Operacionalmente, la oposición política tiene poca presencia en la Venezuela actual. La radical ejerce sus acciones en el ámbito externo al país, en estrecha alianza con la Casa Blanca, el Grupo de Lima, la OEA y la unión europea. Se trata de Borges, Ledezma, Arria, eso que llaman el Tribunal Supremo legítimo y la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, ilegalmente destituida por Maduro. Sus acciones se ejercen alrededor de la extensión y ampliación de las sanciones económicas, con las que se persigue ahorcar financieramente al Gobierno, sin importar el grave daño que le generan a la nación, ni la profundización del sufrimiento de la población. Hoy está muy claro, que las medidas económicas tomadas no son sólo contra los altos funcionarios del régimen, sino que están dirigidas a entorpecer la economía del país.
Estas acciones son compartidas al interior del país con las que despliega "Vente Venezuela", la Causa R, "Voluntad Popular" y la parte no caprilista de "Primero Justicia". Definitivamente, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Capriles se diferencian de los anteriores y están en un claro regreso a retomar la lucha política y, dentro de ésta, la participación en las contiendas electorales. Hoy, participan sin tapujos en las elecciones de concejales de las 28 alcaldías que están en manos de la oposición. Pero también participan con sus candidatos, aunque disimuladamente, en varios municipios de varios estados, en fórmulas electorales donde acompañan a la oposición democrática, representada por los partidos reunidos en la Concertación por el Cambio (MAS, Avanzada Progresista, Soluciones, Cambiemos, MOVEV, Bandera Roja y De Frente con Venezuela), COPEI y Esperanza por el Cambio.
En la mayoría de los municipios del país, se logró instrumentar alianzas electorales entre la Concertación por el Cambio y los partidos COPEI y Esperanza por el Cambio, con miras a presentar opciones opositoras unitarias para enfrentar al partido de gobierno (PSUV) en las elecciones de concejales de diciembre. No nos hemos dejado seducir por aventuras intervencionistas extranjeras y hemos izado la bandera de una salida pacífica, electoral, soberana y constitucional, sin importarnos el ilegal ventajismo del régimen, en el entendido y convencimiento que tenemos de que la voluntad expresada por una participación masiva de votantes no puede ser adulterada por el CNE. En las elecciones presidenciales, el régimen de Maduro no pudo, pese a utilizar los mecanismos ventajistas que conocemos, elevar el número de votantes para siquiera alcanzar el 50 por ciento de participación.
Los venezolanos que no se rinden, que no se van a sus casas a esperar milagros, que no quieren someter al pueblo a mayores sufrimientos, que ejercen vehementemente sus derechos, entre ellos el de votar, a pesar de las dificultades que existan y las trampas del régimen; que no se amilanan y protestan en las calles a pesar de la represión, que defienden a sus presos políticos en las condiciones más adversas, ante jueces parcializados, corrompidos y manejados por el gobierno; que alzan sin miedo sus voces para denunciar a la policía política (SEBIN) de Maduro y exigen justicia y libertad, nos hemos dispuestos a convocar a todos aquéllos que quieren un cambio, a dar una demostración de democracia y fortaleza en las elecciones de concejales, de manera de que quede claro, sin lugar a dudas, que Maduro y su claque son rechazados mayoritariamente por el pueblo venezolano.