Mantener al día el mapa de los acontecimientos que se están produciendo en Venezuela, necesita además de la información general que publican los medios, y el conocimiento de los actores que participan y sus intereses más inmediatos, el estudio permanente de las pequeñas noticias, el impacto que pueden generar en el contexto que se presentan, y su relación con otros sucesos semejantes con los mismos actores.
La posibilidad de una guerra abierta de las tropas de EEUU parece haberse alejado, entre otras cosas por la posición firme y unida de las FANB, el apoyo y la convicción del pueblo organizado, el apoyo de países como China y Rusia, y las posibilidades reales de un juicio al Presidente Donal Trump.
Parecen estarse incubando los elementos suficientes para una guerra interna, cuyo objetivo puede ser destruir el estado nación más allá de derrocar al Presidente Maduro. Las condiciones objetivas para una confrontación de este tipo se vienen preparando desde hace tiempo, o al menos así parece señalarlo algunos elementos que comienzan a salir a la superficie.
En primer lugar existen dos grupos con posiciones políticamente irreconciliables, el robo de armas para apertrechar a uno de estos dos grupos, es una de las variables que ha venido surgiendo durante el último año. La vinculación política de un sector de la oposición con grupos del hampa dispuestos a operar en una especie de guerra contra el gobierno es otra de las tendencias que deben estudiarse.
La deserción de militares venezolanos y su posterior agrupación al otro lado de la frontera colombiana, para legalizar un ejército que pueda ponerse a la orden del dictador Guaidó, es el signo más claro de las intenciones de empezar una guerra interna.
El tratamiento mediático del caso de los indígenas Pemones a los cuales se les viene azuzando para crear un frente de guerra como lo hizo Elliot Abraham, en Nicaragua con los indígenas Miskitos, que se sumaron a la contra nicaragüense.
El endurecimiento de las sanciones económicas en una especie de recuerdo del minado de puertos que fue una táctica empleada por el demonio Abraham, contra el gobierno Sandinista. La aparición de una doctrina ideológica que sustente este levantamiento se puede explicar en la presencia de símbolos religiosos que utilizaban jóvenes en las protestas violentas, y que ha dado origen a la creación de grupos de fanáticos en la frontera, específicamente en Táchira y Zulia.
El llamado a los sindicatos a sumarse a un paro nacional es un indicador de que las intenciones son buscar el detonante que pueda hacer explotar las llamadas condiciones objetivas que a juicio de la inteligencia de EEUU están bastante maduras, a tal punto que según sus cálculos el Presidente venezolano duraba un mes en el gobierno.
Todas estas variables parecen estar sueltas y algunas ocultas a los ojos de mucha gente que percibe el actual conflicto político en fragmentos, y no se percata de la unidad de una ruta de trabajo diseñada desde los laboratorios del negocio de la guerra.