- La oposición derechista, desde 1998 se empecinó en tratar de destruir el país mediante el Síndrome de Sansón lo cual consiste en destruir el país aunque eso le costase a ella su propia sepultura. Tal cual como hizo Sansón que para matar a los filisteos él mismo acabó bajo los pilares que echó abajo.
- Uno se da un paseo en Mérida, por centros comerciales otrora tan concurridos, y los encuentra desolados, desiertos, casi en ruinas: sus tiendas, sus heladerías, sus restaurantes o ferias de comida en franca bancarrota. ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Yo recuerdo que la derecha vivía apostando por la ruina de la economía del país para así tratar de derrocar el gobierno. Recordemos cuando los opositores se enfurecían y se deprimían horriblemente cuando el barril de petróleo venezolano se cotizaba alto. No olvidemos, por ejemplo, que la Universidad de Los Andes apostaba con furia porque el bolívar fuerte se fuera a pique, y celebraba con locura cada vez que DolarToday ponía por las nubes el valor del dólar. ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Y sobre todo, recuerdo los días previos al 12 de febrero de 2014, cuando la MUD se lanzó toda a la calle a montar barricadas, a trancar avenidas, a quemar universidades (incineraron 18 en total), a quemar instituciones, a destruir las estaciones del Trolebus y a quemar sus unidades; a contaminar con gasoil las aguas de los diques que surte de agua potable la población de Mérida consume. La clase media entró en agonía y desesperación total: algunos comenzaron a huir del país enloquecidos, muchos enfermaron de cáncer otros murieron de infartos al corazón, otros enfermaron terriblemente de odio y de consunción moral… ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Luego esos grupos de opositores terroristas se dieron a la tarea a destruir con disparos de armas de guerra los transformadores que llevan la electricidad a las ciudades; ellos mismo se quedaron sin luz artificial y cada vez que esto se producían se ponían a cacerolear hasta que la gente han ni en las protestas dándole a las cacerolas comenzó a creer… ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Se dieron a la infernal locura esa misma oposición a quemar cavas que transportaban comida o medicina, gas o gasolina; se hartaron de saquear comercios, sobre todo licorerías; inundaban de basura las calles y cogieron con ello hartas diarreas y enfermedades; bloquearon hospitales y el Seguro Social donde atendían a los pacientes con cáncer; quemaron carros de bomberos y ambulancias; mataron muchos policías y guardias nacionales trayendo paramilitares de colombianos que llevaron a dormir a sus casa, y éstos acabaron violando niñas e incluso hasta damas muy católicas y decentes que les acogieron...¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Durante cuántos meses el país estuvo ardiendo en guarimbas, y muchos dueños de esos centros comerciales, terriblemente opositores se dedicaron a colaborar con los guarimberos para que "resistieran" y provocaran olas de espantoso terror en muchas ciudades; les dieron dinero estos comerciantes para que compraran chopos y pólvora, y muchas ferretería abastecieron a estos guarimberos con guayas, alambres púas, clavos (miguelitos) y aceite quemado para que lo derramaran por las avenidas, y acabaron quebrando sus negocios,… ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- El alcalde opositor de Mérida, Carlos García, facilitó toda la chatarra posible para convertir a la ciudad en un hervidero de retorcidos de escombros de acero. El alcalde opositor se negó a recoger la basura, y mataron a tantos inocentes, como a la profesora Gissele Rubiral, por ejemplo. Y murieron tantos ancianos que no podían acceder a los centros hospitalarios ni ambulatorios, muchos de ellos familiares de opositores… ¡PURO SÍNDROME DE SANSÓN!
- Fue durante esa época cuando vimos la antesala total del acaparamiento y de la escasez de alimentos y medicinas. Horror trashorror, y mil veces horrores incontenibles. Y lograron todo eso y muchas otras cosas peores, hasta el punto que un profesor universitario, por ejemplo, con lo que gana hoy no puede comer una semana, y todo para que luego se dijera que la maldición que estábamos padeciendo era toda culpa del gobierno. Y se produjo en verdad una ruina dantesca por doquier.
- Y fue así como aquella gozadera de muchos profesores universitarios que se la pasaban viajando y comprando carros, y llevando una vida en Jauja, se les vino a pique. Es decir, vivieron a plenitud el síndrome de Sansón, se han estado matando ellos mismos y llevándose a docenas de miles de inocentes. Realmente increíble, e insólito…