El cubismo, que no el cubiro cubero cobero, ha de estar emparentado con la ecuación cúbica, con la curva cúbica, con la parábola cúbica, con la lemniscata de Bernoulli, y pare de contar las sinusoidales curvas históricas ludovicosilvaianas, agréguele usted a este ignaro raro cleuasmo asno, lo que pueda, mas y más, tanto es el cubismo como el tejido de Penélope, y a buen seguro que ambos movimientos estéticos, han de pasar por un punto, en que el tejer y el destejer, el todo y la parte, hácense iguales, y si no pasan, lo han de toca aproximadamente, por la derecha y por la izquierda, por arriba y por debajo, asimismo, y, ambos movimientos, han de tender y de trascender, complementando un tanto el concepto moderno de límite matemático leibnisiano newtoniano, como lo enseña la movilidad de la aguja de Penélope, contenidos que contiene el continente de los valores jerarquizados, y si lo graficas o lo llevas al gráfico, ha de dormirse en el lienzo pictórico blanquinegro del yin y del yang. Toda esta dilatada perorata paraulata, ha sido a propósito del nacimiento del genio de lo pictórico Picasso, que pudo picotear en una curva sintética expresiva contradictoria en un punto, que el puntillismo ha podido sacarle punta, como punto de un compás, solo y sólo, que el puntillismo, cree en el absolutismo, y la teoría de la borrosidad, amplíalo, y exprésale que el punto del puntillismo, es de inflexión topológico borroso, es sombría penumbra whitmaniana, y esto de la penumbra está en la literatura védica upanishad sánscrita, es grisura absoluta, y no blancura total del puntillismo. Si lo fuera, no se hablaría de que de la penumbra surgen iguales elementos contrarios. Lo que enseña que la lemniscata de Bernoulli, es continente que contiene los contenidos del cubismo picassoiano bernulliano, en el punto de inflexión topológico borroso, del que nos hablara Octavio Paz, en lo humano y lo divino, que no es otra cosa expresiva expresión expresa, y no hay redundancia en nada, por la costumbre de decir siempre, valga la redundancia, cuando no distínguese el sustantivo del verbo, de lo dicho por Octavio y la definición de Jurisprudencia del Derecho Usual Ordinario Romano.
El cubismo, que no el cubiro cubero cobero, ha de estar emparentado con la ecuación cúbica, con la curva cúbica, con la parábola cúbica, con la lemniscata de Bernoulli, y pare de contar las sinusoidales curvas históricas ludovicosilvaianas. De seguro de esto, sugeriríasme, la silla de montar, la que hízole el callo en el culo al Libertador Simón Bolívar, y que valióle el cognomento de culo de hierro, ahí en el tercio incluso aristotélico profundo, contenido en el espacio topológico borroso, ahí está la lemniscata de Bernoulli, con borrén delantero y borrén trasero, tanto como el contacto de los pulgares de la mano, y con los índices en sentido contrario, ahí, entre los pulgares está la borrosidad, está, el punto de inflexión topológico borroso, contentivo y contento de contener, el del callo libertario cosmológico del Libertador, ahí está el puntillismo, la penumbra sombría grisácea, ahí está Picasso y Bernoulli. Desde aquí, hemos de expresar que la punta, que no la puta, del compás, engendra, conjunto de conjuntos, callos de callos en el culo, entornos de entornos, entornos físicos y entornos lingüísticos, asina asín así, casos límite contradictorios, ser y noser, y sus múltiples grafías, ahí está Picasso, con su bendito agraciado cubismo. Lo que muestra que Picasso, fue un artista borroso, movido siempre por una forma significativa conmovedora figurativa Guernica, de no ser, sería, uno más del montón, helo ahí, su distinción, su curiosidad sempiterna y su capacidad de discernimiento estética. ¡Desarróllala! Que no cuesta transmitirla, veámoslo, si en la tierra de Chávez, pudiérase desarrollar esa sensibilidad subversiva transformadora en el punto de inflexión topológico borroso de amplitud seuratiano bolivariano, de lo absoluto y de lo relativo, de lo blanco y de lo negro, con tercio incluso aristotélico profundo culo, esto es los grisáceo, que no lo negro chiquito obscuro antoniherreraiano cojedeño venezolano ¿Quién será la que me quiere a mí? Y como decía un poeta tinaquillero: "Yo no tengo pai, yo no tengo mai, yo no tengo a nai, me quiera a mí." El arte pictórico guíndase de cualquier clavo ardiendo parietal, tanto como el papel del escritor, que está sobre el que escribe, esto es tanto de Simón Bolívar como de Cabrea Infante.
El cubismo, que no el cubiro cubero cobero, ha de estar emparentado con la ecuación cúbica, con la curva cúbica, con la parábola cúbica, con la lemniscata de Bernoulli, y pare de contar las sinusoidales curvas históricas ludovicosilvaianas. Lo que enseña, que su elemento contradictorio ha de ser el noser, la curvatura negativa de la que habláranos George Gamow, en la expansión y contracción del universo, en el puntillismo aristotélico profundo seuratiano. O sea lo de Bernoulli. Lo bueno de las matemáticas son sus modelos, han de encajar lo teórico con lo práctico, en el punto crucial decisivo, la borrosidad siempre y sempiterna, todo es cuestión de grado, llevado, el todo, por una tanto factual distintivo, por una descripción distintiva detallada.
El cubismo, que no el cubiro cubero cobero, ha de estar emparentado con la ecuación cúbica, con la curva cúbica, con la parábola cúbica, con la lemniscata de Bernoulli, y pare de contar las sinusoidales curvas históricas ludovicosilvaianas. Picasso, cumpleañero, ñero compañero entero, del borroso 69 cojedeño, tu borrosidad de Guernica, cubicación y ubicación cúbica entre el puntillismo, cubismo positivo y cubismo negativo, dos curvas hermosas como las de Penélope, cuando teje y desteje, en el día y en la noche, burlase del amor ajeno, que no de su Odiseo.
Si el cubismo, que no el cubiro cubero cobero, ha de estar emparentado con la ecuación cúbica, con la curva cúbica, con la parábola cúbica, con la lemniscata de Bernoulli, y pare de contar las sinusoidales curvas históricas ludovicosilvaianas. Entonces sea dicho que Guernica, es la pintura pundorosa borrosa bernoulliiana. Ergo vergo sea dicho que el puntillismo relativista grisáceo, es fuente cubica picassoiano abismal. Ergo vero sea dicho que nada nuevo bajo solariego sol eclesiástico, que el puntillismo grisáceo difuso borroso es tanto la penumbra cúbica picassoiano parabólica.