- Esta guerra solapada de Washington contra Venezuela, puede durar uno o dos siglos, si se sigue manejando de manera tan torpe. Y el tiempo apremia: presionan los chinos, presionan los rusos, Irán permanece firme frente a las amenazas gringas en medio del objetivo que hoy representa "la crisis venezolana"; el dólar ya no da para más, no hay inversionistas que crean en una reconstrucción de Venezuela luego de una invasión. Iván Duque carece de ñeque; Bolsonaro está pasado de bolsa y de etéreo; Guiadó está pasmado, el presidente Maduro apenas comienza su mandato, un mandato que se prolongará hasta el 2025.
- En este estira y encoge se le puede ir la vida a Trump y a todo su gabinete: No podrán con el chavismo ni con guerra económica, ni con guerra eléctrica ni con mil sabotajes cósmicos o electrónicos. El costo de un gran derramamiento de sangre no lo quiere pagar nadie. Las cuentas no dan, y esto se puede poner cada vez peor para Estados Unidos. Ya el petróleo no le están llegando para las estaciones Citgo, ni los grandes cargueros que otrora llevaban cientos de miles de barriles están partiendo para el Norte. Esto cruje y urge, o se montan en una pronta solución o las consecuencias económicas para Estados Unidos pueden ser pavorosas.
- ¿Cómo podría ser el diálogo con el Presidente Maduro? He ahí el gran dilema que no hay cómo plantearlo porque esto se ha llevado muy mal por parte de la derecha mundial. Pero ante todo, EE UU deberá suspender toda clase de sanciones contra Venezuela y no inmiscuirse más en nuestros asuntos internos. Se le podrá decir a las empresas gringas que con todas clases de garantías podrán invertir en nuestros negocios pero respetando nuestras leyes.
- Se le dirá a los enviados del Departamento de Estado que desde que el Comandante Hugo Chávez apareció en el escenario político mundial llamando a la unidad de los latinoamericanos, todas las alarmas se encendieron en Washington. Se le referirá que históricamente estas alarmas también se habían encendido en los corredores de los imperios, por allá en 1901, cuando el presidente de Venezuela Cipriano Castro, se propuso revivir ideal noble y grande de rehacer la Gran Colombia, el proyecto genial de Simón Bolívar. Apenas dispuso Cipriano Castro que nuestros políticos se dedicasen a reconstruir aquel grandioso monumento de unidad continental, cundió el pánico entre los magnates y las mafias estadounidenses y europeas. Fue cuando barcos de guerra de Alemania, Italia, Inglaterra, con apoyo subrepticio del imperio norteamericano, se prepararon para bombardear, como efectivamente lo hicieron, nuestras costas.
- Nada causa más horror al imperio euro-norteamericano el que nosotros los latinoamericanos, podamos hacer realidad un proyecto de UNIDAD para resolver nuestros problemas, tal cual como lo esbozó en su momento (1826), el Libertador Simón Bolívar cuando convocó a los pueblos libres del imperio español, al Congreso anfictiónico de Panamá.
- Todo lo que vive hoy Venezuela: atentados a nuestra industria petrolera, guerra económica, ¡ahora GUERRA ELÉCTRICA!, guarimbas, terrorismo sicológico inoculados por todos los poderosos medios del mundo para ir tratando de madurar la tesis de que vivimos en dictadura; que ahora hay un "usurpador" en Miraflores; que vivimos en una espantosa crisis humanitaria (pero a la vez siendo bloqueadas nuestras transacciones financieras por el Departamento del Tesoro norteamericano); todo esto, tiene que ver con la intención de que en un futuro nosotros en este hemisferio podamos conformar un monolítico bloque de unidad entre nuestros países; monolítico bloque para defender nuestros intereses: proteger nuestros recursos naturales, forjar nuestra integridad territorial, impedir que en nuestros asuntos internos llegue la mano de los negociantes de armas, de los traficantes de droga, de las grandes mafias internacionales controladas desde Washington.
- Para impedir que podamos crear nosotros mismos el arma poderosa de un derecho internacional propiamente BOLIVARIANO. Ese es todo el objetivo de esta guerra tan terrible que hoy se nos hace con anuencia de los gobernantes títeres de Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Paraguay, entre otros. Por eso, una de las primeras acciones que le ha ordenado la Casa Blanca a su mupet Iván Duque, es la disolución de UNASUR. Al frente de esta resolución, han estado también trabajando activamente los otros títeres de Donald Trump, Sebastián Piñera (Chile) y Lenin Moreno (Ecuador).
- Esto ya no lo podrán resolver ni John Bolton, ni Mike Pence o Pompeo ni mucho menos Eliotts Ambrams. Todos se auto-quemaron con el autoproclamado.
- Queda, digo, sólo el diálogo, así como se tuvo que dialogar con Corea del Norte.
- Esto es algo que corre mucho al alto nivel del presidente Trump: ESPEREMOS!!!
