Ni que Bachelet fuera -pendeja- iría en contra del imperio

El informe Bachelet es un pobre informe, un informe frío, de poca seriedad, de una emoción que lo que da son estrujones con dolores de barriga cuando uno suda, sin poder soltar lo que le molesta por dentro que, se sabe donde está, pero no se sabe a qué se debe y, se comienza por echarle la culpa a todo lo que se ha tragado antes, para que finalmente quedar igual: solo en sospechas y, Bachelet ni corta ni perezosa, se dijo, por aquí se va a Roma y Trump sabe que Maduro es su cadáver que es así, que ella no tiene mucho tiempo que soltó la presidencia de Chile y, no quiere vivir embuchada que, lo que no pudo hacer allá que mejor forma de embarrar a Maduro y a su régimen ella con su informe como representante de los derechos humanos de la ONU, detallando ese tenebroso camino de un país que aletea sin rumbo con presión interna como externa por tener más y mejor democracia como la imaginan Bulton y Pompeo sin Maduro y sin socialismo ninguno a lo Trump.

¿Acaso hay algo nuevo en ese informe? Que, no haya sido dicho a diario dentro de la oposición y sus medios y, que mejor momento para hacerlo público sin castigar en nada a Trump y a su gobierno, y en algo a Obama y, para qué, si lo que está a la vista es salir de Maduro y, si el gobierno de Maduro es la piñata de tres colores de los Estados Unidos que le quedaba a ella, que no fuera ayudar a echarle palos a la piñata que, seguro tiene aspiraciones en cualquier momento de recoger el producto de su premio, por su leal consideración de expresidenta chilena que a ella le corresponde como un buen presente, de esa misma piñata que, son muy pocos los gobernantes del Sur y de Europa que no le hayan tirado palos de frente y, como la acción no da cansancio, ni pesa, ni se puede descartar sin molestar al vecino que, es quien ordena y dice a quien hay que señalar punitivamente y de conformidad a sus opiniones es que, marcha en paz el mundo y, ellos los dignos representantes de ese mundo que ponen los dólares y, hacen valer sus derechos de imperio de valor democrático.

Recordemos que siendo Bachelet presidenta de Chile, ya sentía en su alma política una diminuta aversión que ha ido creciendo como un rencor frondoso que tenía y tiene que, lo demostraba oportunamente, cada vez que había que referirse al gobierno venezolano: manifestaba cierto desprecio que la alejaba del gobierno de Maduro y con Chávez no fue muy displicente que digamos, y jamás trato de cambiar o armonizar y, más bien se ajustó a las leyes y situaciones de una tenaz dictadura de la que venía de padecer ese país, y ella no hizo nada por borrar dentro de su gobierno: las atrocidades que dejó Pinochet como un verdadero dictador sanguinario y, ahora llegado el momento y la potestad de su cargo que mejor oportunidad de trabajar para la comparsa del Norte, si es que acaso no tiene aspiraciones de ser de nuevo presidenta que favores se pagan con favores y, jamás morderle las manos al amo, no aparentar estar con el grupo de Lima.

En el ambiente esta y comienza el rumor que, poco a poco, se desata por su anárquico deseo de deshuesar el gobierno de Maduro a su antojo por los personeros de adentro y, quizás más por los que están afuera gozando de sus derechos humanos que cuando, fueron -muchos de ellos, poder- no les importaban, ni a los gobiernos del Norte, ni los del Sur los notaban y, ahora como sabuesos súper amaestrados se están cobrando sus sagrados deberes de denunciar sin demostrar lo que Bachelet percibe, en una sola dirección, sin ver en la oposición ni en gobierno de Estados Unidos como los verdaderos acaparadores de los tantos males que padece hoy día el venezolano donde se encuentre, dentro o fuera, las está pagando y aprendiendo a vivir no como Dios manda, sino como se lo impongan la dinámica de esos países con todas sus malacostumbres que no escapan.

¿Sufren los venezolanos? Sí. ¿Sufren los colombianos, y, qué decir, de los argentinos, de los chilenos, de los ecuatorianos, de los peruanos, de los brasileños, de los panameños? Gozan, claro no tienen pobres, ni el gobierno de Maduro, que no han dejado de ser gobiernos democráticos, amparados por el gobierno de Trump, con todos sus derechos humanos a plenitud, ni drogas, ni mierda de por medio, con comida abundante y barata y, sus servicios a plenitud que como diría un argentino por su gobierno, "estamos en el horno", "se fue de culo", pero quién los vigila, ni Estados Unidos, ni la Unión Europea, es decir, están en las buenas sus gobiernos, pero qué dirán sus mayorías ...: sos felices, ¿en verdad tienen de todo? No están privado de nada por nadie y, ¿Venezuela? Pues Venezuela tiene a Bachelet que, tomando al filósofo Lao-tsé, como referencia a su informe, pensó: "Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes" y, entonces fue cuando lo divulgó, descubrió como Colón todos nuestros males, por lo tanto, estamos jodidos y abarrotados de males de injusticias mundanas que nada de eso es culpa de Bachelet, mucho menos de Trump.



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Esteban Rojas


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