Yo no sabía que los pecesitos viven en el agua pero por un ejercicio relacional me he enterado de que así es.
La velocidad del cerebro es importante y de eso depende que el pecesito pique el anzuelo, a decir de los que saben de esa materia. He sabido también que hay pecesitos gordos y pecesitos flacos y si ambos han de tener cerebros, como es de suponer, algunos son cerebro lento a la par que otros son cerebro rápido, en la velocidad está la diferencia pero eso no quiere decir que sea determinante para que el pez, como también se le denomina, gordo se coma al más flaco, tal vez para que eso suceda deban intervenir otras variables que al caso no vienen a colación sino lo ya citado, la velocidad del cerebro.
Algunos pecesitos son tan rápidos que en un santiamén se guindan y entonces Fosforito puede jalarlos (la "h" es muda) para el bote pero aunque se piense asertivamente, ella parece estar siempre apegada a la norma, a las reglar del juego, "respeta para que te respeten" reza la norma si mal no interpreto, pero por si las dípteras yo os remito al jurista peso pesado Escarrá, tanto como al también jurista pero peso mosca Britto García, quienes, como es de suponer deben tener lo común de cerebros, unos aproximadamente mil trescientos gramos de cerebro pero como yo no entieno de aritmética ignoro traducir gramos a kilos -eso de kilogramo me confunde - pero, permitidme aseverar que uno y otro citados juristas saben la mar de ese peliagudo asunto, la jurisprudencia, y bien pudiesen determinar si la simulación de acto punible es delito.
Ellos, Escarrá y Britto García, como nosotros los pata en el suelo, pisan, evidentemente, sobre la tierra, a diferencia de quienes como los pecesitos de la Asamblea nacional, que caminan como a tres metros del suelo, valga que caminan en el aire puesto que con toda seguridad tienen más de dos kilos de cerebro y por añadidura tienen sangre azul, que no roja, pero lo cual, lejos de ser una ventaja en determinada circunstancia se convierte en un handicap a la hora de requerir una transfusión sanguínea, a menos que apelen al banco de sangre del Vampiro Ledesma, pez gordote.
Los referidos pecesitos de la Asamblea Nacional -AN – son guapos de verdad y por eso andan en desacato a la machimberga, y respaldados por un tal Almagro y éste a su vez, de más arriba.
Pero lo cierto es que esos animales se entredevoran, su signo es el egoísmo y en consecuencia tienden a la desaparición porque, dato, ni siquiera se prestan la prestigiosa sangre.
De todas maneras, nosotros los pata en el suelo rezamos un aforismo que dice que el éxito no consiste en siempre obtener triunfos sino nunca darnos por vencidos ante las derrotas.
Que uno de esos pecesitos se haya inventado un falso positivo haciéndose arrestar por ciertos seguramente pagados pendejos policías, a la vera de la norma, para obtener notoriedad espumosa, no lo exime de tarde o temprano ir al bote.
Fosforito les largó un cebo a la AN, y picaron; mas, Fosforito no haló el cordel todavía, todo tiene su momento, hay que sustanciar primero; no como dijo Betancourt, que ¡maten primero y después inventen pero, maten!
Maduro parece ser un buen taxidermista porque ya él sentenció que va a secar a esa AN, a control remoto, pero yo no dudo que el Doctor Lupa tenga algo que ver con ese asunto porque el Doctor Lupa es un taco con sus poderes extraordinarios.