Asidero

Los presidentes deben respetarse y no ofenderse entre sí, Maduro, moderese

Ningún poder político es omnipotente, siempre es limitado por el derecho y los derechos humanos. Tocqueville, ilustre pensador francés, en ‘La democracia en América’, dice: "La omnipotencia me parece en sí una cosa mala y peligrosa. Su ejercicio me parece superior a las fuerzas del hombre, quienquiera que sea, y no veo si no a Dios que pueda sin peligro ser todopoderoso, porque su sabiduría y su justicia son siempre iguales a su poder".

Tenemos que ir a un gran acuerdo nacional y tomar nuestra Carta Magna para decirle a la mayoría de los políticos que no le cumplieron a la patria que se vayan, todavía, somos una nación soberana y democrática y, donde el país exige consenso plural para lograr a través de los partidos políticos, su consolidación.

Es prioritaria, la construcción del país bajo un nuevo orden político y, tanto la izquierda como derecha fracasaron ante la ciudadanía para lograr una Constituyente sólida que diera un mejor argumento sobre nuestra economía. Toda convocatoria es necesaria y exige un fruto que nos lleve a un Estado descentralizado y federalista, jamás comunista.

El proyecto comunista venezolano, bajo una concepción denominada Proyecto Bolivariano fracasó, porque no se ha respetado la soberanía del país y nuestra Carta Magna se ha violado en su articulado en un cincuenta por ciento.,

El deber moral de todo ciudadano que se considere un patriota a carta cabal es rodear al presidente, apoyarlo y darle tiempo para que saque a Venezuela de la turbulencia social, política y económica en que esta.

hay que sortear la tormenta como corresponde: con mano dura y de hierro. ¡No más diálogo y habladera!

Atacar al presidente Duque o a Maduro es un despropósito, pues se trata de hombres decentes, correctos, honestos como el que más, que no anhela nada distinto de un mejor futuro para todos los colombianos y venezolanos. Lo que está pasando con un gobierno que solo tiene buenas intenciones me resulta muy injusto; pero así es la vida. Ambos presidentes no deben ofenderse entre sí.

He insistido hasta la saciedad, en esta columna de opinión, que nada logra quien busca contemporizar con sus antagonistas naturales. Al final del ejercicio, cualquier acto de grandeza será entendido como una manifestación de debilidad (así es la condición humana, o la falta de ella, si se quiere).

Solo hay una cosa peor que buscar el aplauso de los enemigos políticos: olvidar a los copartidarios leales. El presidente debe llamar al ruedo a importantes miembros del partido, que se encuentran en la banca y que de seguro le prestaran un gran servicio al país. El presidente requiere a su lado ciudadanos con carácter, determinación y compromiso ideológico, para sortear el complot que busca defenestrarlo y llevar a Venezuela a un camino del que no hay retorno: el socialismo del siglo XXI.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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