A medida que disminuyan las entradas de dólares, a Maduro le resultará más difícil dirigir fondos a sus principales apoyos, especialmente las fuerzas militares y de seguridad, que deben estar aprestos en sus puestos militares, sobre todo en Caracas, donde ya se reflejan comandos anti- Maduro. Sin su apoyo, la caída es inminente.
las presiones financieras no harán más que empeorar Los bonos venezolanos se disparan un 7%, cuando Estados Unidos y otros gobiernos de la región (Canadá, Colombia, Perú, Brasil, Ecuador, Paraguay, Costa Rica, Argentina y Chile) apoyaron a Guaidó.
El Fondo Monetario Internacional, FMI, tiene unos siete meses dándole unos requerimientos a la institución gurnamental venezolana para que se ajusten al derecho internacional que los avala, pero, hay desajustes desde noviembre de 2018, donde la censura puede suponer una prohibición para acceder al apoyo financiero, el derecho al voto y, hasta su expulsión de la entidad que tiene un nivel internacional.
El desplome de la industria petrolera y descalabro financiero, La joya del país caribeño, Petróleos de Venezuela (PDVSA), está incapacitada para exportar crudo que contribuya al mejoramiento de la economía. En febrero, la producción había caído a 1,54 millones de barriles diarios, una de las estadísticas más alarmantes en las últimas tres décadas en nuestro país.
También se ha cerrado a la posibilidad de aceptar ayuda de organismos internacionales, así como ha ofrecido el FMI. En cambio, el gobierno de Venezuela ha arreciado en su propósito de manejar con exclusividad la economía.
PDVSA, la fundamental empresa petrolera del país, se encuentra en manos inexpertas y el presidente Maduro ha tomado control directo de la misma, para sacar adelante su producción petrolera y pagar por esta vía, acreencias vencidas y el pago de jubilaciones de amor mayor, un compromiso de su campaña electoral y populista a ciudadanos que jamás laboraron en las industrias y micro empresas del Estado y privada.