Estamos en tiempo de iguanas que desde el mes de diciembre las comienzan a buscar y atrapar en muchos estados de Venezuela y eso, debido a quiénes, a los margariteños que son expertos y duchos en su descubrimiento con ojos de iguaneros traslúcidos que, donde hay: allí están ellos como unos verdaderos depredadores que las están extinguiendo comiéndoselas junto con sus huevos, y difícilmente dejan que esos reptiles desoven a su debido tiempo natural y, no contentos con acabar con esa especie de reptiles en Venezuela, se fueron a la luna a cazarlas y como tacarigüeros se multiplicaron y soltaron a deslengua como mal habladores del rango cervantino y con brasas ofuscadas han ofendido a los lunáticos con un lenguaje destripador, muy cargado de banderillas vulgares como soeces creyendo que, en la luna no se practica el lenguaje del buen castellano rae, cayeron en la sutileza impertinente de amonestar como impúdicos salvajes a los lunáticos al despedir en espiral sin ningún recato de consideración en su espacio lingüístico cuando, en su confianza mercenaria balbucearon la palabra temigoso que, al entender los lunáticos que los cobijaba de pendejos, que en grosso modo rebasa los límites de la comprensión estilista, fueron tirados al vacío como despreciables necios ilustrados.
Y como fieros repitientes de lo ajeno se vieron los unos a los otros cuando, un lunático preventivo dijo, han escarbado en la marejada más proclive de la ofensa y, razón tenía Simón Bolívar al decir que, había arado en el mar y su mejor ejemplo está en ustedes como habitantes sin solapa acuciosa de utilizar términos que discriminan a la sociedad pensante en este mundo desbordado de incomprendidos que, por la sola razón de citar frases elocuentes se catalogan en su mundo interior de grandilocuentes, no sabiendo que empalagar citando un escrito con ideas de otros que no siempre son verdades en nada engrandece el pensamiento y, así como los cubanos existen como una especie rara dentro de la convivencia que, maldicen a diario que a fea la belleza y grandeza del capitalismo de la oposición y sus allegados, rodeados de pobres, que con sorna contra una Cuba que ni les va ni les viene y la odian tanto como una verdadera temiga que les causa odio a sus peculiaridades, no sabiendo que el capitalismo invade al mundo de hambre todos los días y los siembra de terror, lo que los cubanos no hacen formando, médicos para curar la humanidad sin requisito ninguno.
Por eso es que a la iguana hay que saberla agarrar y por el rabo nunca, bien lo decía, Luis Herrera, como consejo, animal que no conozcas no le jurungues el rabo y más el rabo de la iguana que es quebradizo como autotomía que me le permite el escape y, decir que a Venezuela se le ha ido la luz y ahora han cogido por rebuscar a corto plazo a su buena intención que, por no tener luz termoeléctrica en vez de hidroeléctrica nos encandilamos de susto tras susto y todo por culpa del gobierno de Chávez y Maduro y quizás un poquito menos por los cubanos y algo de corrupción por robarse los postes y los transformadores otros, pero les aseguro que no dicen que a Venezuela no se le ha ido la luz, no, no se le puede ir si la luz de Venezuela es Guaidó que, no los mandó el imperio como intermidiario que nos alumbrara hasta que le diera la gana que con su fuerza demoledora nadie puede y así como lo ven hay Guaidó para rato.
A veces me da por pensar que cuando se va la luz solo acá en margarita, pudiera que una iguana asustada se haya marineado en un cable y cualquier iguanero con su china, tratando de echarla abajo nos ha echado abajo la luz que, por lo general en la isla se va de día.
Entonces Amaranta por piedad de nosotros, de los cubanos, no sé si por los chavistas-maduristas a ver si podemos vivir en paz sin odio ni rencores y con buenas palabras por el bien del país y de sus buenas costumbres si alguna vez te la enseñaron en Los Hatos, no le vuelvas a coger el rabo a la iguana con tus desplantes de tacarigüeros a temigados y que, la paz sea contigo y los guaniperos.