Yo no sabía ese pedacito, que Juamba le habría solicitado una cita a Almagro para reforzar la guerra contra el Presidente Maduro.
Tuve la sospecha de que él era del otro lado pero puesto que él usaba su careta, mi percepción de tal veleidad suya pasaba inadvertida para entonces.
Todo empezó cuando Juamba, entonces alto funcionario de la revolución bolivariana, entabló una fútil confrontación contra el patriota Fredy Bernal por lo de la fundación de Caracas y que de todos es conocido; ahora dicho exquisito intelectual no tiene empacho para autocalificarse de "chavista originario" lo que a mi modo de ver no es más ni menos que una lisonja envenenada, un desparpajo, una carta trasnochada, un intolerable ataque por mampuesto contra el legado del Comandante Chávez.
Otros como él también se han ubicado del lado de la contrarrevolución pero han tenido la delicadeza de al menos no chapapotearcuac en el fango que es la oea, ministerio de colonias norteamericano.
Tal vez no valga la pena ocuparse de esa cuestión porque el valor de una palabra, de una reflexión, depende esencialmente de quien la sustente, más que de quien la sustancie, pero si no se sale al frente a batallar en esta crucial guerra, hoy, entonces mañana será tarde.
Afortunadamente en una guerra ideológica lo que disparamos son ideas pero ojalá nunca tengamos que hacerlo por lo que sale de la boca de los cañones.
Y por cierto, valga una gran felicitación para el patriota Bernal del que tengo entendido libra hoy una lucha titánica en Táchira; abrigo la certeza de que Bernal saldrá airoso de tan crucial tarea asignada por el Comandante en Jefe y con la anuencia de Diosdado, de todo el PSUV.
