Edipo, el niño de pies hinchados encontrado, terrorífico hijo de Layo, rey de Tebas, y Yocasta, a la entrada de Tebas, dio muerte a su padre, inducido por una monstruosa imagen reflejo de su declinación y destino, como lo cantara Jorge Luis Borges en el poema, Edipo y el enigma: "…Somos Edipo y de un eterno modo/la larga y triple bestia somos, todo/lo que seremos y lo que hemos sido…" Algo asina a lo Oscar Wilde: "El hombre es en cada momento de su vida todo lo que ha sido y todo lo que será."
Edipo, el niño de pies hinchados encontrado, terrorífico hijo de Layo, rey de Tebas, y Yocasta, a la entrada de Tebas, resuelve el problema enigmático seglar borgiano planteado por la esfinge, rostro peto monstruoso mujeril leo corpóreo, y ésta desesperada lánzase al abismo. La ciudad agradecida por la liberación del azote de la esfinge, otorga el trono y la mano de la reina viuda, su madre Yocasta, de donde deviene el complejo de Edipo.
Edipo, tobillos horadados por su madre Yocasta, el niño de pies hinchados, de ahí su nombre, Oidipous, encontrado atado cordón maléolo, en el monte Citerón, expuesto a muerte segura, encontrado por unos pastores de Corintios, y adoptado por su rey Pólibo, que no tenía, y negado por el oráculo a sus auténticos progenitores, amenazados por aquél. Terrorífico hijo de Layo, rey de Tebas. La peste azota a Tebas, el oráculo manda a expulsar del reino al asesino de Layo, Edipo aclara que él es el asesino, y no otro, Yocasta se suicida, ahorcándose, y Edipo sácase los ojos, y sale de Tebas acompañado de Antígona, hija fiel, errando por el vano ámbito de la tarde Atica borgesiana, la bendición del sepulcro caería sobre Atenas. Lo que enseña, toda la raigambre del complejo de Edipo, que todos los mortales, que no de otra suerte, eterna noria notoria tal blanca teoría procesional desértica, llevamos por dentro, en los hombres y en las mujeres a Electra, que no es más que, en el psicoanálisis, la atracción, que el niño o la niña, experimenta hacia su progenitor de sexo contrario, llevado, dicho complejo, por los sentimientos de rivalidad, hostilidad, culpabilidad e identidad, hacia el progenitor del mismo sexo, lo cual engendra las entidades límbica encontradas, Edipo/Electra, hombre/mujer, cuyo elemento de identidad, es el mismísimo tercio incluso aristotélico, verdad profunda cortazariana, sexo profundo psicoanalítico sigmundfreudiano, en la optimalidad ortogonal pitagórica con la mejor solución resultante, tal amor/hostilidad, aspectos positivos/aspectos negativos, consciente/inconsciente. Sexo, excelso, profundo psicoanalítico sigmundfreudiano de identidad, de equilibrio dinámico diplomático determinante, en este cura ignaro raro con su locura que no tiene cura en la cordura, en los aspectos límbico antagónicos, locura/cordura, idem a Edipo/Electra.
Edipo/Electra, penumbra sexual, impulso generador de los caso límite contradictorios, hombre/mujer, cuyo elemento de identidad, es el mismísimo tercio incluso aristotélico, exceso/defecto, sexo profundo psicoanalítico sigmundfreudiano, identidad de equilibrio dinámico diplomático determinante, en la optimalidad ortogonal pitagórica con la mejor solución inmejorable, tal amor/hostilidad, aspectos positivos/aspectos negativos, consciente/inconsciente, cuerpo/alma, significante/significado, significación/significatividad, prueba/falla, pureza/impureza, delicadeza/vulgaridad, belleza/horror, resultado/método, medio/fin, anuncio/silencio, canto/cesura, orden/caos, salud/enfermedad, soberbia/humildad, esperanza/desesperanza.
Edipo/Electra, penumbra sexual, impulso generador de hombre/mujer, cuyo elemento de identidad, el mismísimo tercio incluso aristotélico, exceso/defecto, sexo profundo psicoanalítico sigmundfreudiano, identidad de equilibrio dinámico diplomático determinante, en la optimalidad ortogonal pitagórica, mejor solución inmejorable, en canto whitmaniano, UNA MUJER ME ESPERA: "El sexo todo lo contiene,…, El misterio de la maternidad, la leche seminal,/Todos los favores, dones, todas las pasiones, amores, belleza, delicias de la tierra/Todos los gobiernos, jueces, dioses, jefes de la tierra,/A todos los contiene el sexo, como partes suyas y justificaciones suyas." El sexo todo lo contiene, Edipo/Electra: UNA MUJER: Guerra de Troya, Árabe/Hebrea.
Edipo/Electra, penumbra sexual, impulso generador de hombre/mujer, elemento de identidad, igualdad, proporcionalidad, complementariedad, unidad de contrarios y lucha de contrarios, tercio incluso aristotélico, exceso/defecto, sexo profundo psicoanalítico sigmundfreudiano, equilibrio dinámico diplomático determinante. El sexo, continente que contiene contenidos estadales, nacionales, republicanos, ejecutivos, jurídicos, legislativos, teológicos, jefaturas terráqueas gubernamentales, poder/no poder, poder independiente/poder dependiente, poder directo/poder indirecto, enseña que todos los hombres y mujeres llevamos esa blanca teoría solitaria por dentro como procesión inevitable vital, Edipo/Electra, en que el tercio incluso aristotélico, no es más que el sexo profundo psicoanalítico sigmundfreudiano, de identidad. Edipo/Electra: UNA MUJER: Helena, Agar, Sara.
Si Edipo desajusta la identidad y equilibrio dinámico diplomático determinante, entre Edipo/Electra, entonces sea dicho, que todos los gobiernos, jueces, dioses, jefes de la tierra, ergo vergo, a buen seguro, tal Layo, pelarán gajo ¡carajo! Yocasta, ahorcaráse, Edipo, rey, errará por el vano ámbito de la tarde. Ergo vergo, ojalá sea dicho, que ningún venezolano en función ejecutiva, judicial, legislativa, ni seglar religiosa, sea abrigado por terrible complejo, ergo vergo, movilizado en toda vida humana, blanca teoría desértica, entre lóbulos límbico ilógicos, lóbulo límbico frontal/lóbulo límbico temporal, ergo vergo, que el tercio incluso aristotélico venezolano no ha de permitir contaminación. Ergo vergo, jamás sea, el tercio excluso estagirita georgebushiano: "O estás conmigo o estás con mi enemigo.", dominio, última corona el 11/09/2001, derrumbe de Torres Gemelas, Manhattan-Nueva York, espada edípica jonboltoniana, ergo vergo, jamás sea, litis pendencia troyana fronteriza venezolana. ¡Ergo vergo, brillará Bolívar y Chávez!