Yo

Yo, no se trata de yo, el supremo, del paraguayo Augusto Roa Bastos, cervantino monumento narrativo sobre mano férrea poderosa individualista. No, no se trata del realismo borroso entre los casos límite contradictorios, realismo ingenuo einsteiniano y realismo mágico cervantesiano.

Yo, no se trata de yo, el rey, del ovetense Juan Antonio Vallejo-Nágera, narrativa entre la prudencia y la intriga, intrigas de la familia real y José Bonaparte, que dispónese a ser buen rey para una España convulsionada, rempujado por las atrocidades de Murat en Madrid, en que las partituras de los aspectos límbico antagónicos, jalólanse, perdiédose el punto crucial decisivo de equilibrio dinámico diplomático pacífico dialógico histórico, de los casos límite contradictorios.

Yo, no se trata de yo, el intruso, del ovetense Juan Antonio Vallejo-Nágera, fascinante reconstrucción de nueve días clave en la historia de España y de la compleja personalidad de José Bonaparte: El rey, impuesto por Francia, pugna entre sus buenas intenciones para con el pueblo español, que le desprecia, y las directrices de su hermano el emperador, que ínstale a obrar sin contemplaciones, es una continuación de yo, el rey, búsqueda del punto crucial decisivo de equilibrio dinámico diplomático pacífico dialógico histórico, de los casos límite contradictorios, la prudencia y la intriga.

Yo, no se trata de Yo, él y Raquel, película dirigida por Alfonso Gómez-Rejón y escrita por Jesse Andrews, protagonizada por Thomas Mann, Olivia Cooke y Jon Bernthal, película dramática 2015, Greg y Raquel, la vida tórpida/la muerte curtida, salud/leucemia, vértigo/moderación, casos límite contradictorios, punto crucial decisivo en permanente equilibrio dinámico dialógico, pero cuando la enfermedad de Rachel se complica, el mundo que había construido Greg tambaleábase, y el equilibrio dinámico continuo continúa, y Raquel trasciende de la torpidés salubre gregiana.

Yo, no se trata de yo, el único: "Tanto he aprendido de este amor, /tarde me doy cuenta de mi error. /Tú me has enseñado sin querer/a no subestimar a la mujer." Avístase, https://www.musica.com/letras.asp?letra=1449087.

Yo, se trata de este cura ignaro raro, rara avis, que no ave fénix, con su yo interior, con su propio yo, con su yo interior distinto de su no yo, con su propio espíritu racional reconociéndose a sí mismo (PERRA).

Yo, se trata de este cura ignaro raro, rara avis, que no ave fénix como ella, Ermila Zenobia Páez González, con su perra negra winstonchurchilliana interna depresiva y sepulcro de fuego, en el 23. Yo, con mi propio teatro original racional obrando (TORO), desde una infancia temprana, en que Rosa María y Lucrecia Lima, llevaban a los toros coleados en las calles terrosas de San Carlos en las fiestas patronales del Santo Patrono, San Carlos Borromeo, en el 4N. En que un día del santo patrono, en una tarde sancarleña, a las cinco en punto de la tarde garcíalorcaiana, sembróse el toro negro en la mente, que casi siempre en los ensueños de niño, adolescente y vetusto, revélase por dentro como una procesión y teoría de las noches con sus días, en que a buen seguro venía la caída del techo tálamo de la cama, bocabajo o de espalda, en batallar con las guafas caña bambú, barandas de la talanquera somnolienta, de entrallarse para que el cacho de la muerte del toro negro no cogiera, a las cinco en punto de la tarde del sueño.

Yo, se trata de este cura ignaro raro, rara avis, que no ave fénix como ella, Ermila Zenobia Páez González, la compañera muerta el día de Santa Felícita, en el 23N, a las cinco en punto de la tarde, con su perra negra winstonchurchilliana interna depresiva y sepulcro de fuego, en el 23. Yo, con mi propio teatro original racional obrando (TORO), desde una infancia temprana, vivo viviendo entre la muerte por el toro negro somnoliento y con ella con su perra negra depresiva dentro de su ceso. Y a buen seguro, yo, este cura al suelo en infinita batalla entre barandales de la luna talanquera en el tálamo con ella en risotadas viendo a este cura a gatas subiendo, en rauda huida cobarde del toro negro, a las cinco en punto de la tarde del sueño.

Yo, se trata de este cura ignaro raro, rara avis, que no ave fénix como ella, Ermila Zenobia Páez González, la compañera muerta el día de Santa Felícita, con su perra negra winstonchurchilliana interna depresiva y sepulcro de fuego, en el 23. Yo, este cura, con su propio teatro original racional obrando (TORO), la víspera del 23 de Santa Felícita, sueño con el furioso toro negro, y al suelo fui a dar en largo batallar entre las barandas y cacho en la manga de coleo, y a la compañera le cuento lo del toro negro del ensueño, mas todo fue inútil, la larga sonrisa ya era todo bostezo y silencio, la perra negra le había anudado su hilaridad y su pensamiento, no hubo más risas, muerte y solo muerte, a las cinco en punto de la tarde, sepulcro de fuego, en el 23. Eran las cinco en sombra de la tarde, y la compañera muerta.

Si yo, este cura ignaro raro, rara avis, que no ave fénix como ella, Ermila Zenobia Páez González, la compañera muerta el día de Santa Felícita, por su perra negra winstonchurchilliana interna depresiva, sepulcro de fuego, en el 23. Si yo, Miguel Homero Balza Lima, llevo un toro negro que no me suelta de los ensueños de mi infancia de la manga de toros coleados en San Carlos, entonces sea dicho que entre los aspectos límbico antagónicos, lóbulo límbico frontal y lóbulo límbico temporal, ahí, se fragua una comedia, una tragedia, un drama. Ergo sea dicho que si el tálamo es una litera de segundo piso, a buen seguro, no trasciendo somnoliento del centro universal unificado de unicidad instantánea, teilhardvictorfrankiano, sino que tiendo en gravedad al suelo, y ergo vergo sea dicho, la gravedad estaría en mi cerebro por el bendito toro negro.



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Miguel Homero Balza Lima


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