Nacer para qué, no hay presente, ni futuro tampoco que se lo llevó el pasado que una vez pasó. Lo que hay es una oposición efusivamente entreguista que clama por el poder cómplice de los yanquis que, es lo importante para ellos que lo que saben es contar con los dedos como buenos economistas del desasosiego.
O, te mudas o te castigan, vete a morir a otra parte que aquí no hay donde enterrarte -aconsejan- ni aún muriendo en paz y, la vida está allá que acá lo que hay son amenazas que ruedan libremente con un imperio que está más pendiente de nosotros que de ellos mismos. Un imperio que impone y castiga y mata de hambre al pueblo que ha aprendido su cultura: vivir de mentiras tras mentiras que te clavan sin darte cuenta con su guerra psicológica que no les aburre, pero les da resultados.
Atrocidades se cometen a diario en todos los países del mundo, pero los únicos visibles que se pueden informar al mundo son los de los venezolanos a, quienes hay que castigar y más si son chavistas que como verrugosos hay que exterminarlos, no importa que no se preocupen por conjugar las miserias que traspasan las fronteras de otros países que dañan a sus pueblos.
Nosotros alguna vez fuimos felices y (hay que decirlo para que les dé vergüenza a los dirigentes de esos dos partidos) que, con los gobiernos adecos-copeyanos que lo carajitos y carajitas venían al mundo bien contentos de haber nacidos en Venezuela porque: traían entre sus brazos un bollo de pan y, con Chávez salían abrazados a su Patria y, gritaban en vez de llorar, tenemos Patria. Pero con Maduro con su parto humanizado al salir al mundo con todo incluido su cono de felicidad, lo que quieren es irse corriendo tras del dólar y, en caravanas a los EEUU antes, que Trump haga su muro en la frontera y, bajo esa circunstancia que no afea y da rimbombancia de alcurnia a las empinadas familias que se concentran o van a parir -made in USA- para que su bebé o beba nazca con caché de mallamérica y english: tuerzan las tuercas de la placidez por su mundo de codicia americana-gringa y, nada que ver con esa plebe de macburros e ignorantes, sin perdiz de dinastía que los sostenga -¡que va!-.
Entonces, mujer paridora con dolor o sin dolor, hoy es más aconsejable como plausible que, sino puedes hacerlo en los EEUU, váyase a Colombia (que los colombianos nos aman más como americanos que como hijos de Bolívar) que a lo mejor es más rentable que su hijo salga hablando el catalán colombiano y, en lo adelante sea dueño de un nuevo cartel de los tantos por haber allá que, por lo menos podría ser juzgado con todas las de la ley en los EEUU, se imagina, el sentimiento, la grandeza y hasta la placidez de salir de Venezuela que hierve en problemas que el imperio acabaría de un día para otro, pero si la oposición o Guaidó se montan en el poder, no importa que lo hagan nada democrático que tampoco existe en Venezuela desde que salieron los adecos-copeyanos y los otros aspirantes, como grandes políticos de la exquisita derecha que dejaron el pelero de su pureza moral como políticos y se fueron a disfrutar como Dios manda con lo ajeno mal habido y, por el mundo andan montados de indolentes y criticando sobre Venezuela.
Mire usted que, a lo mejor no está de acuerdo con lo que escribo -que sus razones tendrá-, porque según, los conscientes, los que viven y vivirán bien, los que pasaron como presidentes, directores y contratistas de Pdvsa, éste es el mejor país del orbe para hacer fortuna y, el que tiene fortuna como capitalista es el que vale, qué va a valer un limpio o, arrimado, pero la verdad es que actualmente, hay que tener bolas querer nacer en Venezuela sabiendo, lo que le espera que, estudiar es fastidioso y hasta indigno para irse a servir a otros países de cachifo -válgate Dios-, ¿trabajar para qué que con la hiper no se puede comprar nada? -¿y entonces?- mejor es quedarse vago o, metido a diputado en la AN con Guaidó pre-si-den-te que allí si hay vida, allí corre la democracia que les da la Constitución a nuestros pueblo, pero aún así, entran gazapos corraleros que, vienen del Norte y después las felicitaciones y la orientaciones y, hasta la imposiciones, pero como solo se nace una vez, yo me quedo en Venezuela que tiempo para morir hay, aunque nos coman los zamuros y -¿usted?