Aunque nada más lejos, que pretender ser un impoluto, que no lo soy, esta vez y guiado por la maestra Mirian Reyes, quien me decía, haciendo alusión al artículo anterior; que otro enemigo peligroso, es la falta de convicción entendiendo esta, como el estadio siguiente de las ideas, vemos que estamos condenados a creer en algo y el comandante Chávez nos presentó un proyecto de país con ideas no solo claras, sino diferentes en función del ascenso social de nuestro pueblo. Lo demás dependía de la convicción y la acción política de nuestra militancia y de nuestros funcionarios. Las ideas políticas son los juicios que nos formamos cada uno de nosotros sobre la actividad de gobierno. La convicción suele traspasar el ámbito de lo ideológico y se inclina a la acción, por lo general, es el umbral que da paso a la acción política. Bertolt Brecht decía que las convicciones son esperanzas.
Mientras trascurría el año 2017 y parte del 2018, la oposición venezolana enmarcado en sus ideas locas, su fanatismo, una incertidumbre política y su falta de convicción por el país, exigían elecciones presidenciales adelantadas, una vez se pronuncia el CNE para el 20M gritaron taima y cantaron fraude. Hoy con la designación de la nueva directiva del poder electoral, los radicales de siempre y aquellos que les gusta pescar en rio revuelto apelan a su falta de convicción democrática y arrancan un ataque desmedido contra el árbitro conformado. En estos tiempos globalizados, urge retomar el espíritu de la acción política y renovar la visión demócrata de algunos pseudodirigentes en la oposición, que siguen generando incertidumbre, sobre todo cuando mantienen la tesis del camino violento para salir de la crisis que ellos mismos han aupado.
Por otro lado, mientras escribo este artículo, escuchaba al comandante Chávez reflexionando sobre la convicción de cada chavista, del militante, del que está en la UBCH y en el CLAP, es hora de definiciones, ya lo hemos dicho, debemos sentir y pensar la revolución de Hugo Chávez en los tuétanos, llego la hora de dejar el aguijonamiento por intereses individuales, debemos cerrar filas y estar convencidos que este es el camino. A ti que dieron tú casa, tu taxi, contrato, crédito y hoy se te olvido por falta de convicción ideológica, reflexiona. No podemos permitir que los oportunistas nos sigan haciendo daño y dividiéndonos.
Hoy estamos condenados a fortalecer nuestra conciencia colectiva, fortalecer nuestras raíces afirmativas, positivas y optimistas como decía Augusto Mijares, para seguir profundizando la revolución de Hugo Chávez, aquella de la bonanza para todos, la de la productividad, del humanismo, la revolución de la mujer, del joven, de la clase obrera, del indio, del negro y que hoy dirige el presidente Maduro. O definimos nuestra convicción ideológica y nuestro compromiso por la revolución, o caemos en el caos político y social que genera la incertidumbre.
A LO INTERNO: De que vuelan, vuelan.