¡No puede ser es que no! Repítemelo otra vez señora vicepresidenta, a ver si entro en razón. Porque jamás imaginé que un colombiano le jugara sucio a su propio país y, en este caso menos: tratándose de quien lleva las riendas de ese país. Pero así es señor presidente, por lo que es un decir que, piense eso de que, Iván Duque, gobierna en Colombia y, mejor es quedarnos con esa duda y supongamos que sí. Pero por qué nos despreció las dos máquinas que con tanto cariño de amor patrio le regalaríamos a su nación para que salieran adelante con el diagnóstico del coronavirus-19 por el bien del pueblo de Colombia. Hasta ahí la conversación del presidente con la vicepresidenta ejecutiva tarde de la noche, en que palabras más, palabras menos, las dos máquina iban a Colombia y volvían a Venezuela y, en Venezuela se quedan pues, Iván Duque no las quiere ni ver.
¿Durmió el presidente bien. No tuvo malos sueños? No lo sabemos. Lo más posible es que haya soñado que estaba en la Orchila bañándose con Trump y, después comieron guaruras y longos al ternidor, y llenos de fuerzas ambos: empujaron y sacaron a mar abierto el buque portugués "Resolute"sin mucho aspaviento y después vino la expresión a viva voz: ¡resuelto!
¡Amor, hora de levantarse! Mire que usted es el primer combatiente de mi alma y, más hoy que es domingo de ramos, un día que va a pasar por debajo de la mesa de esta semana mayor por el coronavirus-19 que, se la tiró sin tragársela que ni los palmeros subieron ni bajaron del Ávila y las palmas benditas -a lo mejor- las veremos por wasap.
¿Te lo llevo a la cama o desayunamos donde siempre? Pero primero haga sus gárgaras de agua tibia con limón y sal y bote todo lo que pueda botar por la boca, ¿si? Que ese no sé si decirle, su mal o su bien.
Hoy no quiero comer nada. ¿Cómo que no? ¿Y eso? ¿Te sientes mal, tienes las tripas revueltas, o acaso un mal sueño? Tú bien sabes que sueño todas las noches con Trump que ya no encontramos a donde ir juntos que, no hace muchos días, estuve con él en la Casa Blanca y jugamos a quien comía más perros calientes con la boca cerrada, y te cuento que siempre nos caemos a mentiras.
¿Y, a qué se debe que no tengas apetito mañanero, si tú tragas de todo que, hasta dormido tragas?
Y eso es, estoy atragantado, me tragué las dos máquinas que el traidor de Iván Duque no me quiso recibir y las tengo en mi boca que no entran ni salen y desde que la vicepresidenta me informó su rechazo, me dejó atormentado de dolor profundo que ni Trump lo ha logrado con tanto desprecio y sus medidas económicas.
Te comprendo, pero lo que no es hoy será mañana, déjalo que se desnuque solo, que a lo mejor el pueblo colombiano y más los familiares de los que mueran en lo adelante: algún día se la cobran y, todavía el mundo piensa y razona: déjalo caer solo y deja tu rabia para otro día, recuerda que día es.
Así que tómate la taza de avena que está rica como a ti te gusta. ¡No! no tomaré más avena hasta que, Iván Duque, entre en razón y nos vea como lo que somos humanos que cometemos muchos errores que, lo que vale es la hermandad de los pueblos y, no nuestros sentimientos mezquinos que con rabia o, sin ella, no le solucionan los problemas a los venezolanos como a los colombianos.
Entonces cómete la tortillita o como a ti te encanta decir, ¡omelette!, cuando te sale el francés fruncio, pero parece ser que hoy el colombiano pasó la raya amarilla de la discordia, pero ellos son colombianos y, menos mal que te la hizo a la entrada, que pudo recibirlas y después decir, que estaban contaminadas, que no sirvieron, que eran chinas, que no, que les daban a todos positivos. ¿Entiendes ahora?
¡Come hombre que flaco no te quiero! Mira que tú eres mi primer combatiente con guerra o sin guerra.
Mientras, el ministro de comunicaciones, ha tenido una mala noche. Es decir también amaneció contagiado de rabia por las dos máquinas que no quiso recibir Iván Duque, fue un contagio de asintomático repentino por una sola causa en que el desprecio le dio sudores fríos que iban y venían que, lo puso a soñar con Trump almorzando en la Orchila y la tensión la perdía pensando que algún día volvería a ser psiquiatra y tendría a Iván en el sillón enseñándolo a pensar y a saludar con las dos manos.
El cuadro humano ha estado complicado en Miraflores entre el presidente, la vicepresidenta y, el ministro de comunicaciones por posibles relaciones deterioradas por dos máquinas que no pudieron entrar a Colombia de todo buen corazón y es obligatorio que vayan a Colombia.
Y en ese ciclo con cuaresma suelta, no y no, y no comió. ¿Se estragará el presidente por Iván Duque o por las dos máquinas? Todo es posible. El mundo en ascuas y Colombia sin la dos máquinas y nuestro presidente muerto de hambre que por servir es, incomprendido.
¿Comerá? Volverá a la vida el presidente. Posible es. No se aceptan rezos. Mientras, el presidente está que arde por dentro.