Loco y cuerdo, asina, a lo joseortegaiano, cordura y locura, el Quijote siempre, casos límite contradictorios, loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo, por Roberto Roena, lo cantó el negro Claudio y también el tigre Eduardo, a sus compañeros de la conmilitón oposición por la suya, segunda asunción, 10/01/2019, en el Tribunal Supremo de Justicia, ante una Asamblea Nacional en desacato. Presidente, 2019-2025, atóqueles, lleno de gallardía, las grupas nalgadas, a los dos opositores uno negro y el otro blanco, que en política es válido, ese atoque gluteoso gusto, que atocando es out, a según el zamuro Cabriales de San Carlos, y vamos a reír un poco como lo cantara Héctor Lavoe, y haga como mi comandante, que llevábaselos p’aMiraflores, y comenzaba el calibre entre las flores del jardín de pájaros mil. Eran interesantes los debates, a usted le consta, Presidente, y hay muchas bostas en el jardín refrescante porque la historia lo cuente.
Loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo a lo robertoroenaiano, Presidente, y vamos a reír un poco a lo héctorlavoeiano, tómele a la oposición esa manifestación joseortegaiana, de cordura y de locura, que en el Quijote era, verdad cortazariana pura profunda con perfectos enunciados.
Loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo a lo robertoroenaiano, Presidente, y vamos a reír un poco a lo héctorlavoeiano. ¡Loco yo!, nadie quiere aceptar que estamos locos, pues nos falta la serotonina, a unos más y a otros menos, ya es conocida la sustancia que ha de faltarle a las dendritras neuronales para que dendriten, y si asina ocurriere que faltare la serotonina neuronal hormonal, pues es de esperar la locura que no tiene cura, pero sí para los grandes laboratorios corporativos farmacéuticos de la plusvalía médica a millón. Pero en todo caso la enfermedad es tan común como cuando al corazón le faltare su pastilla, asina aquella enfermedad del cantante y rey del merengue Wilfrido Vargas, y del Primer Ministro Británico, Winston Churchill, que veía una perra negra ¿y que era? sino otra cosa que, angustia depresión suicidio. Churchill, no se suicidó, pero, se cagó en borrosa borrachera sin arrechera cantando rancheras de lo hermoso en lo báquico alcoholizándose entumecido, esto es, direccionó su enfermedad, con la II Guerra Mundial, y después de la Segunda guerra Mundial, el alcohol de marca Dionisio Tinaquillero, caña clara te quiero del burrito Perdomo, alcohol caña maíz cocuy de penca, 56 grados combinación perfecta, mejor que escocés de primer ministro británico, asina el vino de Jesucristo, que lo recuerda la Iglesia Católica en las homilías dominicales magníficas, si es que el cura con locura en la curda discursara con dilatada imprecisión inoportuna ante precisión oportuna de la procesión de la Divina Pastora de Barquisimeto en Venezuela, contra el gobierno revolucionario bolivariano.
Loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo a lo robertoroenaiano, Presidente, y vamos a reír un poco a lo héctorlavoeiano. Lo obcecado y lo despreocupado, asina cordura y locura, asín, exceso y defecto, aquí, Presidente, es en donde los cojedeños le hemos agarrado la coleta a Aristóteles, como usted a Eduardo y a Claudio, en el tercio incluso estagirita (1/2), de equilibrio dinámico dialéctico dialógico diplomático, que es adquirido con la praxis más que con la teoría, lo que le ha faltado a muchos líderes del mundo, esa partícula partitiva viva (1/2), despreciada por George Bush, por Barak Obama y Donald Trump, abroquelados en el tercio excluso aristotélico ¡Ay, Dios mío! y cuánto daño le han ocasionado a la humanidad los gringos go home con este principio, que no le había salido criada respondona, sino después de la voladura de las Torres Gemelas de Nueva York, 11/08/2021, y ahora le late en la cueva su aspecto límbico antagónico, que los cojedeños llegamos por la vía de la borrosidad y de los casos límite contradictorios borrosos, con la ayuda del borroso 69 cojedeño, prolongada grafía del lienzo blanquinegro pictórico del yin/yang de la enciclopedia védica upanishad sanscrita de la modernidad ilustrada originaria cóncava y convexa. Ese tercio incluso aristotélico, entre los aspectos límbicos antagónicos, ut supra, está en usted, y claro usted no lo sabe, pero los gringos si tiene el tercio excluso estagirita como agua bien clarita, que desarrollan ahorita ahorita, y usted con la paz y la justicia, mantenido y plantado en sus trece, y nadie lo saca de quicio, ni el nalgapelá guaidoheces, con Claudio y Eduardo en el tercio incluso modernísimo ilustrado originario, ocultado por los estudiosos y los facultas, hasta que los locos de Cojedes, entre otros, el doctor en matemáticas puras Jesús Páez, el metodólogo negro Alejandro Mendoza, el metódico blanco Manolo González y el ensayista nacional 2018 gordo Julio Silva, con este cura ignaro raro cleuasmo asno, le dieran su impulso whitmaniano estagirita.
Loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo a lo robertoroenaiano, Presidente, y vamos a reír un poco a lo héctorlavoeiano. Así, presidente, su armadura rodela lanza roja quijotesca cervantina, protectora de la esperanza borgesiana, entre consciencia e inconsciencia villaverdeiana, en el centro universal unificado de unicidad instantánea, el punto crucial decisivo, punto inflexión límite topológico, el tercio incluso aristotélico, en la difuminada continuidad espectral borrosa impulsiva whitmaniana inclusiva, y a buen seguro, Presidente, tendrá en el decir del Libertador Simón Bolívar, ante el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, usted nunca será culpable, siempre será acertado, el mundo postrado a su lado, con el tercio incluso aristotélico inadvertido como astilla por la calle de en medio de la calle Alegría de San Carlos, usted no lo sabe, pero el pueblo si lo sabe, porque ha margullido en la ventana profunda de Johari en lo social de la psicología.
Si loco y nohosco, tú loco loco y yo tranquilo tranquilo a lo robertoroenaiano, está en usted pánfilo paulatino, Presidente, entonces sea dicho, Presidente, que vamos a reír un poco a lo héctorlavoeiano, con Claudio y Eduardo, en las redes, noasustadizos de lo asustadizo contradictorio borroso.