No puedo hacer silencio en este caso que implica a Rafael Dudamel, lamentablemente ratificado director técnico de la Vinotinto, si va en contra del conductor de victorias, Nicolás Maduro Moros, y del pueblo bolivariano. Callar sería un acto de cobardía; este proyecto que se inició con el Gigante Chávez ha costado muchos sacrificios y muertos, y no voy a voltear la cara cuando los destructores del país atacan desde las tribunas más insospechadas.
En la Patria de Bolívar abundan los conocedores de fútbol y de las implicaciones que representa el hecho de que un mercenario del balompié como Dudamel, les haya metido a los jugadores de la Vinotinto al terrorista a sueldo de los gringos, Juan Guaidó, horas antes del amistoso con la selección de argentina en el estadio Wanda Metropolitano de la capital española.
Si los visita Nicolás Maduro está en su derecho, es el Presidente legítimo, si los visita el embajador, es comprensible ¡¿pero Guaidó?! Estamos hablando del mercenario de los gringos que en Venezuela participó en el magnicidio frustrado en contra del máximo líder de la revolución bolivariana; del terrorista que, con apoyo del narcopresidente de Colombia, Iván Duque, intentó penetrar a Venezuela con el argumento de una falsa ayuda humanitaria, buscando una matanza que provocara una invasión gringa.
Estamos hablando del criminal que formó parte de la operación terrorista que consistía en entrenar en Colombia a paramilitares centroamericanos, con el fin de ejecutar asesinatos selectivos en Venezuela, así como ataques a instituciones públicas y privadas; del ladrón que se apodera de los recursos de las empresas que los gringos nos han arrebatado como el caso de Citgo, para financiar la violencia en nuestro país.
Nos referimos a un psicópata cómplice de los ataques al Sistema Eléctrico Nacional, para ocasionar caos, que se pudran los alimentos, que no haya agua potable, que se desaten alternaciones públicas, una guerra civil, sin embargo, el premio que le da la Federación Venezolana de Fútbol al golpista Rafael Dudamel, después que pone a codearse a los jugadores de la Vinotinto con ese psicópata en alguna maniobra psicológica conspirativa, es ratificarlo en el cargo. Dudamel no solo debe ser expulsado de la FVF, a este sicario del deporte hay que meterlo preso por traidor a la Patria.
Tal situación confunde a la militancia chavista, caemos en el juego de siempre, el pueblo bolivariano resistiendo las calamidades que los opositores provocan, y pese a eso disfrutan tanto o más de los beneficios de la revolución que los mismos rojos rojitos. No es justo y ya es hora de considerar este tipo de irregularidades que tanto daño le han hecho a la Patria de Bolívar.
Debo advertir, que la situación que se presenta en la Vinotinto es la misma que se ha vivido desde siempre en las diferentes instituciones del estado, la mayoría si no todas, están infiltradas por enemigos del proceso que hacen más daño que los ataques de los gringos. Y muchos que dicen ser chavistas entre los que se podrían contar presidentes, gerentes, jefes y demás, callan, algunos por cómplices y otros por cuida puestos. Y cuando menos lo esperamos, recibimos el golpe traidor.
Por eso, no hago silencio, a mí me duele este proceso en el alma, lo llevo en la sangre, y hablo porque soy solidario con el presidente Maduro, un disciplinado dentro del Psuv y un humilde soldado de esta revolución.
De allí que le hago un llamado a la Federación Venezolana de Fútbol, para que reconsidere la ratificación de Dudamel. Conozco muy bien a este personaje, fui parte de su creación en el Unión Atlético Maracaibo donde llegó a ser gerente. Se desempeña de acuerdo a factores y beneficios económicos. Está ligado a los equipos de fútbol colombiano. Se lucra negociando jugadores. Es un vendido, recuerdo que en Colombia una vez perdimos un partido porque pactó con los contarios.
Las andanzas de Dudamel son bien conocidas en el ambiente futbolístico, como igualmente es conocido el odio que le tuvo al Gigante Chávez y ahora al presidente Nicolás Maduro.
Ratificando a Rafael Dudamel, la Federación Venezolana de Fútbol se hace cómplice y partícipe del golpe de estado permanente, que intenta la ultraderecha venezolana aliada a los gringos en contra de la revolución