Al leer las "condiciones" que el G4 exige para participar, concluye uno que la oposición a la medida del régimen autoritario es ésta, imbuída de maximalismos y extremismos: si se califica a éste como un régimen dictatorial, ¿cómo es que le piden para poder participar condiciones _a la sueca_?* Casi cree uno que están redactadas para *justificar su estrategia abstencionista*.
Su primer párrafo es todo un poema a esta contradicción en términos. Dicen: _Desde nuestros inicios, la lucha contra la dictadura de Nicolás Maduro ha tenido como norte fundamental la celebración de verdaderas elecciones libres y justas, en las que cada ciudadano tenga el derecho de expresar el destino que quiere para nuestra nación._ Sería bueno que explicaran cómo eso que piden en la segunda parte de la frase puede hacerse en un régimen que en sus primeras palabras definen como una dictadura.
Si éste hubiese sido el razonamiento de los chilenos a finales de los '80 (allá contaba los votos ¡el ministerio de Interior!), o de _Solidaridad_ frente a los comunistas, todavía Chile y Polonia seguirían bajo regímenes dictatoriales. Tampoco nuestra resistencia democrática a la dictadura de Pérez Jiménez habría participado en los comicios de 1952 ni se hubiese aprestado a hacerlo en los de 1957.
Según esta lógica, si el régimen es una dictadura, entonces van a tener primero que derrocarla para tener unas elecciones libres en estos términos. *Es el mismo razonamiento del "mantra": por lo visto, el G4 no ha avanzado un centímetro luego de 18 meses de experiencia fallida*. ¿Nunca va a admitir con coraje su error? ¿Nunca van a rectificar? Bien vistas las cosas, *la estrategia expuesta en esta declaración no es otra cosa que una renuncia a la lucha, esperando que otros nos resuelvan los problemas*. El documento tiene penosamente un solo destinario: el Departamento de Estado.
Se la pone fácil el G4 al gobierno. Le bastará con negar algunas de esas condiciones (como efectivamente ocurrirá) para *obtener lo que persigue: que las fuerzas democráticas se dividan entre votacionistas y abstencionistas para posibilitar su eventual victoria electoral aun siendo minoría*. Como en 2018: con 29 %, gracias a la prédica abstencionista del G4.
Claro que hay que luchar por esas condiciones y más, pero *los derechos se defienden ejerciéndolos, no renunciando a ellos. Por condiciones electorales democráticas se lucha participando, allí, en el CNE, mesa por mesa, en la campaña, no poniéndose al margen*.
Quisiera confiar en que, como las bases de AD en 1952 o el pueblo de oposición en 2007 cuando le ganamos un referendo al más poderoso Chávez a pesar de la campaña abstencionista de muchos (AD, Machado, Ledezma y otros), los venezolanos dejen de escuchar estos cantos de sirena del abstencionismo y se decidan a votar. *Si se vota, se gana. El gobierno sólo tiene un escenario de victoria: la abstención de la oposición*.