- En 1827, viendo Europa y Estados Unidos el creciente poder e influjo del Libertador Simón Bolívar en todo el continente latinoamericano, decidieron hacer una feroz campaña a través de la prensa, con participación de académicos y filósofos de la época para imponer la tesis de que el presidente de Colombia era un "USURPADOR". De modo que Bolívar llegó a ser en 1827, mil veces más "USURPADOR" que el presidente Nicolás Maduro. Sigan viendo esto:…
- Simultáneamente a esta campaña, se produce en Perú la traición y alzamiento del coronel neogranadino José Bustamente (contra Bolívar), un canalla que recibía órdenes directas de Francisco de Paula Santander y de William Tudor, cónsul de los Estados Unidos ante el Gobierno del Perú.
- De modo que en 1827, estaba armada toda una poderosa red subversiva, que marchaba paralela a la campaña en Norteamérica y en Europa, de que Bolívar era un USURPADOR. Todo un pavoroso plan urdido por Santander junto con Henry Clay, Secretario de Estado de los Estados Unidos, el ministro plenipotenciario de Estados Unidos Richard Anderson, radicado en Bogotá, y William Tudor, cónsul de los EEUU ante el Gobierno del Perú.
- El que incitó y coordinó la acción del miserable José Bustamante contra la unidad Grancolombiana, fue William Tudor.
- Si Bustamante fracasaba se tenía listo el plan B, que consistía en preparar la guerra del Perú, dirigida por el general neogranadino y ultra-traidor de José Lamar —prácticamente convertido en Presidente del Perú, gracias al apoyo norteamericano— contra Colombia, en cuyos intríngulis estaba también bien metido Santander.
- Como era muy difícil desestabilizar por dentro a Colombia, entonces, había que empezar por el sur y crear un gran caos llamando la intervención, tal cual como lo está haciendo en este momento el llamado Grupo de Lima.
- Los espías al servicio de William Tudor consiguen una importante correspondencia entre unos papeles del famoso general Jacinto Lara; Tudor envía un informe, el 3 de febrero de 1827, al Departamento de Estado en el que dice:
"Se encontraron muchas importantísimas cartas de Bolívar, de Sucre y de otros generales, las cuales arrojan considerable luz sobre los designios del primero, y serán una ayuda poderosa para Santander en sus esfuerzos para proteger la Constitución de Colombia contra los pérfidos designios del USURPADOR.."
- Estrechamente trabajando con Santander, Tudor frotándose las manos al ver que el "USURPADOR" se encontrará en serios y violentos aprietos, agrega en su informe:
"La esperanza de que los proyectos de Bolívar están ahora efectivamente destruidos, es una de las más consoladoras. Esto no es motivo de felicitación en lo relativo a la América del Sur, liberada de un despotismo militar y de proyectos de insaciable ambición que habría consumido todos sus recursos, sino que también los Estados Unidos se ven aliviados de un enemigo peligroso en el futuro... si hubiera triunfado, estoy persuadido de que habríamos sufrido su animosidad...".
- EEUU estaba echando las bases para la organización de un sistema colonialista y esclavista para América Latina, porque Tudor añade que la fe principal que mueve al Libertador es "su odio a la esclavitud y el deseo de abolirla. Leed su incendiaria diatriba contra ella en la introducción a su indispensable Constitución (...) contémplese el Haití de hoy y a Cuba (inevitablemente) poco después y al infalible éxito de los abolicionistas ingleses (no por virtud, eran abolicionistas); calcúlese el censo de nuestros esclavos; obsérvense los límites del negro, triunfante de libertad y los del negro sumido en sombría esclavitud, y a cuántos días u horas de viaje se hallan el uno al otro; reflexiónese que... la gravitación moral de nuestro tiempo... es la afirmación de los derechos personales y la abolición de la esclavitud; y, además, que por diversos motivos, partidos muy opuestos en Europa mirarían con regocijo que «esta cuestión se pusiera a prueba en nuestro país»; y luego, sin aducir motivos ulteriores, júzguese y dígase si el «loco» de Colombia podría habernos molestado. ¡Ah, Señor, éste es un asunto cuyos peligros no se limitan a temerle a él!...".
- Así, pues, que la trama para destruir la Gran Colombia y hacer que en el mundo se llamara "USURPADOR" al Libertador de Sudamérica, se armó en Perú, con la estrecha ayuda del Departamento de Estado de EEUU. El 27 de mayo de 1827, Tudor escribirá a Washington:
"Ayer recibí una carta del coronel Elizalde, quien manda la división que entró en Guayaquil… Me informa que todo marcha de la manera más favorable; que el 27 despachó una columna con dirección a Quito para que se una a la División mandada por Bustamante, quien entró el 25 del mismo mes, todos los cuales están ahora indudablemente en Quito… El general Santander habría recibido la noticia del movimiento de aquí con satisfacción y le habría escrito a Bustamante aprobando su conducta".
- Como fracase la tentativa de Bustamante, entrará en acción el canalla y traidor José Lamar, en la que EE UU pone sus más altas esperanzas, por cuanto que según Tudor:
"José Lamar es indudablemente el primer general de la América del Sur… Bolívar, que originalmente fue sólo un capitán de milicias, es inferior a él… Si llegan a chocar, estoy plenamente seguro que, a menos que la superioridad de fuerzas sea muy grande del lado de Bolívar, éste será derrotado…".
- Las novedades del Perú provocaron el mayor entusiasmo en Bogotá. Ni las batallas de Pichincha, Bomboná, Junín o Ayacucho, causaron el júbilo "patriótico" que levantó en la capital la rebelión de Bustamante. Los estudiantes se echaron a la calle para arengar consignas "liberales": marcharon bandas de música por las avenidas principales, y se oían repiques de campana, estallidos de cohetes, todo en un vocerío de vivas y aplausos a la Tercera División comandadas por el traidor Bustamante. Entre las consignas la más repetidas era "¡FUERA EL USURPADOR!". Toda la tarde y parte de la noche, la comparsa no cesó en su algazara. El Vicepresidente salió a la calle rodeado de numerosa multitud donde se hallaban militares, legisladores, estudiantes y escribas de todos los calibres. Entre estos patriotas, estaban Joaquín Posada Gutiérrez y el joven Juan de Francisco Ortiz.
- Posada Gutiérrez estaba influenciado por Santander; "éste mostraba en su semblante, en sus arengas y en sus vivas a la libertad, el intenso placer que le dominaba, aunque alguna que otra vez no dejara de notársele una inquietud que procuraba en disimular". El arrastre popular de la rebelión fue un verdadero éxito para Santander. Hombres sensatos, imparciales y verdaderamente patriotas se acercaron hasta él, para expresarle solidaridad, apoyo. No se daban cuenta de que vivían los destellos primeros de la gran desintegración nacional. Tampoco sabían que Bustamante, un pobre diablo que jamás se había distinguido en nada, actuaba movido por dinero y por la vil promesa de ser protegido por el Gobierno de Bogotá. Era de veras inaudito que algunos militares granadinos consiguieran preseas como más tarde sucedería con José María Obando y José Hilario López (los que luego asesinarían a Sucre) aniquilando a la patria y asesinando a sus mejores hombres. ¡Cómo habrían de lamentar luego, los verdaderos patriotas, su participación en tan pérfida celebración! Ante estas torpezas, en pocas líneas el Libertador presenta su alma límpida en una carta enviada al coronel José Félix Blanco:
"Agradezco infinito el interés con que Ud. ha combatido por mi opinión, y en cuanto a las respuestas de Santander, nada diré: el mundo nos conoce. A mí me fuera muy fácil escribir otras tantas gacetas en mi elogio, y en desprecio de otro; pero no es ésta es mí ocupación. La patria y el bien me quitan tiempo que el señor Santander invierte en desfogar pasiones muy ajenas de un magistrado".
El 14 de marzo de 1827, escribía Santander al faccioso Bustamante:
"Ustedes, uniendo su suerte, como la han unido, a la nación colombiana y al gobierno nacional bajo la actual constitución, correrán la suerte que todos corremos. El Congreso se va a reunir dentro de ocho días, a él informaré del acaecimiento del 26 de enero; juntos dispondremos lo conveniente sobre la futura suerte de ese ejército y juntos dictaremos la garantía solemne que a usted y a todos los ponga a cubierto para siempre".
- Obsérvese cómo utiliza las leyes y la Constitución: Manda a un conspirador a que se alce en el Perú y después le ofrece protección a través del mismo Congreso. Con razón dirá más tarde Bolívar:
"Me piden que destruya a los nuevos godos, pero cómo hago; al menos los españoles se llamaban tiranos, serviles, esclavos y los que ahora tengo al frente se titulan con los pomposos nombres de republicanos, liberales, ciudadanos. He aquí lo que me detiene y me hace dudar.
- La duda que el señor Restrepo denomina versatilidad. Esa versatilidad era su condena, sería su impotencia, su muerte. Sucre por su parte escribía en agosto al Libertador:
"No sabe, Santander, cuánto daño ha hecho a la República aprobando la insurrección de Bustamante; de todos los errores de su administración, éste es el mayor, y si los otros pueden justificarse como buena intención, éste le manchará su nombre. Poco tiempo pasará para experimentar cuánto va a sufrirse en el Sur, por esta aprobación de un amotinamiento militar.
A fuerza de la estimación que tiene la división se le ha preservado de contagiarse. No tiene Usted idea de la multitud de papeles que le mandan de Bogotá para inducirle a la rebelión: no sé lo que proponen más que dar escándalo o servir a la Santa Alianza, desmoralizando los mejores cuerpos de Colombia".