No se puede negar que hay algo muy mal cuando un país --- en solo 5 años (del 2013 al 2018) --- pasa de ser el país más feliz del mundo, con uno de los salarios mínimos más altos de Latinoamérica, con un sistema de salud gratuito y de calidad, con un servicio de internet y telefonía de alta calidad, y barato, y muchas otras cosas positivas, a ser el país más infeliz de Latinoamérica, con el salario mínimo más bajo del mundo (menos de $6 mensuales), donde posiblemente el 80% de la población vivimos por debajo de la línea de pobreza internacional de $1,90 por día, donde el internet, en estos tiempos modernos es posiblemente el peor del mundo, y donde los servicios de saludo están colapsados casi por completo, y mucho más.
¿Verdad?
Algo muy malo está pasando, algo no cuadra.
También, bajo cualquier circunstancia, y en cualquier parte del mundo, no se puede negar que la principal responsabilidad de un jefe de estado es de mantener y asegurar el bienestar del estado y de su población.
¿Verdad?
Y que si ese jefe de estado no puede garantizarlo, o por lo menos hacer un trabajo razonablemente aceptable en este sentido, bueno, la responsabilidad de ese jefe de estado es de entregar su renuncia y dejar que otra persona --- esperando que sea más hábil --- se ocupe.
¿Verdad?
Si usted, en su empresa, pondría a cargo a un director de producción, pero que después de 6 meses usted se da cuenta que ese director ha sido incapaz de garantizar un aceptable nivel de producción, y que a raíz de eso usted está perdiendo miles de dólares cada mes ...
¿Usted le permitiría que siga en ese puesto?
Yo no, no señor, jamás.
¿Para qué?
¿Para que siga destruyendo mi empresa y la lleve a la ruina, forzando a que los bancos la cierren, dejando a todos mis empleados sin trabajo, sin sueldos, sin comida?
Bueno.
Un jefe de estado es igual a un director de producción de una empresa, es un empleado que se reporta al dueño de la empresa, en este caso a nosotros, quien debe cumplir, y si no cumple, bueno, la única cosa responsable que debe hacer es de entregar su renuncia.
Ahora, digamos que ese director de producción se rehúsa a entregar su renuncia, y que aun cuando yo, como dueño, le pido que se vaya, él, terco y prepotente, decide de no irse, y se queda allí, bueno, eso, para mí, como dueño de la empresa, me indica que hay algo muy mal con esa persona.
Algo no cuadra.
Me indica que esa persona tiene problemas muy serios.
Esa persona tal vez:
1- sufre de algún trastorno psicológico o mental, ya no quiere aceptar el hecho de que sencillamente él no sirve para ese trabajo, o
2- es deficiente intelectualmente, ya que parece no entender que él no sirve para ese trabajo, o
3- forma parte de una conspiración para acabar con mi empresa.
Así lo veo yo, entonces les pregunto:
¿Cuál de estos tres casos es Maduro?