Ya hemos entendido como sociedad que, somos dispersos y le hemos venido dando el apoyo como el voto, al sistema militar que ha venido colándose desde gobernaciones hasta instituciones del Estado junto a un personal foráneo como el cubano en una violación abierta a nuestra Constitución Bolivariana, llámese como se llame. Gracias a Dios, la agrupación rusa que ha pasado por nuestra tierra ha sido más efectiva en días que, los chinos que, se encuentran en nuestro territorio desde hace años y su tendencia limitante como expansiva es el comercio, una toma y un dame.
Toda una estructura de propaganda, censura y amnesia as ha orquestado por otra parte para darnos una compensación y un lenguaje, como única vía de expresión para darnos a conocer que nos encontramos en una vía del colonialismo, terror y violencia hacia toda persona que difiera del gobierno, así sea militante de izquierda o militante del Psuv. El llamado es guardar silencio ante cualquier fuente de identidad.
Estamos acorde que la economía entro a una nueva etapa de globalidad y las alternativas conexivas son pocas, como una etapa de desarrollo metafórico, pero, por los ajustes todo se ha convertido en un desastre, donde las víctimas son nuestros niños y algunos productos de la caja CLAPS producen enfermedades estomacales y vómitos en nuestros niños y ancianos porque somos los más vulnerables de la estructura estadal.
En estos casos, las miradas cínicas, empresariales y militar que gobiernan nuestra economía desplazan la autoridad del jefe de Estado, poniendo en marchas operaciones supuestamente benéficas e higiénicas para el bien de los ciudadanos y, todo resulta falso, para ellos somos parte del nuevo orden mundial.
La propaganda es desarrollar una fortaleza, la identidad. Ya puesta en práctica en Asia, África y América Latina desde el período posterior a la II Guerra Mundial y, donde observamos que el régimen de representación tiene un escudo militar al fondo, originados en el colonialismo y la modernidad europea, donde el Grupo Podemos en España y el similar en Venezuela, cívico- militar tienen como fin crear un sector concomitante de violencia para generar miedo y, el mismo crea fuerza de poder. La idea es fomentar puntos de encuentro y supresión de las culturas locales, de la mujer, identidad y la historia.
El terror y la violencia circulan y se convierten, ellos mismos en espacios de producción espiritual, la violencia en el siglo XXI hasta hoy, ha sido engredada a través de la representación.
Necesitamos crear responsabilidades cívicas y motivar la civilización global del futuro. El venezolano trabaja hoy en condiciones muy precarias y el salario de un profesional especializado oscila entre 4 a 6 dólares mensuales y, se dice que estamos en un sistema justicialista, cuando en verdad es de nivel militarista.