En su programa "Con el mazo dando" Diosdado Cabello calificó a Eva Golinger, antes de que pudiera explicar qué fue hacer Maduro al foro de la ONU, de esta manera: "salió una señora que algunos dicen que era chavista, esa señora jamás ha sido chavista, ella siempre ha sido una ficha del imperialismo". Pero así también anda por ahí Vanesa Davies, criticando al gobierno y a Maduro, otra "ficha" del imperialismo. ¡Yo mismo, y no lo sabía! Parece que cada vez se suman más "fichas del imperialismo" en el país. Pero la más conspicua de estos cuadros parece ser el propio Nicolás Maduro, quién, de forma disimulada fue a Nueva york a reunirse con Trump, se inventó un discurso independentista e hiócrita (nada difícil para quien conoce los intereses norteamericanos en el mundo) para, por detrás, intentar ponerle una conchita de mango al mismo Satanás, e invitarlo a estrecharle la mano, a "dialogar". Pero este lo pilló, y le negó la reunión. Ahora Maduro y sus embajadores andan en eso, buscando la anhelada reunión. ¡Maduro sí está desesperado!... todos "las fichas" lo saben (o lo sabemos).
Diosdado Cabello no entiende con claridad las consecuencias y el daño que hace, con estas acusaciones, a estas personas críticas y calientes, que viven o tienen familia en Venezuela, con sus calificaciones públicas de "agentes o fichas del imperialismo". Esa masa clientelar y fanática del gobierno es capaz de vengar sus impotencias y malestares en personas como Eva Golinger, y cualquier otro que sea señalado por el diputado. Se trata de un poder de manipulación muy precario por eso de tener "poder de un día", pero poder al fin, usado de manera irresponsable. Augura futuros linchamientos y denota una casi nula capacidad de defender sus posiciones con argumentos ¿Por qué Diosdado Cabello no responde a los argumentos con otros argumentos… por qué tiene que calificar, condenar a los críticos?
Nicolás Maduro se vio ridículo echando ese cuento del periodista que le preguntó a Trump si estaba dispuesto a conversar con Maduro, por la ansiedad que mostró (muy bien disimulada) para casi gritar a los cuatro vientos que él estaba dispuesto a estrecharle la mano al Magnate, con los puños apretados. Así se vio de este lado. Sin embargo del lado de los periodistas ponderados y juiciosos lo vieron como un reflejo de sus propios deseos, como periodistas serios y ponderados, "grandeza patriótica", y bla bla bla, como suele pasar en esos foros mundiales, donde se cocinan los equilibrios de poder, negocios, cargos burocráticos y se destacan los valientes.
¿Qué dice la noticia, la cual reseña el tuiter de la Golinger?: ""Maduro se fue volando a Nueva York tan pronto como Trump impulsivamente dijo que consideraría reunirse con él "si estuviera allí" en la ONU. Maduro no iba a la ONU este año. Ahora aterriza en JFK y la Casa Blanca dice que no confirmó ninguna reunión entre Trump y Maduro. La desesperación de Maduro es desafortunada."
¿Nosotros no vemos nada de insidioso en este comentario, más bien justo? Creo que Diosdado Cabello se muestra, con su acusación a la periodista (la cual hasta no hace mucho trabajó para Tele Sur desde Rusia Today, que fue mujer de Evio Di Marzo… imagino que ahora otro agente imperialista secreto), se muestra, dije, más desesperado que Maduro, al descalificar con tanta sorna el tuiter (y comentario) de la periodista.
La molestia por la falta de unanimidad respecto al bendito discurso, como un discurso positivo y "poderoso", dislocó a los "estrategas políticos" del gobierno. La reacción de Diosdado fue exagerada y elocuente; en la cúpula tienen miedo de que caiga el manto. Y para confirmar la desesperación, a esto le sumamos la convocatoria de la marcha antiimperialista de este viernes.
¿Cómo se puede interpretar esta dualidad? El artículo de Eleazar Díaz Rangel parece ahora una vulgar mampara para que volteemos la cara hacia otro lado. Un grupo ve –o quiere ver- en Maduro un prócer, y el otro un suplicante desesperado. El comentario de la Golinger es correcto. Nosotros vemos en Maduro a un presidente voluble, contradictorio, frágil, presa de fácil del imperio.
Pero la acusación de "ficha del imperio" a la Golinger, además de desesperada es peligrosa. Un gobierno que pierde apoyo popular y además se muestra débil, intensifica la represión y la persecución de la crítica. Sobre todo, del lado de los revolucionarios, de los críticos que apuestan por volver a Chávez, a los planes y políticas de Chávez, afortunadamente escritos en negro sobre blanco, imposibles de ocultar, de borrar de la memoria y del sistema de información mundial.
Diosdado tiene a Chávez como una palanca multidireccional, manipulable de un lado para el otro, lo usa como como símbolo y habla por él, como si lo hubiese conjurado un médium; él, Diosdado Cabello, el gran charlatán que habla por Chávez.
¿Y qué podemos pensar de aquellos que traicionaron el legado político de Chávez entregando la revolución a los capitalistas…, que son agentes del imperialismo o agentes de la revolución? ¿Qué dicen a ésto los chavistas perplejos, obnubilados por las sanciones y amenazas del imperio? Se trata de una lista larga de trampas y mentiras, empezando por la falsificación del Plan de la Patria escrito por Chávez y los consecuentes contrabandos capitalistas: Motores, Consejos, Congresos; ¡Plan de la Patria II!, el cual se redactó sin haber cancelado ninguno de los anteriores intentos de contrabandos reformistas capitalistas.
Nadie condena a Díaz Rangel o a José Vicente por ser favorables a trabajar con los "empresarios honestos" y nacionalistas, pero deben reconocer que Chávez dejó un Plan político que fue adulterado, falsificado, sobre escrito, en una especie de palimpsesto histórico que está allí, para el estudio de las generaciones futuras, cuando se descubra el sentido (vectorial) del porqué de la muerte espiritual del comandante Chávez, en manos de estos muchachos ambiciosos, aliados de cuanto pícaro capitalista se les atravesó en el camino hacia sus personales anhelos. Los periodistas, los intelectuales, los diputados pusilánimes de ahora, por no poner en claro sus posiciones y compromisos políticos, son responsables igual que Maduro y su gobierno, de las indignidades a las cuales nos quieren acostumbrar: el presidente suplicante, sus embajadores y ahora Diosdado Cabello y su Mazo de plástico.
De verdad, estos chavistas renegados tienen la palabra; solo deben dejar de mimetizarse en Chávez, por respeto, porque su memoria lo merece, porque este país, con una historia larga de políticos blandengues también este país es otra historia, más larga aún, de hombres valientes; Venezuela merece que le hablemos con la verdad, como pueblo, como herencia, como tradición.
Marcos Luna 04/10/2018