China, viene marcando una pauta para las grandes Corporaciones originarias, el Siglo XXI busca capitalizar su expansión y, el fin no es solo comprar materia prima, sino vender tecnología y aparatos electrodomésticos de punta que entra en juego hacia el mundo bursátil, relegando a Europa, mientras se evaporiza la crisis financiera que ahoga a Venezuela desde el 15 de noviembre de 2018. Porque antes, no fue crisis, sino un atajo tomado por los militares adictos al bolivarianismo que, ante una falsa postura ante el presidente, Nicolás Maduro Moros se enriquecieron con los alimentos llevados al pueblo y su distribución. Donde un SUNDEE guiado por su intendente William Contreras guardo absoluto silencio, ante tales desatinos.
Globalmente, China crece en la capitalización del mercado de valores, al punto que su presencia ha llegado, hasta el año pasado, al 9.6%, frente al 37.3% de participación norteamericana. Por eso, todavía "si Wall Street estornuda, las otras bolsas se enferman". No obstante, se ha calculado que las más de 100 compañías chinas que cotizan en el mercado bursátil estadounidense tienen un valor de mercado que sobrepasa los 1.1 trillones de dólares americanos.
Por esto, su silencio ante el conflicto venezolano y es de destacar que Francia también capitaliza unas siete Corporaciones norteamericanas, donde el Vaticano refleja un bajo índice de valores, pero, que participa en el mercado de capitales.
Entendiendo, entonces, las corporaciones chinas que "todos los huevos no deben ponerse en una sola canasta", el coloso tecnológico Xiaomi Corp. lanzó, tiempo atrás, su oferta pública inicial no en la bolsa de valores de Nueva York, sino en la de Hong Kong, otra plaza fuerte en el mercado de valores global. Y como el capital no tiene bandera, Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley ya recomiendan la compra de las acciones que forman el paquete financiero chino, que, aunque no ha tenido un buen comienzo le pronostican un crecimiento más allá del 50% en el beneficio neto hasta el 2020.
Si los pronósticos de los analistas de inversiones se confirman, más empresas chinas, que ahora hacen fila, entrarán al ruedo. Bajo la vigilia de EE. UU, Pero ¿habremos aprendido de la experiencia de hace una década o eso ya es parte del anecdotario? Por eso, es importante la transparencia en los activos subyacentes, es decir, aquel dinero que principalmente respalda las acciones, los bonos o cualquier instrumento financiero que le asegura rentabilidad futura a quien la ostenta y que, al finalizar la música, puede asegurarle liquidez o simplemente hacerle acreedor a un pedazo de papel.
Los asesores económicos de Chávez y Maduro, provenientes del mundo europeo creyeron evadir el flujo de divisas y los encuadres con las Casas de Valores y, ya sabemos los resultados, aunados al desorden de las tarjetas de créditos que destrozaron algunas vías de cobertura del dólar interno y, se constituyó en un desorden público.
Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés, señala que ya no vivimos tiempos del capitalismo de las élites, sino del consumo masivo: el consumo se ha generalizado en todos los grupos sociales, al punto que hoy se habla del hiperconsumo. Por ejemplo, vemos muchos equipos electrónicos en un mismo hogar (varios televisores, varios teléfonos y hasta varios autos, inclusive). La sociedad del hiperconsumo, dice el francés, busca equipar individuos, ya no a las familias. Eso exacerba el individualismo, pues cada quien emplea su equipo en su espacio y en su tiempo, independientemente de la familia y de la compañía.
Los comportamientos del consumo tienen mucho que ver con criterios de clase, advierte Lipovetsky. El consumo es, ahora, mucho más ecléctico. Antes, las compras estaban limitadas dentro del colectivo; lo que se adquiría estaba, hasta cierto punto, regulado por la clase socioeconómica a la que se pertenecía. Hoy, las personas compran lo que sea, donde sea y cuando lo desean; a eso él lo llama ‘individualismo desregulado’. No hay marcos ni barreras; cualquiera puede comprar lo que sea, sin barreras culturales, como las tradiciones, convenciones, etcétera. Pues bien, si el consumidor es cada vez más dependiente del mercado en cuanto a la satisfacción diaria de sus necesidades (muchas de ellas creadas por la publicidad), es más difícil escapar de la oferta mercantil en este mundo del placer (el autor habla de un hedonismo instantáneo).
Seguidamente, nos recuerda que la sociedad del hiperconsumo busca un consumo más sensorial, emocional. Pensemos en esto: no nos ofrecen un jabón, nos prometen belleza; no nos ofrecen una prenda de vestir, nos prometen que con ella tendremos estatus o placer o amigos. Ya no se vende un viaje, sino una experiencia maravillosa. La publicidad intensifica el presente en el acto de consumir para evitar, así, la rutina infiernizante de la vida; es el consumo como paliativo a la vida difícil de la mayoría. El consumo es un consuelo de nuestras frustraciones, soledades y fracasos. Y sí, efectivamente, el consumo nos hace sentir mejor. El filósofo señala: "Hoy hay más depresivos que reemplazan la misa antigua con el ir de compras".
Lo que motiva al consumidor es la exaltación de los valores hedonistas: como solo se tiene una vida, pues no hay que privarse de nada. El mensaje constante del mercado es "goza, date gusto". El hiperconsumo hedonista e instantáneo se ha vuelto legítimo. Todo lo queremos al instante y el mercado no nos hace esperar, nos lo brinda de inmediato. Y aparecen las contradicciones, pues se valora el consumo, el disfrute, el presente y el placer, pero, por otro lado, hay un mandato de cuidado de la salud, de prevención. Incluso, hay un hiperconsumo médico, prevención, pólizas, seguros, vitaminas, fármacos y más fármacos.
¿Alguna solución a esto? Según algunos especialistas en el tema, como el propio Lipovetsky, se trata de ser un consumidor informado y no caótico ni impulsivo, como quiere el mercado.
Todo, esta controlado por Rusia y EE. UU, China es un artífice articulador del mundo financiero mundial
El canciller Ernesto Araújo celebró el alineamiento de Brasil con Estados Unidos, "la nueva Italia", Hungría y otros países que forman parte de la ola antiglobalizadora que se expande por el planeta. Una política que rompe con la tradicional diplomacia brasileña de buscar la equidistancia con las grandes potencias y con la política de estrechar relaciones Sur-Sur de los gobiernos de izquierda (2003-2016). Porque hoy, por sus desobediencias fracasaron en el orden económico y metieron a los países aliados en un criterio de guerra permanente.
Ha existido una larga tradición en Brasil de elegir presidentes que por alguna razón eran enemigos" de Estados Unidos, señaló Bolsonaro a periodistas estadounidenses después de la reunión que sostuvo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. "Ahora es todo lo contrario, somos amigos", señaló.
Ojála, que en el caso Venezuela, el partido Psuv, deje de ser la imagen de los conspiradores, tanto civiles como militares que, desconocen el eje China- EEUU- Rusia
. ¿Se arrepintió Maduro del apoyo inicial? ¿Fue sorprendido y no supo desmarcarse hasta muy tarde? Está por verse. Pero queda claro de estas idas y venidas que la izquierda tuvo, dan menos claridad sobre lo que estaba y está pasando y ambos grupos terminaron armando un papelón mayúsculo. También que el liderazgo de Nicolás sobre su barra más brava ha quedado muy dañado. Conspiradores o no, el resultado es casi el mismo: la derrota les pasará factura por confiar en falsos líderes.