Complemetariedad

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y no ser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición y, empecemos con el poeta español contradictorio borroso, Antonio Machado, en Proverbios y Cantares, cuando nos dijera que: “Mas busca en tu espejo al otro, /al otro que va contigo. Busca a tu complementario, /que marcha siempre contigo /y suele ser tu contrario”

La complementariedad, encuéntrase presente en el poema, en la unidad de contrarios, de cada ser, en todo el ser, y, en todo los seres. Tanto como manifiesta y presente en La Metamorfosis del escritor checo, Frank Kafka, entre Gregorio Samsa y el bicho parecido a una cucaracha, una complementaria unidad de contrarios y al mismo tiempo una lucha de contrarios. Unidad y lucha de contrarios, principio legal contradictorio de la Ley de la Contradicción del alemán Federico Hegel y el prusiano Karl Marx, quienes diéronle un cuarto al pregonero, al promulgado pregón del filósofo presocrático de Éfeso, Heráclito, y, padre abanderado indiscutible de las contradicciones, de los aspectos límbico antagónicos, del descenso y del ascenso, del descenso y del no descenso: “Vivimos en un mundo plagado de sucesiones, visibles e invisibles, tensas alternadas armónicas contradictorias simultáneas, y, de las palabras pareadas paradójicas, a saber, la vida y la muerte, la luz y las tinieblas, la mortalidad y la inmortalidad, el comienzo y el fin, la justicia y la injusticia, el movimiento y el reposo, la guerra y la paz, la lucha y la tranquilidad.”

La complementariedad presente en las palabras pareadas paradójicas heraclitoianas, que han de ser contenidos que contiene el continente de continentes, el ser y el noser, non plus ultra, máxima latina de lo máximo, de los casos límite contradictorios borrosos, en los textos védicos upanishad sánscritos de la modernidad ilustrada originaria de la nueva orientación conceptual einsteiniana. Complementariedad presente creciente, escondida por mas y más de tres mil años, y, manifiéstase con la voladura de la voladura de Las Torres Gemelas Neoyorquinas,.11/09/2001, de La Virgen de la Coromoto Venezolana, en que surge la complementariedad entre tercio excluso aristotélico y el tercio incluso estagirita, y entre los tercios, el tercio incluso aristotélico profundo, verdad cortazariana profunda, teoría de la verdad correspondiente complementaria, ahí en el medio aristotélico razonable lógico oculto, responsable, y, que responde al equilibrio dinámico dialéctico difuso, entre el exceso y el defecto de La Gran Moral Aristotélica, esa verdad correspondiente complementaria, que es equilibrio, a ella tienden y de ella trascienden los aspectos límbico antagónicos, verdad revolucionaria, que revolucionara el concepto moderno de límite matemático, de Newton y de Leibniz, por su complementariedad, que ya no el cero, sino el medio, tercio incluso aristotélico profundo, la misma verdad, que ya no tendencia, sino trascendencia, de esa divisa real axiomática, ahí, en el espléndido cuartel del golpe feroz cesarvallejoiano teleológico conceptual, la eterna noria notoria del movimiento sinusoidal cíclico histórico ludovicosilvaiano del comienzo y del fin heraclitoiano.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y noser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición, y, veamos las prescripciones del poeta argentino contradictorio borroso Jorge Luis Borges, cuando en su poema El Otro, manifestaranos que: “Cada uno de los dos es remedio del otro… Los individuos existen, si es que existe alguien.”

El poeta, nos abre la espita del yin y del yang, que es la grafía de las contradicciones borrosas difusas, símbolo del tao, y, de la bandera de Corea del Sur, y, que en el interior del yin, subsiste siempre yang y viceversa, o sea, el yin es remedio del yang, y, el yang es remedio del yin; tanto como el contradictorio borroso 69 cojedeño, en similaricadencia tautológica repetitiva platónica con la compositiva hoja legeriana, en donde hay que tener en mientes al poeta norteamericano, Walt Whitman, en Hojas de Hierba, y, en Canto de Mí Mismo, en que el poeta norteamericano nos dijera que: “De la penumbra surgen iguales elementos contrarios”. La penumbra del poeta, es la grisura densa densa unamunoiana, es sombrío espacio topológico muestral sinusoidal tangencial tocante entre el yin y en el yang, y, entre el contradictorio borroso, cóncavo y convexo, 69 cojedeño en su máxima sombría grisura.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y noser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición, y, veamos las prescripciones científicas de la física teórica, y, el Principio de complementariedad, del físico teórico cuántico danés Niels Bohr: “Los aspectos pareados paradójicos, los corpusculares y los ondulatorios, de la radiación y de la materia, son dos formas complementarias de una misma realidad.”

El físico teórico cuántico, hácenos ver que la onda sea partícula y la partícula se a onda, ahí, sí ahí, en el medio, en el tercio incluso aristotélico profundo, sí ahí, es en donde se ha de dar la complementariedad, en el equilibrio dinámico dialéctico difuso, ahí, en la verdad cortazariana profunda, pues tanto es la onda como la partícula, tanto es la posición como su velocidad, lo que vendría a complementar el principio de incertidumbre de Heisenberg. Sí ahí, en el medio, solo y sólo, en el medio, ha de estar cual eterna noria notoria la verdad profunda y el perfecto enunciado, que el escritor intelectual argentino, Julio Cortázar, enseñara en el texto de Rayuela. Sí ahí, en el medio, como teoría de la verdad correspondiente complementaria, Julio Cortázar y el lógico polaco Alfred Tarski, citado por Bart Kosko, Pensamiento Borroso, con su fórmula enunciativa de la verdad: “Enunciado” es verdad si y sólo si Enunciado. Explica el lógico polaco: El “Enunciado”, con comillas: Descripción asertiva de un acto humano. Enunciado, sin comillas: Descripción de un hecho de la naturaleza. “La grisura borrosa es densa en el medio” si y sólo si la grisura borrosa es densa en el medio. Esto es, de tendencia y de trascendencia respecto al medio al tercio incluso aristotélico, lo del poeta argentino: El perfecto enunciado, juntamente a la verdad profunda, en medio, en el tercio incluso aristotélico profundo. Ni el escritor argentino ni el lógico polaco, barruntaran excreta labor sudorosa, el tercio aristotélico profundo, que echara el reinado del principio del tercio excluso por más de tres mil años, ahí, por la calle de en medio, en el medio, del exceso y del defecto de La Gran Moral Aristotélica, el día de La Virgen de La Coromoto Venezolana, 11/09/2001: ¡Siempre Venezuela!, derribando divisas históricas en sinusoidal movimiento histórico ludovicosilvaiano, eterna noria notoria.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y noser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición, y, veamos las prescripciones del religioso teólogo católico inglés, Alan Richardson, La Biblia en la Edad de la Ciencia, que hiciera en 1966: “La fe es la aceptación de la paradoja en todo su absurdo”. Al tiempo que hemos de expresar lo de Hebreo (11, 1): “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

El teólogo católico inglés, adelantárasee en 1966, las absurdas palabras pareadas paradójicas, entorno a la fe: La certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la no convicción, lo visible y lo invisible, lo que viene con la complementariedad de la fe Hebrea (11, 1), y, que es pregón del filósofo presocrático de Éfeso, Heráclito, entre los textos védicos sánscritos y el Antiguo Testamento, padre abanderado indiscutible de las contradicciones, de los aspectos límbico antagónicos, de las palabras pareadas paradójicas, del descenso y del ascenso, del descenso y del no descenso, de la vida y de la muerte, de la luz y de las tinieblas, de la mortalidad y de la inmortalidad, del comienzo y del fin, de la justicia y de a injusticia, del movimiento y del reposo, de la guerra y de la paz, de la lucha y de la tranquilidad. Solo y sólo, que la verdad profunda cortazariana, el tercio incluso aristotélico profundo, del exceso y del defecto de La Gran Moral Aristotélica, conocióse, después de la voladura de Las Torres Gemelas Neoyorquinas, del día de La Virgen de La Coromoto, el 11/09/2001, el tercio incluso aristotélico profundo, de la complementariedad, del equilibrio dinámico dialéctico difuso, continente que contiene los contenidos de las Leyes de la Dialéctica Hegeliana y Marxista, y, las Leyes de la Lógica Elemental Aristotélica, incluso inclusive, aun y aún, el principio del tercio incluso aristotélico, la contraparte y el contrapeso al principio del tercio excluso estagirita. O sea, que con la divisa de los casos límite contradictorios borrosos, no se ha de demostrar alguna verdad, pues, la verdad aristotélica profunda, está por la calle de en medio, o sea, en el medio, del exceso y del defecto, a la que tienden y de la que trascienden los antagonismos, en que surge la síntesis, de las repugnancias de la tesis y de la antítesis, del yin y del yang, que no ya el cero, entre la verdad y la falsedad, entre lo verdadero y lo falso, entre el sí y el no, sino que la síntesis, ha de surgir de la verdad cortazariana profunda, del tercio aristotélico profundo, eterna noria notoria, en la sombría penumbra whitmaniana cíclica ludovicosilvaiana.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y noser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición, y, veamos las prescripciones de los casos límite contradictorios borroso, las virtudes teologales y las virtudes cardinales: Fe esperanza caridad y Prudencia justicia fortaleza templanza, religión y ética. Y, por la calle de en medio, en la untura copulativa inclusiva, “Y”, la filosofía hesseniana profunda, la mismísima verdad cortazariana profunda, la mismísima verdad aristotélica profunda, el mismísimo tercio incluso aristotélico profundo. La grafía gráfica pictórica gratificante, es la del cuadrángulo rectángulo socrático en la diagonal contrarrecíproca alopeceiana, y, para todos los casos límite contradictorios, de la forma típica del ser y del noser, continente que contiene los contenidos de los casos límite contradictorios, la ciencia y la estética, la ética, la religión.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, de la forma típica ser y noser; veamos algunas consideraciones y aventuras, algunos discernimientos y curiosidades, y, a lo que condúcenos, cada disquisición, y, veamos las prescripciones del mismísimo Aristóteles, en que la complementariedad ha de estar entre el exceso y el defecto, en el medio. La complementariedad ha de estar en medio de la contradicción, pues el adagio escolástico expresa que: “Donde quiera que se encuentre una contradicción es necesario hacer un distingo”, lo dijera, en 1953, Irving Copi, en La Introducción a la Lógica.

La complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, y, en el adagio escolástico del mismísimo Aristóteles, estuvo escondida la complementariedad, por mas y más de tres mil años, el medio, y, hay la necesidad de analizar, de distinguir, de discernir, y si hay que discernir, hay y surge la necesidad de curiosear, y, no la de excluir. El filósofo lógico matemático estadounidense Irving Copi, en 1953, no barruntara el tercio incluso aristotélico profundo entre el exceso y el defecto, entre el tercio excluso y el tercio incluso, y, se ha dicho que la complementariedad está por la calle de en medio, en el medio, en el trecho estrecho arrecho del dicho y del hecho, develada, la complementariedad, no hace mucho, el 11/09/2001, el día de La Patrona de Venezuela, lo que ha de conmover esta forma significativa de los venezolanos, el de romper paradigmas paradójicos, los mas y más recientes, endenantes, la dictadura del FMI y del Banco Mundial, 27/02/1989, con el caracazo, y, endespués, la dictadura del principio del tercio excluso, con la voladura de Las Torres Gemelas Neoyorquinas, 11/09/2001.

Si la complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios de la forma típica ser y noser. Entonces sea dicho que la filosofía es la verdad hesseniana profunda entre los casos límite contradictorios, la ciencia y la ética estética religión. Ergo vergo sea dicho que la complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, a la que tiende y desde la que trasciende, la ciencia y la eticaesteticareligión. Ergo vergo sea dicho que la complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, y, tercio incluso aristotélico profundo. Ergo vergo sea dicho que la complementariedad es condición y carácter esencial de los casos límite contradictorios, es medio, y, tercio incluso aristotélico profundo de La Gran Moral Aristotélica.


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Miguel Homero Balza Lima


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