La dramaturgia de la nueva victoria es una necrología de las viejas
estructuras oligárquicas, cuyas virtudes se apoyaron desesperadas en un
candidato resurgido de las cenizas de su triste pasado político y cuyo
maquillaje solo rearmó un rostro troncado en gesto audaz, pero avizorado por
la mueca de la agria traición de un perfecto burócrata, de un irresponsable
político, que nunca tuvo el valor de sostener su responsabilidad mantenida
en el golpe del 11A. No lo podemos negar, fue una avalancha de derrotados y
no lo digo por las bases, que fue un pueblo limpio y quizás con las grandes
ideas de hacer una oposición digna para la lucha, lo digo por esa dirigencia
carcomida, mal intencionada e intoxicada de odio y venganza, la cual ese
mismo pueblo que los apoyó, los neutralizó con su conducta ejemplar
democrática cumpliendo el deber de expresarse en sana paz. Por otra parte
observamos que ese teatro que montaron no fue para ver la realidad que vive
y quiere la nueva Venezuela, no vieron que el proceso revolucionario se ha
incrustado en las entrañas de una nueva forma de pensar del nuevo ciudadano.
Las elecciones que acaban de sucederse, han sido la mejor oportunidad para
conocer con transparencia esta nación nuestra. El pueblo no cree, ni tampoco
le interesa regresar para nadar en los viejos moldes de esos partidos que
han tratado de abandonar esas viejas dirigencias, esto de “viejos” me
refiero al método obsoleto, estos señores tienen que reconocer que su teatro
está acabado y que ha resurgido una nueva generación de lucha política,
llena de juventud, de patriotismo y de libertad moral que moldea las
relaciones sociales en una enorme unidad de trabajo por el bien de la
patria. La nueva política viene ahora acelerada para construir
arquitectónicamente la nueva nación y llevar equilibradamente la revolución
bolivariana, viene la organización del partido único y continuar esa
plataforma económica, social y cultural que en la primera etapa dio como
resultado esta aplastante victoria. Nuestro pueblo se encamina a la
libertad, la justicia y la igualdad, pacíficamente, en medio de amenazas,
agresiones e insultos. Construimos un país, un espíritu nuevo y de ahí que
nuestro líder, Hugo Rafael Chávez Frías, junto con todos los venezolanos nos
señalemos en forma clara, digna y honesta por donde ir y como orientarnos.
Emprenderemos una enérgica labor de explicación ideológica y difundiremos
todo acerca de nuestra línea de configurar la nueva patria. ¡Compañeros una
de las importantes tareas que tenemos, es la de prepararnos en todos los
aspectos para afrontar acontecimientos inesperados!
vrodriguez297@hotmail.com