Lo sucedido en la Europa Oriental, el desmoronamiento del campo socialista, en particular de la Unión de República Socialistas Soviética es producto de la crisis del socialismo, crisis de las relaciones sociales de producción y sus correspondientes relaciones técnicas, en tal sentido, el socialismo no ha podido hasta ahora responder al desafío productivo del capitalismo y su dominación periférica del sistema neocolonial, el socialismo estuvo atrapado por la burocracia a causa del mantenimiento del "Poder del Estado" para desplegar las transformaciones aceleradas desde la visión del Estatismo, inhibiendo el potencial social, la liberación de las fuerzas productivas de la economía, predominando, la fe en el estatismo socialista, herencia del inmovilismo de posguerra, lo cual limitó ulteriormente el crecimiento de la democracia socialista, por eso, "la crisis del socialismo", de la productividad social y sus consecuente decrecimiento económico que resultó en definitiva en el colapso de la Unión Soviética y el desmoronamiento del campo socialista que impidió construir un modelo sostenible.
Previamente, por su parte; la crisis del capitalismo en los años 70 del siglo XX estuvo marcada por el desmoronamiento del sistema colonial, la necesidad de los pueblos al derecho a la autodeterminación nacional. A esta crisis le sigue como parte de la crisis general del capitalismo, el fin de la ideología estatista, del capitalismo de Estado, del capitalismo liberal, en particular de la ideología keynesiana de intervención del Estado en la economía, el mismísimo populismo y su pacto social de conciliación de clases, el fenómeno de la estanflación marcó este proceso, comienza, el fin de la concepción del Estado-nación conque nace el liberalismo y en particular se da inicio al cuestionamiento del Estado de bienestar, al Estado regulador en la época moderna. Se impone una nueva ideología hegemónica en los años 80 y 90 del siglo XX, el neoliberalismo en la que se desempeña el dictak del mercado privilegiando la oligarquía financiera y el monetarismo como importantes instrumentos políticos por encima de la democracia y el Estado.
Pero estos cambios no se quedan aquí, la metamorfosis del capitalismo continúa con sus contradicciones sociales, económicas y políticas, muere la teoría de "los equilibrios de los poderes clásicos liberales", el Estado ahora se vuelve menos consensual, mas totalitario, mas monopólico, y transnacional, se ensaña contra los estados nación, tratan de desmantelarlos, en especial sus políticas populares, de allí la apuesta agresiva y guerra no declarada (no convencional) y también abierta del capitalismo de los Estados Unidos y de Europa Occidental contra el Socialismo Oriental hasta verlo "fracasar" en sus intentos de construir una sociedad alternativa, además entre su panoplia está la guerra monetaria, la guerra del dólar, financiera, de intercambio, de endeudamiento, penetración del patrón occidental de la sociedad de estilo único de consumo, del modelo de democracia formal, etc., todo ello, conllevó al debilitamiento del socialismo aparte de la carrera armamentista y las guerras en el tercer mundo como campo de batalla entre el socialismo y el capitalismo.
Naturalmente; el reaganismo, el thatcherismo como formas ideológicas del neocoservadurismo liberal, o también el neoliberalismo salvaje, también tuvo en sus consecuencias, en particular en el tercer mundo, en especial en América Latina, el deterioró la democracia, el pueblo perdió calidad de vida, la política monetarista o fondomonetarita (FMI) internacional a modo hegemónico como paradigma de desarrollo basado en la disminución del gasto social, el desmantelamiento del Estado y la privatización de las empresas públicas no lograron el desarrollo esperado. América Latina vivió una época de retroceso social, de involución, fue toda una década perdida de desarrollo social, la década de los 80 y también de los 90, procurando controlar la inflación, la economía se estancó, se desaceleró el crecimiento económico. Se inicia pues; la desesperanza del neoliberalismo. A la oscura noche neoliberal a la que le sucede el alba del chavismo, continuidad de inspiración y ejemplo de la revolución cubano, que no solo nace en Venezuela, se expande también su ejemplo en Argentina, Bolivia, Ecuador entre otros países.
Un nuevo hito histórico al momento de declarase el fin de las ideologías, el fin de la historia, de las etapas de la historia con el capitalismo, irrumpe en la escena política mundial Hugo Chávez Frías con la revolución bolivariana, con la renovación del socialismo del siglo XX, propone el socialismo del siglo XXI, una revisión autocritica del papel del Estado en la construcción del socialismo, la importancia de la construcción del poder popular, de la democracia socialista, el papel de los consejos comunales, el rescate de las comunas, la transferencia del poder del Estado al pueblo, la democratización de las tierras rurales y urbanas, el reconocimiento de los pueblos indígenas, de la diversidad étnica cultural, femenina, la importancia del socialismo ecológico o ecosocialísmo, nuevas formas de integración de los pueblos, el ALBA, UNASUR, nuevas formas de luchas de los movimientos populares van a tomar carta de ciudadanía contra el capitalismo y sus sistema de dominación de intercambio desigual, de saqueo financiero, el imperialismo, lucha desde la multiplicidad de colectivos con diversidad de género, etnia, etc.
Sin duda alguna el chavismo constituye un nuevo cisma político, contrarresta la fuerzas neoglobalizadoras, neoliberales, revitaliza la experiencia social y política de las fuerzas del socialismo en el siglo XXI, lamentablemente a la muerte siniestra de Chávez se ensañan todas esas fuerzas contra la revolución bolivariana y su ejemplo continental, le declaran una guerra no convencional, una guerra hibrida, en especial económica a fin de desmantelar todos los logros sociales, económicos y políticos, de las misiones, hacer fracasar el socialismo del siglo XXI, bloqueándolo, secuestrando sus activos en el exterior, expropiando empresas en EEUU, (CITGO), aplicando sanciones económica, financiera, etc., incluso haciendo retroceder los precios del petróleo a escala internacional a fin de ahogar la economía petrolera y estrangular el presupuesto país.
La transición del capitalismo al socialismo bolivariano no ha sido tarea fácil sobre todo si ha estado signada por una batalla campal desde el inicio de la revolución por saboteos de los servicios públicos, de electricidad, agua, comunicaciones entre otros, magnicidio, conspiraciones, golpe de estado, paro petrolero, guerras de escaramuzas (guarimbas), aparte del apoyo de países vecinos al imperialismo de aislar la economía venezolana, el grupo de Lima comrpendido por Perú. Colombia, Ecuador, entre otros, es por eso que después de la muerte de Chávez, Nicolás Maduro, el presidente de la República de Venezuela se ha visto atenazado, acosado y perseguido por la oposición externa e interna, el fin es y ha sido siempre desde el inicio, destruir el modelo de socialismo bolivariano del siglo XXI desde la frontera colombiana y de la República de Guyana.
La revolución bolivariana como revolución del siglo XXI se halla en estado de una lucha de sobrevivencia, el imperialismo de los Estados Unidos ha hecho hasta lo imposible para verla fracasar, ha agotado su arsenal de guerra, ideológica, económica, política, comunicacional, internacional, excepto la vía militar con la que también amenaza a presuntamente para defender la democracia y los derechos humanos a modo de justificación, no hay duda que el impacto ha sido severo, la revolución bolivariana ha retrocedido en sus reivindicaciones populares, el pueblos se encuentra en una situación de crisis social, su modo de vida, su estilo de consumo, la cotidianidad está afectada en particular en las ciudades fronterizas, Maracaibo, Mérida, Táchira, entre otras, los saboteos eléctricos, de los servicios de internets, de bombeo de agua a las ciudades y los campos, todo se ha trastocado y si a esto añadimos el problema del transporte público, la quema de semáforos, el contrabando de la gasolina a Colombia, el bachaqueo, la escasez de alimentos, las colas en las estaciones de gasolina, la vida se ha hecho agobiante, la salud del venezolano ha sido sometida a tensiones sociales permanentes.
Por todo lo anterior; muchos ya no distinguen las bondades del socialismo bolivariano, se ha perdido sus atractivos por causa de la contrarrevolución neoliberal y porque no decirlo, a los errores y omisiones de aplicación de las políticas del Plan de la Patria, 2007-2013/2013-20019 y 2019-2025, en las áreas tales como el disfrute a la salud, a la educación etc., por ello, hemos visto menoscabarse el poder adquisitivo, ha sido vulnerado por la guerra del dólar, la devaluación que ejerce sobre nuestra moneda, la restricción del circulante en los bancos para controlar la fuga de dinero a Colombia, hemos perdido identidad nacional, la autoestima del venezolano se resiente toda vez que la liberación de precios que el estado no le pone control, afecta el bolsillo de los consumidores, la corrupción en particular en las estaciones de gasolina de funcionarios públicos, eleva la sensación de un gobierno permisivo, liberal, entre otros fenómenos marañosos amenazan a la revolución bolivariana, la tienen en jaque constante, pese a todo ello, existe un pueblo en resistencia, que trabaja, lucha cada día, que desea paz, democracia, seguridad social y estabilidad política, el pueblo aspira a que tarde o temprano acabe el horror de este holocausto social signado por el imperialismo y la complicidad de la oposición apátrida venezolana, pero también por desidia, negligencia e irresponsabilidad pública, que cese la confrontación política, raíz de la crisis venezolana, toda vez que se alcance el dialogo político como bien común para lograr el derecho a la paz y la vida.