No hay día en que los trabajadores gocen de paz, todos los días son explotados, son victimas del despido laboral, del desempleo, de vivir calamidades con sus familias en el hogar, vivir las penurias acompañados de sus hijas e hijos, todos los días estos héroes del trabajo salen a batallar por el pan nuestro de cada día, el pan de sus hijos e hijas, para poder sostener un hogar, estos hombres de carne y hueso hacen las mas diversas actividades, los mas diversos servicios, unos de riesgos y otros no, mucho de sus faenas, pocos las quieren hacer, por ejemplo el trabajo en la construcción a decenas de metros de altura, otros en escaleras eléctricas para apagar incendios, otros en hospitales para atender pacientes del corona virus, etc, muchos trabajos de riesgos y peligro estos hombres y mujeres hacen sencillamente es lo que les tocado vivir.
Muchos trabajadores cuando son despidos por el patronos capitalista se dedican a "marañar", ellos no tienen medios de producción, entiéndase el término patrón como el que manda, el que domina, el que hace dependiente al trabajador, no lo prepara para desenvolverse libremente en su oficio, toda su vida laboral llegará a ser un "dependiente", laboralmente del capitalista, éste jamás permitirá que la mano de obra si es buena se le vaya, incluso podrá ofrecerle un poco mas del salario, pero nunca tener capacidad para comprar los medios de trabajo, esto puede ser a modo de ejemplo, un mecánico, un carpintero, un electricista, etc. Siempre el trabajador será un ser tratado como subordinado, menospreciada su capacidad de gestionar su propia empresa libre.
Sin embargo; hay trabajadores que escapan de esta situación de dependencia, montan su taller, reparan aparatos eléctricos, venden sus servicios, impermeabilizan, se hacen trabajadores informales, comerciantes, "buhoneros" hasta contrabandistas y "bachaqueros", como parte de la marañas, todo porque hay que sobrevivir, el empleo no asegura las condiciones dignas de vida, ni en el capitalismo desarrollados y menos en los países capitalistas menos desarrollados, basta que ocurra una pandemia y vemos como miles y millones de trabajadores son expulsados de sus puestos de trabajo, como si la riqueza acumulada del capital pudiera soportar la plantilla laboral ni menos de seis meses, un tiempo prudencial como definir ulteriormente una ocupación.
Así que el trabajador es acosado por el desempleo social y detrás de este, está el fantasma del bajo consumo de bienes de vida, de alimento, de vestido, de abrigo, de recreación, de vivienda, de servicios, todo lo soporta el trabajador, el empleador ni pendiente de que esto pase, solo ve, la contabilidad de lo que gana, como si una empresa que produce entre todos y todas, solo gana uno, el que colocó la semilla, pero todos ayudaron a multiplicarla, esto no lo ve, simplemente lo ve como un instrumento, una cosa de la cual servirse y se luego desechada, tal es la valoración que tiene el capital del trabajador toda la vida, un medio de producción como agente, un facto mas de producción dotado de vida únicamente para producir, se puede decir que hay una discriminación, un segregacionismo, hasta racismo, por cuanto el trabajados es considera solo como mano de obra, es explotado, es tratado de modo desigual, mientras trabaja no es humano, solo un pieza mas del engranaje mecánico del trabajo, fuera del trabajo es una bestia que necesita consumir lo necesario, no mas allá de los limites del salario mínimo que legitima el Estado, incluso la revolución bolivariana actual que decreta el mínimo de vida, solo que en la actualidad la burguesía lleva al trabajador a la situación del inframundo con la guerra económica.
Pero nuestro acosador, el perseguidor del trabajo y los trabajadores se defiende, dice sin ganancia no hay empresa, no hay empleo, no hay trabajo, lo principal es el capital, el trabajador viene luego, el motor del crecimiento económico es el capital, la ganancia, sin capital no hay país, somos dicen ellos, lo mas importante que tiene una nación. Pues bien; ¿que nos enseña el covid 19 en esta globalización de la pandemia?. El capital parado no produce, sin trabajadores no produce, al tomarse la decisión algunos gobiernos de defender primero a la gente, ellos, los capitalistas son los primeros en protestar, como si no pudieran vivir seis meses o mas del incluso hasta un año de sus ganancia, en el caso venezolano primero la salud, primero la vida, luego el trabajo de las empresas, en cambio en Brasil, Estados Unidos, Chile, Colombia, por el contrario, primero la economía y luego, la vida, lógica irracional, el resultado miles de muertos y contagiados, aparte de una situación de distancia social, confinamiento que terminó por explotar en los Estados con el detonador del asesinato de Floyd.
Son tiempos para que el capital recorte las ganancias, recorte la jornada de trabajo, colabore con el Estado en planificar la preservación de la salud sanitaria, pero no, no están dispuesto hacer sacrificios sociales, sacrificar la cuota de ganancia, dar reversa a las políticas neoliberales, no comprenden el sentido del covid 19, las agujas como se mueve esta enfermedad, ya muchos ministros de salud en Brasil, Chile los han hecho renunciar, ellos anteponen las razones sanitarias a los negocios, la ciencia a la ganancia, en cambio personajes como Trump, Piñeira, Duque, Bolsonaro entre otros, primeros los negocios, sometiendo la vida humana a la lógica del malthusianismo.
Sigue pues la persecución a los trabajadores, el acoso a su vida, el pretender que ellos saque el pecho contra el corona virus, sin importar las consecuencias, total serán relavados, si cae uno, otro lo releva, continua el ciclo de producción y consumo hasta ver en desgracia un país, cuando eso pueda ocurrir no se dará por aludido el capital, como si ellos pudieran sobrevivir a la pandemia, pudiera disponer del mundo a sus anchas, cuando en realidad el covid 19, les ha restringido igual que todos, la capacidad de disfrutar sus riquezas a donde vayan, en cualquier país, cual pueblo, cualquier nación, donde vayan quienes le sirvan, donde vuelen, donde asistan, siempre encontrarán personas, trabajadores, y ellos por sus condiciones de existencia están expuesto a todo.
Ya es tiempo que el covid 19 haga reflexionar al capital si quiere sobrevivir, necesitamos un mundo compartido, un mundo solidario, o nos unimos todos y todas, o desaparecemos como idiotas, necesitamos la vida, el don mas preciado que tenemos, queremos que sea respetado, no importa si es negro, blanco o indígena, no importa la piel, las creencias, ni las tendencias políticas, el trabajador es lo que es un ser humano, merece que se le respete, que tenga un salario digno, que le garantice las condiciones materiales y espirituales de vida, lamentablemente los Gobiernos avalan la explotación del trabajo, hacen leyes que no controla la ganancia/salario, permite que los comerciantes, los explotadores ganen todo lo que ellos quieran, aparte de que el trabajador es doblemente explotado, la primera cuando trabaja y crea riqueza y la segunda cuando va al mercado y le arrebatan lo que ha ganado, en resumen persiguen al trabajador para sacarle el jugo, la plusvalía para engordar unos parásitos y su familia, generarle a ellos bienestar, mientras que la vida del trabajador y su familia, sacrificios y penurias, esto es el capitalismo.
La economía mundial tendrá que cambiar a raíz, a causa del impacto del covid 19, brindar seguridad laboral, reducir la jornada de trabajo, el transporte respetar la capacidad física de traslado de los pasajeros, por primera vez vemos en Venezuela que la situación de la pandemia obliga a respetar la distancia, los espacios, lo mismo en las clínicas, hospitales, etc., cambiar el modo de vida, humanizarlo, siempre hemos vividos congestionados, ni que se diga en los transportes públicos de los países subdesarrollados, que muchos van guindando de banderola y los gobiernos desentendidos, de lo que pasaba, ahora se ven obligados hacer respetar el distanciamiento, tenemos que aprender a convivir esa es la primera enseñanza del covid 19, respetar las condiciones de vida digna para todos. El neoliberalísmo tendrá que dar marcha atrás a muchas de sus políticas públicas (privatizadoras), si quiere tener pueblo, ciudadanos, mano de obra libre, no le queda otra opción, o suelta las amarras de arrebatar derechos humanos, o siguen amarrados a los prejuicios del modernismo, del progreso desigual, ahora llamado postmodernismo o postcapitalísmo.