Decíamos en otro lugar que había que estar pendientes de las contradicciones del gobierno; que ellas forman parte de toda esta descomposición universal a la que nos han acostumbrados, junto a la oposición servil. Y una de las más importante se da en el discurso, el cual suele ser ambiguo o ambivalente (hasta polivalente, depende del caso), confiando en que la gente no atienda del todo a ellos sino a la parte de estos discursos que convenga a cada quién según su estado de ánimo o carácter. Es así como en ellos se suele prometer, en párrafos consecutivos, ventajas y libertades a los empresarios y a la vez apoyo y respaldo a las fuerzas laborales, sin que ninguno de los lados proteste o se burle.
En el caso de la guerra, el gobierno se prepara para ella, para defender el país de los ataques del imperio, en la frontera con Colombia, pero a la vez dice que sería una locura entrar en conflicto militar con el país más poderoso del mundo. Aquí cada quién escoge el mensaje de su gusto: el guerrerista, uno y el de la paz y el diálogo, el otro, y así su mente descarta lo demás, no lo procesa.
Según lo que nosotros entendemos del presidente, el problema de un conflicto interno del gobierno con Guaidó y los EEUU, es por el control de los recursos del país... Y lo piensa resolver con el Escudo 2020, dijo: "Vamos a movilizar 2 millones 370 mil 430 combatientes"…., un conflicto falso desde el punto de vista ideológico y económico lo va a resolver con su plan B: ¡esto no parece retórica, es una salida a lo "Leopoldo Galtieri"!, aquel pícaro general que llevó a la Argentina a una Guerra distractora de sus iniquidades.
Sin embargo no pierde la misma oportunidad de hablar acerca del diálogo con Trump; dos posiciones contradictorias, pero donde, no obstante, él confía se vea solo un menú de opciones, para el consumo de periodistas, para la gente común y para el madurismo.
A fin de disimular sus nervios y su propia preocupación, maduro los proyecta en su discurso hacia el lado de Trump, dice que, "La mejor forma de resolver este conflicto (Donald Trump) es hablando. Pero tiene que hacerlo con quien lleva las riendas de Venezuela" (es decir, con Maduro).
Pareciera como si, quien está atrapado en un dilema es Trump y no él; – o Trump habla con maduro o se queda sin resolver el conflicto (¿Cómo se llamaría este estado mental en el idioma de Jorge Rodríguez?)… "El día que usted señor Donald Trump quiera cambiar el rumbo errático que le dejó Obama aquí estamos dispuestos para el diálogo, la conversación y el entendimiento", Maduro habla como si éste Trump no fuera el mismo que lo ignora desde hace rato, el mismo que recibe al monigote sustituto como presidente legítimo de Venezuela, el que desprecia y amenaza a todo su gobierno, el que lo llama corrupto y dictador.
Pero Maduro, como si nada, como si viviera en un mundo paralelo donde el fuerte es él y no Trump, lo disculpa. Para él, el verdadero responsable del rumbo errático del conflicto es de Obama, no es su propio cerebro errático que cree que ellos se equivocan y no su mente perturbada; disculpa a Trump como si realmente fuera su camarada, como quien dice: "¡pobre inocente que se deja manipular por sus asesores!" Otra vez vuelve a colocar lo desalmado de Trump y del imperio fuera de sus cuerpos, de su consciencia, viendo al imperio como un atajo de bobos, como diciendo ¡perdónenlo porque no sabe lo que hace!!! Esto, además de ser un acto de petulancia fatua, es un acto de locura, es una estupidez pública; es como andar por la calle, desnudo y con corbata, hablando solo.
En declaraciones de otro vocero leemos que Bernal dice que "sería una locura" pensar en un enfrentamiento militar con EEUU, "14-02-20.-Un enfrentamiento militar de Venezuela con Estados Unidos "sería un suicidio", dice el subtitulo de la noticia. Pero más adelante "El dirigente oficialista defendió, sin embargo, las maniobras previstas para el fin de semana ante "la permanente amenaza insolente" del gobierno de Donald Trump". La noticia cuenta que "El pasado nueve de enero, sin mayores precisiones, Maduro expresó que los ejercicios serían realizados en al menos cinco de las mayores ciudades venezolanas, Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto y Maracaibo, y llamó a "estar listos" para "reventarle los dientes al imperialismo" si hubiese ataques."
"Reventarles los dientes", para que aquellos que se solazan con los deseos, aquellos que también suelen hablar solos en la calle, se regocijen con sus encendidas palabras. Pero para los más prudente está otra parte que habla del diálogo: "Respetamos al gobierno de Estados Unidos. Es una potencia muy poderosa, con mucha fuerza militar, nosotros no pretendemos nunca hablar de violencia (...), sería una locura, sería un suicidio, pretender siquiera un enfrentamiento con una potencia de esas características. ¿Qué le hemos pedido siempre a Estados Unidos? Respeto", dijo Bernal en La Fría, estado Táchira."
Se trata de un gobierno esquizoide que enseña a su pueblo a vivir como esquizoide, que transmite la política a sus seguidores de forma disociada. ¡Ya no vale la pena saber la opinión de los defensores incondicionales de Maduro! Esta gente ha aprendido que en cada contradicción que se presente se debe optar por uno de sus lados, el más amable, o como dicen ahora los psicólogos, colocarse en la zona de confort; u optar por el otro, dependiendo del estado de ánimo o del carácter. Pero jamás exponer el rostro a la contradicción, cuidarse de recibir el coñazo del corto circuito de la contradicción, esto sería muy traumático para los adláteres del gobierno.
Es por eso que hay que estar pendientes también de las contradicciones dentro de los discursos del gobierno, son en sí mismos son paradójicos, absurdos, no nada más lo son respecto a la realidad; son reversibles, cuentan con un menú de opciones, de soluciones, están hechos para agradar y complacer a cualquiera grupo o sector de una sociedad esquizofrénica; no corre riesgos: para violentos y pacíficos, ricos y pobres, empresarios y trabajadores, Chinos, Rusos y gringos, se trata del novedoso portento que es ahora en el mundo la falta de carácter.