Yo, como perro callejero en medio de la guerra eterna de los criminales comerciantes (apoyados por la derecha), me adentro en todos los recovecos donde se "pueda encontrar algo…"; suelo recorrer a Mérida de extremo a extremo en todas las direcciones y todas las semanas. Así voy, en la medida de lo posible o de lo imposible, comprando retacitos de cosas para ir armando el recadito de olla. Colas en los mercados, colas para el problema del gas o de la gasolina, colas en las panaderías, farmacias, en operativos para ventas de pescado o de verduras, en los CLAPS, bancos…, y en ellas también paso una temporada en el extenso Purgatorio de las quejas, hablo con los chavistas decididos a dar la vida por este proceso, que se confiesan con dolores y esperanzas, y he aquí, pues, parte de lo que recojo:

De entrada me decía Pedro Pablo Pereira, el gran poeta de la revolución merideña, con sus setenta años encima, con su bastón y sus achaques, con su zurrón y sus dolores, con su paciencia y su nobleza: "Mire profesor, nosotros en esta lucha por amor a Bolívar y a Chávez se nos irá la vida, pondremos por ella nuestra musa, nuestras piernas y brazos cuajados de heridas…, nuestros sudores, y el alma y… lo más profundo de nuestros amores, pero que los que van llevando este proceso le echen bolas de veras…, que pongan también lo suyo.., es lo menos que podemos pedirles… No sé cómo será la cosa allá arriba, me imagino que bien fea también, pero aquí abajo nos estamos batiendo duro sin darle cuartel ni la más mínima pizca de terreno al enemigo…".

Cuando fijaron el precio del cartón de huevos en 120 BS, por ejemplo, el kilo de queso estaba en 150 BS. Hoy el kilo de queso está en 480 BS, y me decía una camarada en una cola: "¿y aún así, se pretendía que el cartón de huevos siguiera costando 120 BS, y que usted lo iba a encontrar todos los días?". Un anciano muy chavista de Ejido me contó: "Miren, yo me entusiasmé mucho con el anuncio de los lingoticos de oro y salí a comprar varios, pero con lo que llevaba en el camino terminé comprando tres huevos que estaban vendiendo unos bachaqueros. Usted dirá que me he pasado para el enemigo, pero tenía que llevarle algo a mis nietos; yo no, ya yo me conformó con agua de fororo, pero dígame usted los niños…".

Desde hace un mes no se consiguen huevos en Mérida. Y según cálculos nada halagüeños y en todas las bolas de cristal de los adivinos, para diciembre los productos que no están en la fulana lista de precios acordados llegarán a Saturno. A mí me conmueve la entereza de los camaradas decididos a resistir a muerte, y algunos me dicen que quisieran tener una ametralladora…

Alguno que me ven en las colas creen que yo tengo comunicación directa con el Presidente Maduro o con Diosdado e indignadísimo, me dicen: "¿Es que acaso le cuesta entender a usted que si se fija unos precios y se dejan otros esenciales al garete, éstos últimos no acabaran por encarecer los primeros? Coño, esto es evidentísimo, y yo que soy un pobre diablo, que nada sé de economía, lo vi desde el primer día, clarísimo, estimado!".

En las colas uno se consigue realmente genios que aprecian con mucha claridad lo que está pasando. Un tipo con tremendo vozarrón me espetaba con gran sindéresis y propiedad lo siguiente: "Yo lo he advertido por todos lados a la gente del gobierno pero nadie escucha ni nadie hace caso: ¡NO SE LE PUEDE DEJAR LA LUCHA CONTRA LOS ESPECULADORES A LA SUNDEE, A LA GUARDIA NACIONAL, A LA POLICÍA Y NI SIQUIERA AL PROPIO PSUV! Mire, el otro día vi en el Mercado Soto Rosa un operativo de la SUNDEE, y usted hubiera visto como se daban de besito los fiscales y guardias con los comerciantes, que ni en las telenovelas... Esto debe ser un trabajo del poder comunal organizado con liderazgo, con acompañamiento de aquéllos, y con poder de ejecutar inmediatas órdenes de apresamiento para los que estén especulando, junto con la debida apropiación de los comercios. Si esto no se aplica la cosa se seguirá peludísima, yo que se lo digo, carajo! No hay cosa que arreche más al pueblo que un gobierno sin carácter…".

Escuchando a estos sabios hombres del pueblo yo les conté que a mi esposa y a mí nos cayeron a coñazos una comerciante, que con sus garras nos hizo sangrar la cara, el cuello y los brazos delante de un grupo de chavistas porque por muy recontra-pendejos, nos habíamos puesto en plan de héroes y de luchadores sociales a enfrentar a los comerciantes ladrones. Entonces en medio de la sampablera y el ¡HORROR! de los solidarios y alarmados camaradas, viendo la sangre y la coñaza que nos dieron, todos a una, comenzaron a llamar a Cristo, a la SUNDEE, a la policía, a los guardias nacionales, a cuanto dirigente del PSUV les pasaba por la cabeza, y sólo llegaron dos pobres policías en una moto a quienes la fiera desalmada se los tragó con su arrechera.

Las colas más animadas son las que se forman para comprar en El Garzón (de Las Américas), más de un kilómetro. Usted llega a las 5 de la madrugada para comprar un pollo y sale de allí a las 4 de la tarde y con suerte que al llegar al negocio no vayan y le digan que la vaina se ha acabado. Bueno, si usted no consigue un carajo no habrá perdido el tiempo porque se hartará de recibir sabias lecciones. Me decía un camarada que vive en San Jacinto: "-…por más conciencia ideológica que uno tenga, por más decididos que algunos estemos dispuestos a echarle coraje a este proyecto, si el gobierno y el PSUV no están de nuestro lado en el momento de una queja o de una lucha, ni a la altura de las circunstancias ni con todo el empuje necesario, para echarle bolas a brazo partido, entonces de nada valdrá reconversión y todas las leyes y sanciones que puedan inventarse". Otro golpeando con arrechera unas barandas sentenciaba: "- Yo he visto al camarada Diosdado desgañitarse desde hace meses diciendo que a los comerciantes ladrones hay que meterlos presos, pero ¡NADIE LE HACE CASO, coño!, y la cosa va empeorando, ¿ENTONCES, QUE SE PUEDE ESPERAR DE UNOS PENDEJOS COMO NOSOTROS QUE ANDAMOS BUSCANDO LA COMIDITA, Y ADEMÁS DESARMADOS Y SIN AUTORIDAD? A USTED Y A SU ESPOSA PUDIERON HABERLOS MATADO, Y QUÉ SE HUBIERA GANADO?...".

CUÁNTA SABIDURÍA, digo, HAY EN LA CALLE de ese pueblo que no se rinde y que espera tanto de la revolución. Yo siento que los verdaderos doctores están en los que hacen cola para buscarse la comidita en estos días duros de crisis y batallas silenciosas, a veces resignada... Un tipo que amaneció haciendo cola para ponerle gas a su bombonita me explicaba con mucho dolor: "- A mí me da escalofríos, ver a ciertos camaradas todo el tiempo chupando cámaras en programas políticos y en actividades del gobierno como si aquí no hay tantas cosas que hacer porque mire camarada, uno se forma más políticamente metiéndose en el barro que andando pepito ante una cámara de televisión. Es que se habrá perdido hasta el sentido de la lucha que nos quería meter Chávez!…, Hay unos asomados en esos programas, que usted muy raramente los verá por aquí dando la pelea, a muy pocos de ellos, quizá únicamente he visto al señor Freddy Bernal en el Táchira como un guerrero echándole bolas en los terrenos duros contra el bachaqueo, el robo de la gasolina, contra la especulación, contra coñodemadrismo de los comerciantes que es tan humillante. ¡Por favor, que esa gente se baje del pantallerismo y de esa nube de andar buscando cámara, CARAJO!, y que respeten al Comandante Chávez, que así nos los exigía!".

En una falsa cola que se formó para comprar carne, pero que duró como cinco horas, me explicaba un anciano muy chavista de los Pueblos del Sur lo siguiente: "Mire, cuando pasan esos programas buenísimos del Comandante Chávez dándonos lecciones de trabajo y de tanto conocimiento como el que él tenía, de entrega, de grandes sacrificios y amor por el pueblo, uno siempre ve entre el público que lo rodeaba a algunos bandidos que luego saltaron la talanquera y que nunca entendieron nada de nada, ni de Bolívar, ni de Fidel o del Che... Más bien se dedicaron a robarnos y a traicionarnos. Por esa misma razón, ya está bueno de que ciertos señores estén todo el tiempo apareciendo en televisión como si eso los fuera hacer revolucionarios de verdad. No señor, que se dejen de eso y que cojan para la calle haciendo lo que a todos nos pedía Chávez,… Que salgan y que cojan un machete o una escardilla, o una escoba y que vayan a partirse los lomos al lado del pueblo que es lo que verdaderamente reclama la revolución. Considero que hay que hacer de ahora en adelante una gran campaña contra esa gente que yo llamaría "COGEDORES DE CÁMARAS", que ya lo único que saben es aplaudir...".

Verdaderamente que yo nunca pierdo el tiempo escuchando a los sabios del pueblo. A veces aparecen por allí unos amargados opositores, a eso ni les contesto. Haciendo el otro día una cola para comprar plátanos me decía una señora que había subido desde Pie del Llano hasta El Ramiral (porque está bien difícil el problema del transporte), un razonamiento interesante: "Hay cosas – me decía-, que preocupan mucho, claro que lo primero son los planes de la oposición todos los días por llevarnos a una guerra civil, pero también y tan grave como esos planes es ver a ciertos dirigentes nuestros desviados de la visión y del proyecto que para nosotros quería el Comandante Chávez. En tal sentido debemos valorar un movimiento bolivariano y chavista vigilante de estas desviaciones peligrosísimas y que me preocupan mucho por el daño que se le pueda hacer a las decisiones y a las ideas del Presidente Maduro. Parecieran que no saben que en política el que se equivoca le sale el pote de la basura, así de sencillito".

Mientras hacía cola para comprar sardinas en un operativo en la Pedregosa Norte, otra señora del Consejo Comuna de Lasso de la Vega, me decía: "… en el fondo, a esos acaparadores de cámaras, que tanto se desviven por aparecer en pantalla, el pueblo no los quiere ni los traga por más morisquetas que hagan. No confiamos en ellos. El pueblo, profesor, no es pendejo. Dígame usted, que ahí están los casos que lo demuestran como el de Rafael Ramírez o el mismo Juan Barreto, y de otros tantos funcionarios que se creían dioses y que se fueron sin pena ni gloria, y que tanta pantalla agarraron al lado del Comandante, pero que hoy son menos que cien ceros a la izquierda…".

Mientras me hablan en las colas yo voy pensando si el problema de la economía tal como está lo dejan rueda libre, sin un plan para evitar el desmadre de una especulación que se prevé descomunal, si no se controla, digo, el kilo de queso para diciembre sobrepasará los 1000 bolívares soberanos, facilito. Y cuando tomamos como ejemplo el queso, estamos a la vez refiriéndonos a un montón de productos básicos de la dieta del venezolano. No se digan las verduras. ¡Y quién carajo se mete con las ferreterías y las ventas de repuestos para vehículos que son la madre del ladronismo más descarado en este planeta!

Ahí está el caso de las naranjas, que ya las están vendiendo a 80 BS el kilo, algo que hace un mes estaba a 10 soberanos la docena. La panela empezó a dispararse desde hace un mes, que estaba en 30 BS, y hoy va por 150 BS. Ni se diga el pasaje, los transportistas hacen lo que les viene en gana, y ya están diciendo que cobrarán el pasaje corto a 5 BS, ¿y a… calárnoslo?

El día jueves 18 de octubre cuando el Presidente Nicolás Maduro anunció que ya se avecinaban los aguinaldos, el pueblo sabe lo que se le viene encima. Eso significaba que para el día viernes 19, cuando a la vez se estuviera depositando una platica (que en muchos empleados públicos ronda los 420 BS), el valor de los productos se iría a los cielos.

Me dice doña Alicia mi vecina: "Aquí, los únicos que pueden comprar los referidos lingoticos son los ladrones comerciantes, los especuladores…".

Esta historia continuará porque no dejaré de seguir tomando notas en esos mis discurrires… por los campos de Montiel...