Anjá a qué no lo adivinas y, cómo, fácil muy fácil, hablando con él: ¿dime una vaina Diosdado, tú te crees o, no. Dímelo de una vez? Para salir de este embrollo que tiene embrollado medio país, o casi medio. Y, así uno sale de esas dudas perversas que cuando no nos quitan el hambre, no conseguimos qué comer y, qué hay que hacer: irse a Colombia por harina pan, la misma de la Polar y más barata allá y, más rendidora por si no lo sabían pues, parece ser, y por comentarios desmedidos nos dicen que, un bollo colombiano rinde más que un bollo venezolano con una textura y un sabor que hace agua la boca y, vea usted que es el mismo producto, me refiero a un bollo de masa que allá al llevarlo al budare o, a la plancha, se dilata más que acá y, esas cosas uno no las entiende, si es del mismo maíz -salvo qué- eso mismo que, nos quieren matar de hambre, mientras que a los colombianos los engordan y, otra cosa que también molesta es que, el bollo colombiano de la misma harina: aguanta más calor que el nuestro, tampoco se entiende y, Diosdado no nos dio luces, nos dejó en tinieblas.
Pero lo que interesa, es saber: si Diosdado tiene capacidad para entender y responder como el militar político que es con un mazo que no pela ni de lejos y, criticando al gobierno de Maduro, eso jamás se le había visto que por criticar a Lorenzo Mendoza que el gobierno le da de comer en la boca que molesta, pero a veces se traspapelan los papeles y viene lo inesperado bien esperado por otros que, están como caimán fuera de la AN y, no se arropan con la misma cobija del entendimiento y así como a Pascualina se le fueron los frenos y, no por estúpida, sino por lengua larga, aprendemos cada día más, tanto de economía como de políticas distributivas y alimentarias dentro y fuera, locos como nos tiene Trump y sus cinco jinetes sin incluir a Guaidó, se dicen cosas ¿no?
Ahora bien: leyendo las frases que se dicen en cualquier forma, se leen y se releen, y cuál la conclusión de uno, de bajo entendimiento -ni de vainas, me jodo- ni de flaco entendimiento, entonces con algo de entendimiento, porqué todo en esta vida no se puede ni saber, ni entender, ni que sea Mandrake que a lo mejor decimos, tengo mis dudas, pero habiendo estudiado un poco, no mucho de matemática que hasta un cartón tengo, y como allí se trata de lógica, nada de imponer, aunque a veces se supone, para después demostrar, si uno lee: La "revolución" estúpida, ¡ah caramba! Deducción inmediata: Diosdado es estúpido, epa que no lo afirmo yo, porque sea dudosa la revolución por las comillas y, como Diosdado se dice revolucionario, por reducción al absurdo, entonces, Diosdado es, y uno picado de culebra, dice, para sacarnos la espina o, quitarnos la basurita del hombre, Guaidó también lo es, ¿y qué pasa? Quedamos en paz de igualdad, nada para ti, nada para mí.
Ahora, la pregunta de las cuarenta lochas, más que el sueldo mínimo. ¿Quién es más inteligente: Diosdado o, Guaidó? Pensándolo bien, la respuesta es difícil, se la dejo, a otro que pueda perder su tiempo sanamente que, de por sí no es nada fácil y hay que registrar vivencias.
Lo que sí podemos pensar es que La Polar, o sea su presidente, Lorenzo Mendoza, lo más seguro que está metido en el "encubrimiento" harinero y, sus razones tendrá, que lo de él es el dinero, para eso nació y para eso vive y con la buena suerte que el gobierno de Maduro, le presta millones y, además le da dólares y, así seguimos viviendo en "..."
Mientras Guaidó actualmente presiona como el que quiere ahorcar a alguien y, la harina sube, que, no imagino para qué, él sabrá y Trump también, pero yo no, porque vivo en otro mundo, muy pequeño por cierto. Entonces, Diosdado ataca, pero la vaina es que, Guaidó contrataca y, así se van los días, los meses y, dale para adelante y nuestras soluciones dependen del Norte, por más que China y Rusia, se preocupen por nosotros y, nos den respiración pasajera.
En alguna parte leí -es que Lorenzo Mendoza nació para empresario- que la realización del encuentro entre un puñado de venezolanos en diálogo franco perturbado en Oslo, capital de Noruega, que hace muchos años estuve allá, se ha comenzado a vender la harina pan y, parece que con el frío gusta, pero parece ser que con diálogo y todo han salido cuadradas con opción a descuadrarlas en el segundo intento que será pronto, para nuestro bien -suponemos.