

Por fortuna, a la vez, en pleno sábado, las grandes licorerías están cerradas, pero no hace falta: ¡la borrachera es total!

El júbilo estalla en cada rostro como si en plena sierra andina el mar estuviera cerca, pues el pueblo ha cobrado apenas un cuarto de la pensión y es suficiente para andar buchón haciéndose con huevos, hortalizas, queso, café, maíz, hasta pollo ¡carajo!, …

Pero no es como dice un enfermo escribidón que se tragaron al sueldo mínimo con el polvo de lavar, que te también te están dando 600 soberanos por lo del Bono de Reconversión, que te subieron lo de Hogares de la Patria, que te elevaron todos los demás bonos, que viene también el Bono Escolar, que se avecinan jugosos Aguinaldos y muchas otras sorpresas, y el petróleo poco a poco va subiendo y nuestra producción también…

Hoy 1º de septiembre, día sábado, digo, hay pago parcial de pensiones y… demás yerbas pero con Soberanos. Hay una renacer estruendoso en el Mercado Soto Rosas otrora un lugar sólo para multimillonarios: millares de viejitas y viejotes, en una feria de rosas y jardines, loros y pericos,… con la sonrisa de oreja a oreja.

El centro de Mérida está a reventar: jolgorio en La Plaza Bolívar, tumultos en los alrededores de Las Heroínas, ríos de señoras con sus niños que suben en el Trol-Cable desde las honduras de San Jacinto hasta el Paseo de la Ferias, a refocilarse con sus billetes nuevos. Fiestas y fiestas de luces y carritos con chamos y más allá otra vez charrascas, como si se fuera a un encuentro con el Comandante Chávez.

"No y que el papel tualé era la patria", como muchos escuálidos gritaban. Esa "patria" que sólo está en las letrinas y los excusados gringos, y que muchos corrieron desesperadamente a lavarlos. No la patria es la dignidad, la patria es quedarse construyendo la Venezuela nueva. La patria es resistir y tener paciencia, la patria es tener fe en lo nuestro. Si nosotros no hacemos la Venezuela que queremos cómo carajo vamos a emigrar para que sean otros quienes la construyan sin nuestro concurso, sin nuestros esfuerzos.

Ya se ven algunos frutos en el compendio de un canto que va por las calles entre ramilletes de sonrisas de niños y ancianos. Es parte de las maravillas inmortales que nos dejó Chávez y que con amor y coraje se están ahora recogiendo y que ahora está impulsando el presidente Maduro.

Y pensar, que apenas ayer hubo tanta gente que creyó que todo estaba perdido, que todo se estaba yendo al foso de derrota y de la muerte. Ayer cuando tantas lágrimas y dolores corrían, ayer cuando ardían las calles de tantos enfurecidos guarimberos y traidores. Se acabaron esos días negros, esas horas de corazones revueltos y magros, ha vuelto Chávez, y está allí, en la luz más gloriosa del cielo.